Abxenta

Abxenta

Autoeditado (2022)

Por: Jaume Gil

7

Hay muchos tipos de heavy o rock duro. Encontramos bandas que suenan más brillantes, otras más graves; algunas se decantan por la técnica mientras que otras apuestan por la potencia. Abxenta suenan a supervivencia, a tablas genuinas, a idolatría por el género. Con su EP homónimo, los malagueños no dan indicios de rendición; todo lo contrario, se reafirman en su empeño de reverenciar el metal.

A pesar de las entradas y salidas de la formación, parece que el ADN de Abxenta sigue inmutable a tenor de sus sucesivas publicaciones. La última es este extended play cargado con cinco temas que se me antojan una reivindicación metalera pero también, al mismo tiempo, como banda. Vamos, un “¡de aquí no se va nadie hasta que toquemos la última!”. Repasando su ‘Sacrifícate’ del 2018 y estudiando las letras de ‘Abxenta’, veremos que es en la meta temática metalera y todos sus atributos donde más cómodos están. El heavy es un estilo de vida y la banda hace bandera de ello sin complejos.

Empezamos degustando “Guerrero”, que se acerca montado en su Harley a ritmo de bajo amenazante. Las líneas de bajo introductorias siempre me excitan, algo gordo siempre viene detrás, y en esta ocasión es un tajante tema, duro, ronca la voz y profunda sección rítmica. Voluntad, coraje y confianza.

“Dame Más” nos receta heavy metal como medicina para todos los males. Con un arranque thrash marcado con ganas, algunos de los versos bien nos los podríamos aplicar a nosotros mismos en momentos de bajón: “Hace tiempo que decidí estar junto a mí” o “no pude cambiar el mundo, me hice uno para mí”.

Con “Tierras de Fuego” rompen el molde habitual presentando una pieza de distinto color. La flauta que acompaña la composición nos rememora tiempos de trovadores, practicando un power metal no del todo arquetípico. La voz, más melódica, se moldea por diferentes pasajes subiendo y bajando la intensidad, terminando con un redoble de tambores de nuevo caballeresco.

Poco tiempo le dejan a la poesía, pues “Todos” recupera el pulso más aguerrido del grupo. Patada en la espinilla a los que “todo lo saben” y poco entienden. La crítica social y política tampoco podía faltar en un álbum como este. Guitarra por doquier, solos precisos y un groove de lo más sólido para sostener un estribillo de puño en alto.

Dejan para el colofón “Abxenta”, de sonido urbano y ritmo clásico. El ambiente se empaña con el color verde de la portada y empezamos a sentir el calor de la gente, empujones involuntarios solventados con nuestra habitual camaradería y olor a cerveza. Porque los músicos de Abxenta transmiten precisamente la actitud, dedicación y buena música que a todos nos complace cuando asistimos a nuestra sala de referencia. ¡Salud, Heavy Metal y chupitos absenta para todos!

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Esta entrada fue escrita por Colaborador

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