55 años del debut de Black Sabbath: De las curiosidades de sus inicios a su leyenda negra

13 febrero, 2025 6:20 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Del final al principio… Ahora que se acaba de anunciar el concierto de despedida final para Ozzy y la última reunión de la banda original, es un momento perfecto para recordar cómo (y cuándo y dónde) comenzó el legendario grupo británico. Recordemos que este último concierto tan especial tendrá lugar en su Birmingham natal el sábado 5 de Julio en el estadio de Villa Park, y junto a muchos de los grandes nombres para los que Black Sabbath son referencia.
Además, hoy, jueves 13 de febrero, se cumplen 55 años de la salida del impactante primer disco, así que se cierra de maravilla el círculo… Y a David Esquitino le da pie para contaros cinco curiosidades de los primeros tiempos del grupo que mucha gente no sabrá. Desmontamos mitos, aclaramos algunas cuestiones históricas y, sobre todo, damos unos datos muy relevantes sobre el comienzo de la leyenda.

Como nos gusta hacer, comenzamos puntualizando y dando unas primeras pinceladas para entender mejor de qué estamos hablando. Creo que todos sabemos que Black Sabbath ha tenido tres etapas muy marcadas en sus ya más de 55 años de historia. La primera, con Ozzy Osbourne al frente, es la más clásica y reconocida (y seguramente importante, aunque esto abre un interesante debate que hoy no nos ocupa).

Es a la que hacemos referencia en este artículo y también en la noticia del show final de despedida, pero que a nadie se le olvide la gloriosa era con Dio al frente, que además tuvo tres períodos históricos diferentes: a principios de los 80 con los dos discos seminales ‘Heaven & Hell’ y ‘The Mob Rules’, después en el 92 con ‘Dehumanizer’ y la etapa final ya directamente como Heaven & Hell hasta la muerte de Ronnie James Dio en 2010.

Ni esa tercera era, más desconocida e infravalorada, que podría ser hasta casi en solitario del guitarrista Tony Iommi, aunque no se pueden despreciar los grandes discos que se hicieron tanto con Glenn Hughes (y con Ray Gillen en la recámara) como sobre todo con Tony Martin al frente en la segunda mitad de los 80, primero, y a mediados de los 90 después (cortada de raíz por la primera reunión de la formación original en 1997). Ahí queda también en una nebulosa indefinida ese cruce entre Sabbath y Deep Purple que fue “Born Again” con Ian Gillan al frente en el 82/83, interesante, pero que no funcionó.

Dicho esto para contextualizar, vamos a lo que nos ocupa con cinco curiosidades sobre los comienzos de Black Sabbath que son sumamente interesantes, y además nos desvelan muchas incógnitas sobre el desarrollo posterior del grupo, su leyenda y la importancia en la historia de la música.

1. Origen del nombre Black Sabbath

Comenzamos directamente explicando el origen del nombre del grupo, que ya es relevante de por sí y marca bastante la personalidad de Black Sabbath, pero sobre todo la impresión que se va a tener de ellos desde entonces literalmente hasta ahora.

Recordemos que ellos no comienzan precisamente como un grupo de heavy metal, entre otras cosas porque “eso” ni siquiera existía aún. En uno de los siguientes puntos comentamos más sobre esto, pero en realidad ellos comenzaron como The Polka Blues Band y tocando blues rock progresivo y sinfónico de la época. Después pasaron a llamarse Earth, cogiendo mucha influencia del primer disco de Led Zeppelin (homónimo, de 1969), que a Ozzy le encantaba, al igual que Jimmy Page y también Eric Clapton, ambos inicialmente en The Yardbirds, a Tony Iommi.

El nombre de la banda se remonta a una película del director italiano Mario Bava, llamada originalmente “I tre volti della paura” (1963). En España se tituló "Las tres caras del miedo", filme que fue traducido al inglés sencillamente como “Black Sabbath”. Concretamente, era una película de terror de serie B protagonizada por Boris Karloff. Después de verla, Geezer escribió la letra de una canción llamada "Black Sabbath", inspirada en el trabajo del escritor ocultista Dennis Wheatley (más adelante también guionista), y que hablaba de una visión que Butler había tenido acerca de una figura negra encapuchada a los pies de su cama.

