30 años de la borrachera excesiva de ‘El espíritu del vino’ de Héroes del Silencio: “Fue un disco muy complicado, había tensión en la banda”
14 junio, 2023 12:05 pm 1 ComentarioSiempre hay momentos en la trayectoria de determinados grupos en los que se rompe en cierta manera con el periodo anterior, se pega un sonoro golpe en la mesa y se busca la pura transcendencia, entrar a formar parte de la gloriosa historia de la música, para entendernos. Lo hicieron The Beatles con ‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’, también The Beach Boys con ‘Pet Sounds’ y por supuesto Héroes del Silencio con ‘El espíritu del vino’, el álbum con el que verdaderamente maduraron y llevaron su sonido a cuotas nunca vistas. Con motivo de los treinta años de su publicación, Alfredo Villaescusa rememora las circunstancias que rodearon semejante obra magna de nuestro rock.
Un listón muy alto
‘Senderos de traición’, el segundo disco de Héroes del Silencio, había puesto el listón demasiado alto para Enrique Bunbury y compañía, pues aquel trabajo no tardó en colocarse en el número uno de la lista de ventas en España con unas 400.000 copias vendidas. Por si fuera poco, para apoyar tal lanzamiento, los zaragozanos giraron como nunca, tanto por la península como por Alemania, Suiza, Bélgica y Francia.
En 1992 fue del mismo modo la época en la que dieron sus primeros conciertos en México, pero un generalizado mal ambiente debido a las celebraciones del V Centenario del Descubrimiento de América dejó aquel periplo en una simple anécdota. Por lo menos, durante esa gira se llevaron algo en claro, ya que conocieron al guitarrista Alan Boguslavsky, que posteriormente se convertiría en miembro del grupo.
Un disco excesivo
La confianza que les había transmitido el otrora miembro de Roxy Music, Phil Manzanera, fue suficiente para que repitieran con el veterano músico a la producción. Grabaron en sus estudios Gallery de Surrey (Reino Unido) y luego mezclaron en los estudios Metrópolis de Londres, una rutina de grabación que tampoco era muy normal dentro de los grupos patrios por aquel entonces.
Si algo queda claro a la hora de evocar recuerdos de ‘El espíritu del vino’ es que no resultan precisamente agradables. En la entrevista que protagonizaba Bunbury con la portada del número 452 de La Heavy, nuestro compañero Juan Destroyer le preguntaba por el punto en el que se encontraba Héroes del Silencio en ese momento y esto era lo que respondía el frontman: ““Fue un disco muy complicado. Había tensión en la banda y Phil Manzanera manejó el asunto como pudo. Que sea un disco doble no sé si favoreció al resultado. Pero así somos, ¿no? Hay momentos que consideras que tienes un material extra que también merece ser escuchado y pasado el tiempo te das cuenta que a lo mejor algunas cositas no eran necesarias. Por otro lado, esa es la magia de los discos, que reflejan el estado mental y anímico de un artista o de una banda”.
Los recuerdos de Manzanera sobre aquel periodo tampoco eran muy halagüeños. Pep Blay en la biografía de Bunbury ‘Lo demás es silencio’ esto era lo que nos trasladaba de boca del antiguo componente de Roxy Music: “El caso es que llegamos a un acuerdo para trabajar en mi estudio. Y mi primera sorpresa fue cuando dijeron que querían hacer un disco doble. Creo que estaban afectados por el éxito, tomaban demasiadas drogas, vivían la vida del rock and roll, lo que ellos llamaban el exceso. Eso que yo había visto antes en los setenta y los ochenta, y de lo que ya me había escapado. Al mismo tiempo era muy divertido, porque pese a todo lo que tragaban no les daba por deprimirse, sino que reían. Pero no se centraban en la grabación. Ellos pasaban mucho tiempo en Londres comprando de todo: ropa, discos, drogas…”.
Las discrepancias entre Manzanera y el grupo no se centraban solo en el planteamiento base de hacer un disco doble, sino también en aspectos formales de sonido, como la guitarra de Juan Valdivia: “Quería cambiar su estilo de verdad. ¡Ese estilo que a mí me parecía tan personal, único! Juan quería que su guitarra sonara más heavy, más Guns N’ Roses, más Iron Maiden. Me pareció que estaba tirando piedras a su propio tejado: tenía algo diferente y lo quería destruir con distorsiones para parecerse a muchos otros guitarristas. Para ser uno más”.
A nivel creativo no había ni de lejos unanimidad, también nos lo dejaba muy claro Phil Manzanera: “Enrique quería experimentar, innovar, quería seguir un camino que es el que hizo posteriormente con ‘Radical Sonora’. Pero ésa no era la dirección que querían seguir los demás. Siempre había una dinámica de tensión entre Enrique y Juan, que podría ser muy buena, pero se empezó a forzar demasiado”.
