35 años del mayor Monsters of Rock de la historia: Donington 88, la gloria y la tragedia
Blog: Mariano Muniesa
20 agosto, 2023 4:46 pm 10 ComentariosDesde su primera edición en 1980, el legendario festival de los Monsters Of Rock celebrado en el circuito de motor de Donington Park en Inglaterra no hizo sino crecer y crecer en cuanto a prestigio, poder de convocatoria y atracción como la gran cita mundial del heavy metal a la que cada año los más devotos fanáticos del género acudían desde los más remotos lugares del mundo. Pero justamente el año en el que alcanzaría su cénit, 1988, lamentablemente, siempre se recordó como el año en el que la peor de las desgracias apareció en los terrenos de Donington y estuvo a punto de hacer que el festival no volviera a celebrarse jamás. Por el contrario, aquel fue el primer año en el que, dado el crecimiento del evento, se convirtió en un tour que recorrió Europa con tres inolvidables paradas en el Estado español. Mariano Muniesa, que vivió en primera persona aquellas históricas jornadas del verano de 1988, os las rememora en este reportaje especial cuando se cumplen 35 años de ese histórico evento.
“¡El año que viene estaremos en este escenario encabezando el festival!”
22 de agosto de 1987, bis final de la actuación de Bon Jovi como cabezas de cartel de la edición correspondiente a aquel año del Monsters Of Rock y aparición sorpresa de Dee Snider de Twisted Sister y Bruce Dickinson de Iron Maiden para cantar junto a Jon Bon Jovi dos versiones: “We´re An American Band” de Grand Funk Railroad y “Travelin’ Band” de la Creedence Clearwater Revival a modo de guinda final de la celebración.
Al terminar, ante la ensordecedora e impresionante emoción de las 66.000 personas que llenaban el recinto, Bruce Dickinson cogió el micrófono, y tras dar las gracias a toda la audiencia, exclamó entusiasmado: “¡El año que viene estaremos en este escenario encabezando el festival!” ante la sorpresa de los mismos organizadores del Monsters Of Rock, que ni siquiera habían iniciado conversaciones exploratorias con las agencias de booking para la siguiente edición del evento.
En cualquier caso, pocos meses más tarde se anunció que Iron Maiden, una vez que se editase su nuevo álbum de estudio ‘Seventh Son Of A Seventh Son’ en la primavera de 1988, iniciarían un nuevo tour mundial que tendría una de sus actuaciones más destacadas, precisamente como cabezas de cartel, en el Monsters Of Rock de ese año. Entonces, además, y ante las masivas peticiones de entradas de organizadores de viajes de toda Europa, no solamente se amplió el aforo del circuito en un 40% más, sino que se planeó estructurar el evento como un festival itinerante, como sería años más tarde el Ozzfest o el Lollapalooza Tour y llevar un cartel más o menos similar a algunos países de Europa.
En marzo de 1988, batiendo todos los récords imaginables, la organización del Monsters Of Rock había vendido 99.000 tickets anticipadamente. El total de entradas vendidas estuvo cerca de 107.000, ya que se podían comprar entradas el mismo día en la taquilla del recinto, y además, al mismo precio de la entrada anticipada, 16,50 libras esterlinas. Todo apuntaba a que aquella iba a ser la edición del Monsters Of Rock más grandiosa y espectacular de toda su historia.
Una piscina de arenas movedizas
Helloween, Guns N’Roses, Megadeth, David Lee Roth, Kiss y Iron Maiden fueron los grupos que conformaron el cartel de aquella edición del festival de Donington, cuyo recinto abrió sus puertas a las 11 de la mañana del 20 de agosto de 1988 en un día nublado, húmedo y muy ventoso, pues había llovido con abundancia toda la noche anterior hasta primeras horas de la mañana, así como durante los días anteriores, lo cual hacía que el terreno fuera un verdadero barrizal, escurridizo, en el que no era difícil hundirse casi hasta la rodilla. Estas circunstancias serían cruciales en los trágicos acontecimientos que se producirían unas horas más tarde.
Como era habitual ya desde hacía varias ediciones, The Bailey Brothers fueron los encargados de amenizar las primeras horas del festival junto al disc-jockey Neal Kay, que no participaba en el festival desde la edición de 1980.
Algo que desde siempre me había llamado la atención cuando asistía a festivales o a conciertos de heavy metal en Inglaterra es que los fans ingleses, por lo menos una importante parte de ellos, en cierta manera se comportaban en los conciertos como los hooligans del fútbol. Imagino que en el marco de una sociedad tan pacata, estricta, y en el fondo aburrida como era, sobre todo entonces, la británica, los metaleros ingleses, fuera de sus aburridas rutinas de lunes a viernes, se desfogaban sin control saltando y desparramando en eventos como Donington.