Otra vertiente relacionada con el significado del nombre apunta a la traducción de Sabbat… negro. El Sabbat, o “Séptimo”, es en la semana hebrea el día de descanso y celebración según prescribe el Antiguo Testamento (curioso que actualmente sería el domingo, pero entonces era el sábado). Por otro lado, y más cercano a lo que nos ocupa, “Sabbat” también es una palabra pagana asociada a la celebración del Aquelarre, o reunión de brujas con el demonio en figura de macho cabrío, por lo que la traducción correcta del nombre sería “Aquelarre Negro”, dejando en evidencia la (supuesta) fascinación de la banda por el ocultismo. No es difícil hacer la asociación de ideas, ¿verdad?

Una última explicación al respecto del nombre y pasamos al siguiente punto. Al grupo le hacía gracia que la gente estuviese dispuesta a pagar para que la asustasen, así que decidieron que, en vez de tocar blues, harían canciones que dieran miedo. Bajo esa premisa empezaron a componer Iommi y Geezer "Black Sabbath", en cuya letra se describe a esa extraña figura de negro que se le aparece al protagonista para llevarle al infierno. Como el nombre de Earth ya estaba registrado por otra banda, decidieron llamarse también Black Sabbath, como su canción.

Por cierto, este icónico primer disco del grupo se grabó en una sola sesión de ocho horas en octubre de 1969 en los Regent Sound Studios (en el número 4 de la calle Denmark, cerca de Oxford Street, en el barrio londinense de Tottenham). No es casualidad que allí se grabara también el primer disco de Rolling Stones, por ejemplo, o demos de grupos como The Kinks, Elton John o el propio Jimi Hendrix. Desde entonces el grupo ha vendido más de 100 millones de copias en toda su carrera pero, como me gusta decir tantas veces, esa es otra historia.

2. Origen del sonido y estilo de Black Sabbath

Enlazamos esta idea con el bloque anterior, para explicar de dónde viene el sonido tan particular de la banda y ese toque más oscuro, denso, malévolo en cierto modo, pero sin duda duro y pesado marca de la casa, que será la base tanto del proto-heavy primero, heavy metal después y finalmente del propio doom y metal extremo años después. Pero todo parte de aquí.

El estilo original de Black Sabbath se enfocaba en “letras siniestras y música lúgubre”, utilizando con frecuencia el “tritono”, también conocido como “el intervalo del Diablo”. Si hablamos de teoría musical, el trítono es un intervalo musical que abarca tres tonos enteros y que puede clasificarse como un intervalo de cuarta aumentada o de quinta disminuida. Lo curioso es que, por su disonancia y sonido grave y profundo, siempre ha sido considerado como algo malvado y siniestro, y por tanto se prohibía sobre todo en los cantos eclesiásticos y composiciones más o menos solemnes desde la Edad Media casi hasta ahora. Podéis imaginar el atractivo de este “sonido del diablo” para componer canciones oscuras, pesados, lúgubres y peligrosas.

Lo interesante, además de la propia leyenda de su origen diabólico y compuesto directamente por Satanás (alimentando aún más la leyenda negra de los inicios de Black Sabbath), es de dónde surge este sonido en la música del grupo. Efectivamente, viene de algo mucho más mundano, anecdótico y “de andar por casa”, que de origen satánico o sobrenatural. No, Tony Iommi no estaba poseído ni trataba de invocar al diablo con estos sonidos, sino que se vio forzado a tocar “así” porque tras un crudo accidente laboral que le seccionó dos falanges, tuvo que adaptar tanto su manera de tocar y componer, como usar unas prótesis en los dedos que le daban un extra de sonido metálico a tu estilo, además de reducir la tensión de las cuerdas de la guitarra y, con ella, su afinación.

Una plancha de metal de la fábrica en la que trabajaba le seccionó literalmente las puntas de los dedos medio y anular de su mano derecha (la mano que toca el diapasón, ya que es zurdo). Lo curioso es que ¡era su último día de trabajo en la fábrica! y el jovenzuelo Tony estaba más pendiente de terminar su etapa como trabajador industrial que de estar atento al trabajo ese día.