El equilibrio del desequilibrio
‘El espíritu del vino’ supuso un cambio rotundo en diversos niveles para Héroes del Silencio. Como acabamos de decir, la relación entre Enrique y Juan se enfrió y eso posibilitó que al final pareciera que cada miembro intentaba aportar su toque a lo largo del redondo, igual que si se tratara de cuatro luchadores cada uno en una esquina del cuadrilátero. Y en medio, un árbitro, Phil Manzanera. Tal vez ese furor creativo por afán de protagonismo estuviera detrás de la decisión de facturar un álbum doble.
Sin embargo, si uno escucha ‘Senderos de traición’ y a continuación se pone ‘El espíritu del vino’, notará una diferencia abismal en el apartado de las letras, mucho más espirituales en el segundo, y con cierta explotación de la dicotomía entre Oriente y Occidente, con “Bendecida” como excelso ejemplo de esto último. Bunbury incluso se planteó separar las canciones en dos bloques, pero acabaron mezclándolas.
Aparecen también referencias al cristianismo en “La apariencia no es sincera” y al poeta William Blake en “El camino del exceso”. No debemos obviar el detalle importante de que ese periodo vital le coincidió a Bunbury leyendo a Fernando Arrabal y la filosofía del absurdo, y ya se sabe lo mucho que pueden llegar a influir las lecturas que uno esté haciendo en ciertos momentos.
Una suerte de ambiente psicodélico o drogadicto sobrevuela la atmósfera de las canciones. De hecho, el origen del mismo título ‘El espíritu del vino’ surgió en estado etílico del propio grupo, pese a que posteriormente Bunbury matizara la respuesta y lo asociara con las primeras veces en las que se empieza a beber, a fumar o a querer a una persona.
Capítulo aparte merecen algunas canciones, por algo recordamos aquellos cinco temas que convertían el disco en una auténtica avalancha de rock. En este caso nos detendremos en “La sirena varada”, que tomó el título de una obra de Alejandro Casona, la historia de un ser que se debate entre la tierra o el mar, sueño o realidad, drogas o lucidez y así podríamos seguir hasta el infinito. Bunbury aseguró que dicha pieza había surgido durante una Nochebuena en la que se encerraron en el estudio y cada miembro del grupo se tomó una pastilla de éxtasis para inspirarse. Vistos los resultados, habría que discutir si algunas sustancias son realmente perjudiciales en términos creativos.
Teniendo en cuenta que el ambiente en el seno de la banda no era el más propicio, seguro que más de uno encuentra diversas interpretaciones en la letra de “La herida”, en particular en referencia a esa relación entre Enrique y Juan que por aquel entonces se desmoronaba y que supondría a la larga una de las causas de la separación de Héroes del Silencio.
Surrealismo y parajes lunares
Los videoclips que se editaron de ‘El espíritu del vino’ reflejaban por una parte esa urgencia creativa que caracterizó el trabajo en estudio, pero también ese lado surrealista y onírico presente en las letras. Así, como decorado de “Nuestros nombres” eligieron unos parajes de apariencia lunar de Agüero, en la provincia de Huesca, mientras que “Flor de loto” poseía amplias miras al incluir desde monasterios budistas de Granada o Zaragoza a planos grabados en Marruecos, Túnez o México, entre otras localizaciones. Una labor a la que se encomendó a Video Inferno, la productora independiente del hermano de Bunbury.
En esta senda ascendente de ambición creativa, para “La Herida” se optó por el director de fotografía Steve Cheers (U2, Depeche Mode). El escenario de rodaje fue el Teatro Principal de Zaragoza. Bajo un telón que reproducía el emblemático cuadro de Goya ‘Saturno devorando a sus hijos’, intervinieron tanto actores enanos como un joven de dos metros y diecisiete centímetros que alcanzó cierta relevancia al protagonizar la recordada película ‘Acción mutante’ de Álex de la Iglesia.
De las botas militares a los pantalones campana
Con una rivalidad incipiente y en ocasiones hasta declarada, el tema de la foto de portada del disco podría transformarse fácilmente en un foco de conflicto. Sobre todo teniendo en cuenta que la intención de la discográfica EMI era potenciar la imagen de Bunbury como líder indiscutible del grupo, un juego en el que el frontman nunca quiso entrar y por eso exigía para sus compañeros igualdad de condiciones.
En este sentido, conviene destacar el notable cambio de imagen de Héroes del Silencio, de un aspecto más rockero, no muy alejado del que podían tener The Mission o The Cult, a una vestimenta más sofisticada, personificada sobre todo en la figura del vocalista. Por aquel entonces, su emblemática cinta del pelo pasó a mejor vida y llegaron esos pantalones de campana que siempre realzan la silueta, así como los botines, un calzado más propio de adulto hecho y derecho que de jovenzuelo imberbe.
El refranero popular nos dice que “muerto el perro, se acabó la rabia” y tal vez eso mismo aplicaran a la hora de elegir la portada del álbum, que no fue el retrato de la banda que estaba previsto, sino una imagen distorsionada de calle Alfonso, de Zaragoza. Todo ello dentro de una especie de bola de cristal con fondo rojo. Ya nadie podría fijarse en detalles nimios como si Bunbury aparecía en el centro, en una esquina o por encima de cualquier otro.