El evento contó con un número de asistentes muy superior al de la mayoría de los festivales, y aquel día con un mayor porcentaje de hombres, un terreno enfangado y resbaladizo y -probablemente el aspecto más revelador del día- bebiendo ingentes cantidades de alcohol desde que se abrieron las puertas. Todos estos factores entiendo que en gran medida tuvieron mucho que ver en lo que sucedió durante la actuación de Guns N’ Roses.
Los alemanes Helloween abrieron el evento con una respuesta, como suele ser habitual, relativamente discreta del público -en Inglaterra, os lo puedo asegurar por experiencia propia, no han olvidado la Segunda Guerra Mundial, la antipatía de un inglés por todo lo alemán forma ya parte de su ADN- aunque por lo que recuerdo, el grupo se esforzó por darlo todo, cuajaron una muy buena actuación y se despidieron del escenario intensamente aplaudidos y dejando un muy buen sabor de boca, algo que incluso recogió la prensa inglesa, especialmente Kerrang!.
El relato de la tragedia
Durante el último tema que tocaron Helloween, el viento era tan fuerte que una de las pantallas de vídeo situadas a uno de los lados del escenario empezó a tambalearse, hasta que justo unos minutos antes de que Guns N’ Roses empezaran su primera canción, se derrumbó muy cerca de las primeras filas, con riesgo de electrocución para quienes estaban allí por la fina lluvia que estaba cayendo.
Parece ser que el personal de seguridad, al dedicarse de manera casi exclusiva a ayudar a levantar y recolocar la pantalla de vídeo, se distrajo de la avalancha masiva de gente que corrió atropelladamente hacia las primeras filas al empezar el show de los Guns, provocando un colapso en la multitud que afectó a unas 15 personas.
Se le pidió a Guns N' Roses que detuvieran la actuación y lo hicieron de inmediato, siendo aquel el célebre momento que se recuerda, aunque yo lo vi desde lejos, en el que Axl Rose gritó: “¡Joder, no os matéis entre vosotros!”. Desafortunadamente e inexplicablemente, empezaron a tocar de nuevo antes de solucionar el problema.
Una vez que la banda reanudó su show, la audiencia una vez más estalló en una serie de nuevas avalanchas que estuvieron a punto de derribar las vallas de seguridad, provocando un colapso todavía peor, esta vez involucrando a unas 35 personas, entre las que hubo que evacuar urgentemente a muchas personas con problemas de mareo, lesiones y pérdida de conocimiento.
La seguridad intentó despejar el amontonamiento de cuerpos atrapados entre la gente y las vallas, pero algunas personas se subieron a sus espaldas y saltaron sobre la pila de cuerpos aparentemente en un intento de acercarse a la banda. Se incorporó más personal de seguridad, la banda volvió a dejar de tocar, lo que permitió acordonar el área y se resolvió la situación, pero… Debido a los movimientos violentos de gente y lo resbaladizo del terreno, dos personas cayeron al suelo y murieron literalmente ahogadas en el barro, que tenía diez centímetros de profundidad cerca del escenario, bajo el peso de toda la multitud agolpada sobre las primeras filas.
Inicialmente, la policía quiso cancelar todo el evento, pero se decidió que eso podría haber causado muchos más problemas de los que podría resolver. Las cosas se calmaron a partir de ese momento, y toda vez que las urgencias médicas evacuaron a los heridos y desmayados, hasta que comenzó la actuación de David Lee Roth, trasladando los heridos a las dependencias médicas, el festival transcurrió con normalidad.
Durante una de las primeras canciones de la actuación de David Lee Roth, un miembro del personal de seguridad se alarmó al ver a una chica en la audiencia desmayarse. Subió al escenario y le pidió al cantante que detuviera el show, pero Roth, que según aseguró más tarde no sabía que era alguien del personal de seguridad, ignoró la advertencia y dos de sus guardaespaldas arrojaron al desventurado guardia al foso, lo que provocó una reacción muy violenta en la multitud. La fortuna o la suerte evitó que hubiera otra desgracia en ese momento.
Las dos personas que murieron aplastadas durante la actuación de Guns N’ Roses fueron dos metalheads que, como cualquiera de nosotros o de nosotras, habían acudido allí a disfrutar de un gran festival de heavy metal, a una fiesta, a un encuentro en el marco de lo que todavía era una comunidad fraternal, unida por el sentimiento de pertenencia a todo lo que representaba una forma de ser y de vivir, que se expresaba a través de la música, a través del heavy metal. Eran Alan Dick, de 18 años de edad, y Landon Peter Seggers, de 20 años.
