Bon Vivant

Supernova

Music Garcen (2022)

Por: Javier Pérez

8

Siempre tuve en altísima estima a los madrileños Bon Vivant, porque siempre creí que, sin inventar rebuscando bajo piedras ocultas, siempre supieron sonar por encima de la media. ‘Supernova’ reafirma mi sentir.

En esa remezcla bien expuesta, donde cabe cualquier sonido alternativo potente, hard rock old school remozado y pinceladas metaleras al servicio del conjunto, la banda que hoy revisitamos siempre ha salido airosa sin conceder nada.

Cierto es que lo que encontramos en esta nueva entrega dista mucho en composición y arreglos con respecto a sus pretéritos discos datados en la década anterior, sobre todo en sus albores, y se acerca más a lo que hicieran en ‘Cuentos y retratos’, pero… Pero le han dado una vuelta de tuerca al global que sinceramente creo que ha hecho que la redondez de ‘Supernova’ extienda y agrande un legado que apuntaba maneras y que, con un puntal nuevo como este, completa ese círculo que muchos otros no llegan a cerrar.

Exacto: me ha gustado lo que contiene esta historia. Subjetivamente es que, por norma, cuando un grupo aprieta las tuercas, no le hago ascos. No os estoy diciendo que se hayan desmadrado, que ahora de repente hagan metalcore. ¿Recordáis cuando Skid Row sacó ‘Subhuman Race’? Pues algo así, sin acercarse con tanto ahínco al lado oscuro.

Supongo que estas sensaciones vienen ligadas al acercamiento que han realizado hacia el rock alternativo, ese que mezcla latencias bajas con ritmos pesados y esconde melodías que entran sin tapujos. Y aún manteniendo su estructura clásica, la capa de pintura se deja notar. Para bien.

“In ignis”, que es poco más que una introducción de apenas veinte segundos, ya deja entrever que hay novedades. “El fuego es nuestro” e “Ícaro” supuran escuela Sôber; buen síntoma. La primera que impacta es “La guerra a oscuras”, donde sacan músculo antes de reducir el ritmo en una preciosa “Flores de amapola”. Otro pasaje cortito, “Entropía”, allana el terreno que se lleva por delante la luminosa y consistente “Supernova”. “Lobos” hace que sigan prevaleciendo los estribillos hímnicos, y vuelven a aflojar al sonar “Hoy tal vez”.

El último tramo resulta más inocuo con “Aves de paso” y “Todo bajo el cielo”, cuyas firmas mantienen el nivel sin sobresaltos. “El día de la ira” es la última pieza que hace aparición, casi duplicando el minutaje medio, esparciendo en más de seis minutos un medio tiempo que sube y baja, y en el que me han recordado a los Estirpe en su estado final.

Gustará; seguro.

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Esta entrada fue escrita por Javier Pérez

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