Tenía 17 años y pensaba que su carrera como músico había terminado, aunque, afortunadamente, pudo adaptarse y, con la ayuda de unas prótesis caseras (inicialmente fundió una botella de plástico y limó su extremidad para darle forma), consiguió cambiar la historia de la música dura. ¿Cómo lo hizo? Con mucho trabajo, originalidad, inventiva, pero también a través del sonido pentatónico, el acorde del diablo y un sonido base realmente pesado, rítmico y oscuro… y único.

No es casualidad, por cierto, que las dos bandas más importantes y claves del heavy metal sean de Birminghan, del “Black Country” (como se llamaba a la ciudad porque la nube de carbón constante que salía de las chimeneas de las fábricas pintaba literalmente el cielo de un negro sucio y deprimente). Sí, unos tal Black Sabbath primero y Judas Priest después, crearon, desarrollaron y perfeccionaron el sonido y estilo dominante que sería el heavy metal. Trabajaban todos en metalurgia y siderurgia, menos Ozzy que era un pillastre y robaba televisores y “cosas”, en general, pero con guantes sin dedos (muy listo).

El caso es que los músicos de ambas bandas comentan que otro punto muy importante para dar origen al sonido metálico, duro y rítmico, que es la base del heavy metal, es el mero hecho de que ellos estaban escuchando constantemente en las fábricas el ruido de las pesadas planchas de metal, bloques de acero y herramientas de hierro chocando constantemente y provocando un ruido infernal que les marco mucho a la hora de utilizarlo de base para el estilo que iban a crear.

Black Sabbath en realidad son de Aston, por cierto, un pueblo o localidad al lado de Birmingham, no de la propia ciudad en sí.

3. Origen de las cruces que son santo y seña del grupo desde entonces

Volvemos al hecho de que, contribuyeran más o menos a que se les considerara una banda “oscura, malévola y satánica”, en realidad ellos no eran más que unos sencillos chicos de provincias. Además, de poca cultura en general y que trabajaban en las fábricas locales o que se buscaban la vida en las calles de la manera más efectiva posible (no siempre legal, al menos en el caso de Ozzy). De nombre real John Michael Osbourne, lo de “Ozzy” es un apodo del colegio, que en su zona era un mote molesto y peyorativo. Él se acostumbró pronto… y seguramente sea el “Ozzy” más famoso del mundo, aunque no es el único.

Cito al cantante en concreto en este sentido porque, aunque los cuatro Black Sabbath siempre han llevado estas cruces como santo y seña, en los años posteriores ha sido un amuleto que asociamos siempre a Ozzy, que siempre la ha llevado encima. Hay que decir para empezar que todos ellos venían de familias bastante conservadoras y cristianas (hablamos de la Inglaterra de la posguerra, que a nadie se le olvide) y que a sus familiares no les hizo ninguna gracia ver la cruz invertida que se usó para los créditos en el interior y contraportada del disco.

Es más, al propio grupo tampoco le gustó esta jugada provocadora de la compañía, porque ellos no eran satánicos ni creían en ello. Esto les dio una reputación no muy positiva por aquel entonces y les hizo ser objetivo de grupos fundamentalistas y conservadores de la época, pero esta es otra historia… o no.

Las cruces siempre han sido recurrentes en su imaginería, tanto del grupo (de los miembros de Black Sabbath en sí) como sobre todo de Ozzy, sin ser él especialmente cristiano ni satánico, por muchos rollos malvados que se le quieran atribuir tanto en Sabbath como después en su carrera en solitario (aunque él siempre haya jugado al despiste y con la polémica y controversia al respecto). Lo que sí parece ser un factor constante en nuestro querido personaje es su antipatía por la religión, y para ello se ayuda de una o dos palabrotas en cada frase, para molestar a las mentes biempensantes .De hecho, se presenta todavía hoy como el "Príncipe de las Tinieblas", pero, aunque asegura que intentó probar con el ocultismo, nunca le funcionó. Será genio y figura hasta la sepultura, ¡seguro!