Así recordaba ese momento Duff McKagan de Guns N’ Roses a la página web Ukrockfestivals: “Creo que vi pasar una víctima. Fue realmente extraño. Tuvimos que detener la actuación. Pese a todo, hicimos un buen show, pero todavía recuerdo estar asombrado por lo descomunal de la audiencia y lo que estaba sucediendo al frente. Fue realmente aterrador. Todos dijimos: “¡Dios, ¿qué está pasando?!”. Eran chicos apilados sobre montañas de otros chicos en el suelo. Estaban inconscientes. Y más gente seguía cayendo sobre ellos. ¡Los vi! Llevó alrededor de 20 minutos sacar a todos. Detuvimos el concierto y finalmente sacaron a las últimas dos personas y creo que estaban muertas. Fue realmente extraño y sobrecogedor. No vi ni un hálito de vida en esos cuerpos en absoluto. Lo recuerdo y se me hiela la sangre”.
La fiesta ignoró la muerte
Tanto los organizadores como la policía estuvieron de acuerdo, una vez que se supo que había dos víctimas mortales por las avalanchas durante la actuación de Guns N’Roses, mantener el hecho en secreto hasta que el festival terminase. De hecho, según Steve Harris me aseguró en alguna de las entrevistas personales que he mantenido con él, cuando el grupo llegó al backstage de Donington alrededor de las seis de la tarde, nadie les dijo nada de lo ocurrido hasta que terminó su actuación.
Al margen de la desgracia, el festival continuó y en lo estrictamente musical ofreció una de las ediciones más grandiosas que Donington vivió en toda su historia. Megadeth, que presentaban en esa gira su álbum ‘So Far, So Good, So…What?’ hicieron de aquella actuación la ceremonia oficial de reconciliación de Dave Mustaine con sus amigos/enemigos de Metallica, en tanto que Lars Ulrich apareció en el escenario acompañando a Megadeth en el último tema de su set, su versión del “Anarchy In The UK” de los Sex Pistols.
Desde 1976 Kiss nunca habían abierto para otro artista hasta ese momento, en el que todavía sin maquillaje y conscientes de que en cualquier caso tocar ante más de cien mil personas era un bocado muy suculento, decidieron aceptar la sustanciosa oferta que los organizadores les hicieron y aceptaron no ser los cabezas del evento – lo serían en 1996- pero ante una audiencia que por sí solos difícilmente habrían logrado en Europa.
Y finalmente, con el montaje escénico más inmenso que yo nunca había visto antes a Iron Maiden, que a mi juicio solamente igualaron en su último tour ‘Legacy Of The Beast’ y metidos en una de las giras más ambiciosas y poderosas que la doncella hizo en toda su historia, Steve Harris y sus huestes, ignorando por supuesto la tragedia que había ocurrido horas antes, dieron uno de los conciertos más grandes e inolvidables de su historia ante la audiencia más gigantesca que habían tenido nunca antes hasta el show de Rock In Rio de 2001.
“Aquello era tan impresionante, tan descomunal, que a pesar de que ya llevábamos años y años de carrera haciendo grandes shows, lo de Donington 88 superó todas nuestras expectativas. De hecho, estábamos tan nerviosos y acelerados… ¡que acabamos diez minutos antes de lo previsto porque tocábamos a toda velocidad!”, me confesó Nicko McBrain en una entrevista que le hice en 1996 para mi programa de radio ‘Rock Star’ con motivo de la salida de un álbum recopilatorio de la doncella llamado ‘The Best Of The Beast’.
Los Monsters of Rock llegan a Europa… ¡Y al Estado español!
En octubre de 1988 nuestra revista, por aquel entonces Heavy Rock, no solamente cubrió el festival de Donington, sino muy especialmente, como decíamos al comienzo de este blog, las paradas europeas y locales de lo que fue la primera gira Monsters Of Rock desde que el festival se institucionalizó en 1980.
Estanis Núñez y El Pirata viajaron hasta Scheinwurt, Alemania, el 27 de agosto para ver la primera edición del llamado “Donington alemán”, el festival en el que junto a Iron Maiden, David Lee Roth, Kiss y Megadeth, en lugar de Guns N’ Roses y Helloween, Anthrax, Great White y Treat completaron la jornada, esta vez solo con la incidencia de algunos heridos leves por enfrentamientos con soldados estadounidenses de las bases militares yanquis impuestas en Alemania. Nuestros colegas trajeron un espectacular reportaje sobre aquel festival tan similar al británico que fue uno de los hitos que aún se recuerdan de la historia de Heavy Rock.
Metallica y los “mototaxis” en Madrid
Lo mismo sucedió los días 17, 18 y 22 de septiembre de 1988 en Pamplona, Madrid y Barcelona. Del cartel del Donington británico solo quedaba Iron Maiden y Helloween, pero aquel Monsters en modo alguno empalidecía en comparación con el de Donington. Metallica, Anthrax, y como representante de nuestro rock, Manzano completando el cartel.
