Siempre es interesante saber cómo se gestaron algunos de nuestros himnos predilectos. En el caso de Iron Maiden, hace un tiempo ya conocimos el “tira y afloja” que se producía entre Adrian Smith y Bruce Dickinson al componer canciones para La Doncella. El guitarrista detalló recientemente este proceso y aseguró que funcionaba de esta manera: “Todo se trata de provocar una chispa en otra persona”.
En una entrevista con Modern Guitar Lab, el músico de 68 años explicó su forma de componer para Iron Maiden: “Todavía paso un par de semanas antes de cada álbum de Maiden sentado en mi estudio en casa, porque estamos todos repartidos por el mundo y no estamos juntos como banda. Así que siempre tengo seis, ocho o diez ideas en forma de maqueta, con baterías, guitarras, e incluso algunas melodías en la guitarra. Luego, dependiendo de la idea, se la enseño a Steve o a Bruce, porque hoy en día Steve está casi más metido en escribir letras y melodías. Así que muchas veces él simplemente escribe letras sobre lo que yo he compuesto”.
En otras ocasiones, la implicación de Smith al componer es mayor: “Pero yo también escribo letras y títulos. Creo que hubo una canción llamada “Speed Of Light”, hace un par de discos, y esa idea la tuve yo, a Bruce le gustó el título, pero luego desarrolló la canción a partir de ahí. Yo tenía el título y una especie de melodía para eso. “The Writing On The Wall” fue lo mismo. Yo tenía el título, pero Bruce lo llevó más allá. Así que, sí, todo se trata de provocar una chispa en otra persona, y eso es genial”.
Cuando se le preguntó si usaba otros instrumentos durante el proceso de composición, como el piano o la batería, o si solo se centraba en la guitarra, Smith respondía: “Realmente, solo guitarra. Un poco de bajo. Podría trastear con la batería… Pero no, ojalá pudiera tocar el piano. Creo que para tocar el piano tienes que dedicarte a ello y practicar todos los días, y yo simplemente no tengo la paciencia para aprenderlo de verdad. En cuanto a la guitarra, me gusta mucho experimentar con efectos. Me gusta probar cosas nuevas, y cada vez que hago un álbum, incorporo algún efecto nuevo o algo así, y a veces eso inspira una canción”.
En este sentido, el guitarrista ponía un ejemplo muy significativo: “Por ejemplo, la canción “Wasted Years”. Cuando estuve en Japón en los años ochenta, me dieron un sintetizador de guitarra, uno de los primeros, un Roland. Recuerdo sacarlo de la caja, estábamos ensayando en las Islas del Canal, en Jersey, y lo conecté y empezó a hacer ese ruido loco. Pero era como una secuencia. Lo escuché un poco y luego empecé a tocar este riff, y así nació “Wasted Years”. No habría creado ese riff si no hubiera sido por ese aparato”.
La inspiración, por tanto, puede llegar a través de diferentes instrumentos o utensilios: “A veces, trastear con cosas que no dominas te da una idea. O una guitarra nueva puede inspirarte. Tenía una Flying V blanca, que casi nunca había tocado. La compré en los ochenta. Y en cuanto la cogí, toqué este riff y terminó convirtiéndose en la canción “Back In The Village”. Nunca había tocado esa guitarra, pero saqué esa canción de ella. Así que valió la pena el dinero”.
Respecto a Iron Maiden, los británicos formarán parte tanto del cartel del Rock Imperium Festival, que se celebrará del 3 al 5 de julio en el Parque El Batel de Cartagena (entradas aquí), como del Resurrection Fest, que tendrá lugar en Viveiro del 1 al 4 de julio (puedes conseguir tickets en este enlace).
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