Pero el origen de las cruces de nuevo es mucho más mundano y sencillo: se las pusieron como protección para un grupo satánico de verdad que les hacía magia negra y les maldecía porque no quisieron tocar en uno de sus rituales cuando ellos solo eran unos chavales melenudos, jóvenes músicos con gusto por la bebida y los estupefacientes, y poco más. Una asociación de magia blanca les aconsejó protegerse de la maldición portando cruces. Lo curioso es que las primeras  las hizo el padre de Ozzy, que también trabajaba en fábricas metalúrgicas, de coches en este caso, y del metal sobrante les hizo unas cruces a los Black Sabbath que han pasado a la historia.

4. La Leyendas del “fantasma” de la portada del primer disco

Una de las leyendas urbanas o de relatos falsos más recurrentes sobre los comienzos de Black Sabbath, es la historia de la enigmática y sobrecogedora portada del primer disco del grupo. Por supuesto que tanto la compañía como el propio fotógrafo, como los publicistas y periodistas de la época alimentaron esto, pero una vez más, la realidad es mucho más sencilla. Obviamente, tampoco es casualidad que el disco se editara en una fecha tan significativa como un domingo 13 (de febrero) de 1970

Cierto que la elección del lugar para hacer la foto, un viejo, vetusto y desvencijado molino a los pies de un río fue perfecta. El artista optó por Mapledurham Watermill, en Oxfordshire, porque encajaba perfectamente con el sonido de la banda. Frente al molino de agua se encuentra una figura fantasmal, a modo de espectro desdibujado, vestida con una capa negra y sosteniendo un gato negro. La figura está interpretada por la modelo Louisa Livingstone, que entonces contaba con 18 años, aunque su identidad ha sido un misterio hasta hace pocos años.

Según la leyenda urbana, aquella misteriosa mujer no se encontraba presente en el momento en el que fue tomada la fotografía, sino que apareció después, durante el revelado, como si fuera la aparición de un fantasma que quería convertirse en un icono de las portadas del rock. Es decir, siempre se vendió la idea de que en la fotografía original no estaba ninguna mujer, pero obviamente esto no era cierto.

De cualquier manera, es una imagen que ha obsesionado, intrigado y aterrorizado a muchísimas personas a lo largo de cinco décadas. De hecho, el propio James Hetfield de Metallica ha reconocido que tuvo pesadillas muchos años con la portada del primer disco de Black Sabbath. O un jovenzuelo Kim Bendix Petersen (más adelante King Diamond), crearía Mercyful Fate más que intrigado, y sugestionado, por lo que le transmitía esta primera portada de Black Sabbath.

En realidad era entonces una joven que el fotógrafo eligió en una agencia de modelos de Londres. De hecho, Keith “Keef” Macmillan eligió a Louisa en parte porque solo medía un metro y medio, lo que hacía que el paisaje a su alrededor pareciera más grande. Aunque se llegó a decir que la mujer murió en accidente de coche o en trágicas circunstancias, tampoco es cierto. De hecho, la modelo se dedicó al mundo de la música años después, teniendo incluso un proyecto relevante de música electrónica o de dream pop.

Siguiendo con el misterio y la leyenda, y por supuesto alimentando esta idea ocultista, siniestra y de miedo, en el encarte interno del álbum se encontraba la fotografía de una cruz invertida, el poema "Still Falls the Rain" y un collage con imágenes chocantes, como árboles oscuros, conejos muertos y estatuas acéfalas (decapitadas). Todo ello para alimentar la leyenda negra, nunca mejor dicho, de Black Sabbath en una de las portadas más legendarias de la historia del rock que, 55 años después, sigue siendo inquietante y, literalmente, asusta.