Además de lo inmensas que fueron las descargas de cada una de las bandas que participaron en aquellos inolvidables conciertos, siempre se ha recordado una divertida anécdota. Por algún tipo de problema de retraso en el vuelo de Pamplona a Madrid, los miembros de Metallica llegaron al Aeropuerto de Barajas casi cuando tenían que estar preparándose para empezar su actuación.
Los promotores, al borde del infarto al no poder conseguir sortear los atascos – era domingo a media tarde, con toda la gente colapsando las carreteras y entradas de vuelta a Madrid del fin de semana- se bajaron de los taxis y preguntaron a gente que iba en moto por la zona con aspecto heavy si podrían llevar en sus motos a los miembros del grupo sorteando los coches para que pudieran llegar a tiempo al Rockódromo, el recinto de la Casa de Campo madrileña donde miles de enfervorizados fans esperaban a los cuatro hombres de negro.
Siempre se contó en programas de radio como Disco-Cross de Mariano García o en la Emisión Pirata el alucine que los cuatro afortunados que llevaron de paquete a James Hetfield o a Jason Newsted al Rockódromo vivieron aquella tarde de septiembre en la colapsada capital del Estado, logrando que Metallica llegaran al recinto con el tiempo justo para cambiarse de ropa, y sin siquiera chequear líneas, saltasen al escenario y descargasen toda su furia sobre los hambrientos thrashers madrileños.
Un año de destierro
Nunca se pudo culpar a la organización del Monsters Of Rock de la tragedia de las muertes de Alan Dick y Landon Seggers, pero a raíz de aquel desgraciado suceso, las autoridades inglesas impusieron como medida preventiva, en espera de un estudio más pormenorizado de lo ocurrido, la suspensión de la edición 1989 del Monsters Of Rock. El evento regresó a Donington Park en 1990, con unas medidas de seguridad infinitamente más restrictivas, muchos más controles de acceso y una significativa reducción del aforo permitido, que se limitó a un máximo de 75.000 personas en contraste con los 107.000 de la edición de 1988.
Por encima de aquel horrible suceso, el nombre Monsters Of Rock sigue siendo una leyenda, un espíritu, una historia, una ilusión que nos tenía a miles de metaleros esperando todo el año para volver a pasar tres noches maldurmiendo en un autobús, empapándonos de lluvia hasta los huesos, comiendo hamburguesas quemadas por fuera y crudas por dentro, pero deseando con el corazón a mil pulsaciones llegar a aquel circuito de motor situado en el medio de ninguna parte, divisar la famosa curva Dunlop y decir… ¡Aquí estoy de nuevo! ¡Esto es Heavy Metal! Una historia que quienes la vivimos, nunca olvidaremos.
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10 comentarios
Gran como currado resumen hacia uno de los mejores carteles de el histórico DONINGTON PARK 1988 junto con las potentes descargas de la históricas bandas que se dieron cita a pesar de la tragedia con la actuación de GUNS AND ROSES. Para mí incluso se superó en cuanto a bandas en aquel DONINGTON 1991 con mis adorados e históricos AC/DC como la gran banda de cartel junto a METALLICA, MOTLEY CRUE, QUEENSRYCHE, THE QUIREBOYS y THE BLACK CROWES.
Como siempre Mariano Mayonesa tiznando de asquerosa política la música. Este todavía no se ha enterado que por mucho que diga estado Español no va a conseguir adoctrinar a la gente con los ideales de su partiducho de los Eres
Tal cual hermano, este infra-ser se piensa que vamos a ser complices de esos desequilibrados a los qyw el adora
A la generación de cristal ésta le molesta cualquier tontería. Extenso y muy buen artículo de uno de los mejores periodistas de rock y heavy del estado español y a esos les molesta sólo una cosa. Miopes que si no son de su partido, los demás no valen nada Haganselo mirar. Y no hablamos de rebatir con argumentos...
Querido estado de tontos: dejad vuestra mierda de política para vuestros referentes con mansiones y sueldazos vitalicios. Dejad la musica libre de toda esa asquerosa ponzoña.
Yo estuve allí, con Mariano García. Fue la ostia.
"Estado español" dice..qué asquico dais...
Guns n' Roses vendía más discos que todo el cartel junto.
Pues que bien. Gallifonte para el niño
Yo estuve alli y muchas veces tuve miedo de morir. La gente estabamos em una bajada hasta el escenario que era un barrizal. Habia mucha y luchabanos por mantener el equilibrio. Ibamos todos de un lado para otro, arriba y abajo, aguantandonos... Si llega a caer alguien y tropezamos todo hubiera sido una desgracia mucho peor. A pesar de tofo, fue un privilegio estar ahí. Vaya cartelazo.. Despues volví en 1990 con Whitesnake, Aerosmith... bestial. En fin, un recuerdo a la familia de aquellos dos chicos que lo único que hicieron fue ir a disfrutar de sus idolos. Gracias por el recuerdo