Bunbury posteriormente confesaría que este recelo hacia ese pretendido protagonismo del cantante dañaría de forma irreparable la convivencia, en parte, porque no supieron entenderlo, y también porque a ese asunto no se le otorgó la categoría de problema, pese a que sí que lo era. Enrique, en declaraciones al libro ‘Diván’, afirmaba lo siguiente: “Quizás si lo hubiésemos llevado con naturalidad, eso no hubiese hecho tanta mella en el grupo, tanto daño”.
La lucha de egos entre Bunbury y Valdivia había comenzado y ya no se detendría por nada en el mundo. Aunque en un comienzo la visión fuera compartida, entonces eran como el agua y el aceite, la noche y el día. Bunbury se construyó una imagen potente, de auténtico divo del rock. Juan, por el contrario, rehuía las fotos y entrevistas, ni siquiera sirvió la campaña orquestada por la discográfica para que el guitarrista y compositor recibiera su reconocimiento por parte del gran público con destacadas apariciones en revistas de rock.
En el fanzine del club de fans ‘El estanque’ mostraron más que nunca su desacuerdo, pues mientras Enrique recomendaba discos de Bob Dylan o Lou Reed, Juan apostaba por Guns N’ Roses, Judas Priest y otros combos de heavy metal. ¿Quién dirigiría el timón del barco en lo sucesivo? ¿O se quedaría la cosa en tablas?
El camino inagotable del exceso
Casi parecía una ironía del destino que la gira de presentación de ‘El espíritu del vino’ se llamara ‘El camino del exceso’, pero así fue denominado un intenso periplo comenzado en Portugal que les llevaría por Europa y América con un total de 134 conciertos. La evidente complejidad del material facturado les obligó a incorporar la segunda guitarra del mexicano Alan Boguslavsky, que ya estaría como miembro a pleno derecho en el álbum ‘Avalancha’.
Hay que destacar que en esta época la banda fue recibida en audiencia por nuestro actual monarca Felipe VI, por entonces todavía Príncipe de Asturias, declarado seguidor del grupo que quiso premiar su labor de difusión del idioma castellano por el mundo. Con el carácter ingobernable que gastaban algunos miembros en dicha época, no era de extrañar que dicha visita tuviera su punto polémico cuando a la salida del encuentro con el Borbón Enrique se declarara ante la prensa “antimonárquico”. No se cortaban ni con cuchilla.
En 1993 se produjo asimismo la eclosión de Héroes del Silencio a nivel internacional con la intervención de Bunbury y compañía en un festival contra el racismo en Alemania. Se trabajaron de manera tan concienzuda la zona que ‘El espíritu del vino’ vendió allí 250.000 copias y fue número uno en ventas, al igual que en España, México y Suiza. La emisión de los vídeos musicales del álbum a través de la cadena MTV contribuyó a forjar la imagen de un grupo que en ese momento estaba traspasando todo tipo de fronteras estilísticas e idiomáticas.
Incluyeron además un tour de dos meses por Latinoamérica, con 26 conciertos en México, Chile y Argentina. Y para rematar, se cascaron cinco festivales en Alemania y Finlandia en julio de 1994. Otro de los muchos excesos que vislumbraron en cierta manera la corta trayectoria que le quedaba a un grupo que solo aguantaría junto un álbum de estudio más.
La gira al final resultó muy larga, y como no era muy difícil de adivinar, traería más problemas de convivencia en el seno de la banda. Luego decidirían tomarse un descanso, pero tampoco serviría para calmar las aguas por completo, pues la semilla de la desconfianza ya había sido plantada. En teoría, tenían previsto desconectar durante un par de años, pero una inesperada llamada del productor Bob Ezrin, responsable de grandes obras de Pink Floyd, Alice Cooper o Kiss, les sacó de su retiro espiritual en el Pirineo aragonés. Pero eso ya es otra historia.
Ya puedes escuchar el último trabajo de Enrique Bunbury, ‘Greta Garbo’, un álbum que seguramente ocupará un lugar importante en las cinco fechas con las que el frontman regresará al directo.
La alegría del anuncio de la vuelta a los escenarios del internacional vocalista se suma a que en el mes de junio, en el número 452 de La Heavy, Bunbury es el gran protagonista de la portada con su 'Greta Garbo' y todos los detalles de este regreso por todo lo alto. Metallica, Warcry, Ñu y La Renga acompañan al aragonés entre los contenidos destacados del número que ya tenemos en los kioscos y en nuestra tienda online.
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1 comentario
Gran como extenso resumen hacia uno de los mejores álbumes que dio el Rock de nuestro pais en su 30 aniversario por parte de aquellos inolvidables e históricos HEROES DEL SILENCIO. Por mi parte solo puedo decir que es un puto placer tenerlo desde hace muchos años y si me quedo con un solo tema por muy dificil que sea ese el demoledor y gran LA SANGRE HIRVIENDO.