Lo que es importante matizar es que la banda no participó en la creación de la carátula. De hecho, no les gustó esta asociación con el satanismo, con el que nunca se sintieron cómodos. Por otro lado, las letras del primer disco son en su mayoría de Geezer Butler, como ya hemos dicho, pero más que cercano al ocultismo o satanismo, era un seguidor de la ciencia ficción o de interpretaciones de sueños. Esto, junto al hecho de darle un intencionado toque oscuro y peligroso al disco (pero no de magia negra ni de satanismo) da pie a esas letras inquietantes y de alguna manera místicas. Ozzy por aquel entonces no era precisamente una eminencia ni un gran lector, como sí lo era Geezer. Lo que está claro es que la mezcla y la intención funcionó a la perfección.

5. “Rechazo” a la definición de banda pionera del heavy metal

Aunque hoy en día podemos pensar que el primer disco de Black Sabbath supuso un incontestable antes y después en la historia de la música, realmente esto no ocurrió así, o al menos no de manera inmediata. Poco después, sobre todo a partir de ‘Paranoid’, el crecimiento fue más rápido, pero inicialmente el sonido oscuro de Black Sabbath fue rechazado por los críticos de rock de la época. Como muchos de sus contemporáneos de los inicios del heavy metal (entonces aún hard rock de los 70), la banda prácticamente no recibió radiodifusión en las emisoras de rock y se fue haciendo hueco por el boca a boca, además de por supuesto la calidad de los discos y su rotundidad en directo.

El estilo musical de Black Sabbath es a menudo pasado por alto, pero sus largas improvisaciones y su originalidad y fluidez les hacen tener grandes similitudes con las bandas de rock progresivo de la época, como JethroTull o Yes. Lo curioso es que Black Sabbath eran capaces de tocar mezclando el jazz y el blues con su incipiente “proto heavy metal”, que crearía un estilo nuevo.  Sin embargo, al propio grupo nunca le gustó que les etiquetaran como tal. Tony Iommi, en una entrevista de 2018 para la BBC, señaló que lo que hacía Black Sabbath era más bien rock pesado o heavy rock como mucho. Por su parte, Geezer Butler confesó que, a pesar del desacuerdo con esa etiqueta, finalmente se acostumbraron a que los encasillaran como heavy metal.

De cualquier manera, y evitando obviedades que todos sabemos, Black Sabbath son considerados tanto los padres del heavy metal como, a su vez, la semilla de un estilo lento, pesado y depresivo denominado doom metal, e incluso del stoner rock, por canciones como "Hand of Doom", "Electric Funeral", "Iron Man" o la propia “Black Sabbath”.

Lo que está claro es que, sin ellos, no hubieran existido posteriormente bandas como Pentagram, Saint Vitus o Candlemass, e incluso Monster Magnet, Kyuss y Queens of The Stone Age o Mastodon. Y no hablamos de obviedades como decía sobre la influencia de Black Sabbath en Metallica, Mercyful Fate, Venom, Misfits, Slayer y demás (incluso Nirvana, Sepultura o Black Flag).

Mientras que Tony Iommi componía la gran mayoría de la música de Black Sabbath, Osbourne escribía las melodías vocales y el bajista Geezer Butler las letras, y Bill Ward aportaba un ritmo muy sólido con su batería. El proceso a menudo se tornaba frustrante para Iommi, que se sentía presionado para componer material nuevo: “Si yo no salía con nada nuevo, nadie hacía nada”.

El propio Armando de Castro (Barón Rojo), uno de nuestros guitarristas de referencia nos da una interesante opinión al respecto: “Creo que hicieron de la necesidad una virtud. Ellos se dieron cuenta de que tocando blues rock iban a tener mucha competencia, así que buscaron su hueco. Con ese sonido denso y distorsionado de guitarra, probablemente por las dificultades que tenía Iommi por el accidente que tuvo y la forma de cantar de Ozzy, totalmente ácrata. Tiene una forma de entonar extrañísima, pero encajaba con esas letras y las atmósferas oscuras”

A ellos no les gusta (y menos entonces) que les dijeran que hacían heavy metal o que eran los inventores del estilo, pero es una realidad que Black Sabbath es el primer grupo en tocar heavy metal tal y como conocemos hoy el género. Las canciones son dramáticas, los riffs y las voces, poderosas, y hay mucha oscuridad en las letras, temática de la que posiblemente también fueron pioneros. ¡No hay más preguntas, señoría!

Por David Esquitino

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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