Hora Límite
Sin rendirme
Beatclap (2022)
Por: Alfredo Villaescusa
9
Hacerse un hueco en el panorama musical siempre es complicado, más todavía si nos da por un estilo tan trillado desde los mismos ochenta hasta la actualidad como el hard rock. La diferencia en este caso reside en que tampoco existen tantos precedentes en nuestro país si hablamos de ese campo escorado hacia el AOR, con bandas como Sangre Azul o Niágara como referencias fundamentales. ¿Quién dijo que eso del rock melódico era solo para guiris?
Lo primero que llama la atención en el tercer trabajo de estos madrileños es su acabado profesional en diversos aspectos, desde esa espectacular portada a cargo de Nerea Mayor a la certera producción de Kike Ruiz, a la altura de cualquier obra internacional. ¿Y qué hay de las canciones? Pues ya nos hicimos una idea bastante aproximada con la escucha del disco que la banda organizó para los medios a comienzos de febrero, pero abajo expresamos nuestra opinión al respecto. Nunca está de más contrastar pareceres, aunque resulte complicado discrepar en un álbum tan redondo.
De esta forma, definen los parámetros con “Disuelto en el viento”, que podría ejercer a modo de presentación de su particular palo, es decir, hard rock con mucha melodía y una leve orientación pop en los estribillos. Tranquilos, que aquí el almíbar está controlado para que no desbarre demasiado. Si te tiran Europe o Bon Jovi, no entiendo por qué no deberías darles una oportunidad, he aquí un inicio en condiciones.
“Barro y alquitrán” posee un riff tremendo desde el comienzo y no defrauda el resto del minutaje, haciendo de la sencillez bandera y virtud para demostrar que no es necesario marear la perdiz para llegar a lo más hondo. Y “Barreras de humo” aborda algo tan humano como los miedos interiores que nos impiden realizarnos o avanzar. Que levante la mano al que nunca le ha pasado.
“Reina de la noche” fue su primer adelanto y se entiende perfectamente, pues es un temazo como la copa de un pino, aparte de un homenaje sin par a las féminas rockeras de la escena. ¿En qué momento entró tanta gilipollez en la cabeza para que ya no se puedan componer piezas de este tipo sin que se molesten los integristas de siempre? Una preciosidad. Nos quemaríamos en la hoguera por ella sin dudarlo.
“Despierta” probablemente sea de las canciones más vigorosas del conjunto y cuenta tanto con un estribillo como con unos riffs sensacionales. “Buscando sueños” relaja el ambiente y muestra su faceta más comercial, no muy alejada del pop ochentero o de combos de poso meloso tipo La Trampa o El Norte. “Vieja amiga” recupera los guitarrazos del hard rock y el punteo del comienzo es para ponerles un piso. Definitivamente, debería ser uno de los singles del disco sin contemplaciones. Una genialidad de principio a fin. Esto debería epatar en las distancias cortas.
En “Entre rimas” no disminuye el protagonismo de las seis cuerdas, pero la letra reincide en la importancia de las palabras y el valor de la poesía, una suerte de homenaje a las obras artísticas que nos elevan.
“Sin rendirme” da título al disco y nos ofrece un sincero medio tiempo en el que vuelven a encontrar el equilibrio perfecto para que el sentimentalismo no se pase de frenada. Y se despiden con una pieza tan desenfadada como “Dos y dos tercios” que rememora costumbres tan sanas y ancestrales como el tomarse unas cañas con colegas. Esa debería ser la verdadera patria de cualquier persona decente.
En definitiva, un álbum soberbio que llamará a los fans del hard rock que no renuncian a un enfoque accesible pero que no se difumina en la moñada gratuita. Pura dieta mediterránea musical que no sé si beneficiará nuestra salud, pero lo que sí parece cierto es que engrandecerá nuestro espíritu. Solo falta verles en directo para confirmar tales impresiones. El 2 de abril hay una gran oportunidad en la sala Revi Live de Madrid. Aquí puedes consultar otras fechas.
1 comentario
Me ha encantao este nuevo tema como su currado videoclip para lo nuevo de los HORA LIMITE. Le deseo las mejores de las suertes para ese futuro madrileño.