CRÓNICA DE LA PRIMERA JORNADA DEL ROCK OF AGES DE ALEMANIA

3 agosto, 2015 12:10 pm Publicado por  1 Comentario

Seebronn, Alemania

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Michael Kiske (Unisonic, ex-Helloween) en el concierto de Rock Meets Classic

El Rock of Ages cumple su décimo aniversario y lo hace a lo grande, como debe ser, con un cartel de lujo en el que el concepto de festival familiar se ve representado en todo su sentido. Parece mentira que en un festival que lleva diez años y de la capacidad de los promotores (Bang Your Head) como es el Rock of Ages tengamos que sufrir la falta de servicios tan básicos como los de comida y baños, estos dos muy limitados, así como los precios, casi 4 € la cerveza y lo mismo por un triste Frankfurt. Aun así, el formato hogareño del evento está muy presente y familias enteras se desplazan hasta el festival con las ganas de pasar unos días de excepción disfrutando de unas bandas que de otra forma sería muy difícil  hacer coincidir. El concepto es muy bueno, y el sonido y el ambiente también, sólo hay que relajarse y disfrutar de lo lindo.

Primer día de festival lo disfrutamos desde media tarde, a partir de las 17:00, con una buena temperatura, calor, sol y buen rock n’ roll desde el único escenario del festival.

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Con una puntualidad alemana sale al escenario la banda norteamericana liderada por Danny Vaughn. Nos sorprendió que dentro de la formación, aun con tres miembros originales, se encontrase Chris Child, bajista de los británicos Thunder.  Abrieron el concierto con “Burning Down Inside”, que encadenaron con una clásica del segundo disco que publicaron, “Rescue Me”. A partir de aquí, Danny entre canciones iba haciendo pausas para coger aire. Su estado de voz no tiene la potencia de antaño, aunque conserva el buen tono. En una de ellas, exhibiendo una sonrisa amplia, contó que el próximo año publicarán un nuevo trabajo de estudio. Sonaron otros clásicos como la balada, coreada por los espectadores, “Standing Alone”, y terminaron la actuación con “Forever Young”,  su primer single de su primer trabajo ‘Don’t Come Easy’, del año 1991. Una buena actuación con un buen sonido por parte de los encargados de inaugurar el festival, lo cual no es fácil.

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The Tubes

Desde Arizona retornan The Tubes, una banda que navegó entre el punk, el glam y el pop rock de los setenta, y que ahora se ve embarcada en un tour de celebración (40 años ya) que le lleva a visitar parte de Europa y Norteamérica. The Tubes se reencuentran con unos fans ansiosos de disfrutar de nuevo con sus clásicos y los más acérrimos siguieron sus temas como si por ellos no hubiera pasado el tiempo, aunque los menos allegados a la historia del quinteto disfrutamos más  por el espectáculo de cambio de indumentaria del cantante Free Waybill, que pasó de la camisa de fuerza a la estética más puramente Glam de los 70’s, que por el aspecto musical. Sinceramente, el concierto fue flojo, no tanto por parte de una banda que no sonó mal, pero sí por parte de Waybill que quedó muy por debajo de las expectativas debido a que los años le han pasado lógica factura. Temas como “Power Tools”, “No Way Out”, “Don’t Wait Away Anymore”, su primer single “White Punks on Dope” y “She´s A Beauty” fueron los únicos que se salvaron de la defenestración, mostrando estos aún su capacidad para divertir. Y es que los clásicos, clásicos son.

JF

D-A-D

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D-A-D. en acción

Con cinco minutos de retraso salen los daneses afrontar su show. Por suerte nuestra, esta vez estaba con ellos su bajista original, Stig Pedersen, recuperado de su lesión de clavícula. Tal vez por eso nos pensamos encontrar con su show más clásico de rock’n’roll, Cow Punk, cambios de modelos de bajo y fuegos de artificio. Nada más lejos de la realidad. Aunque los daneses son siempre sinónimo de entrega, esta vez no acertaron en la elección de su set-list. No fue hasta el cuarto tema que encontramos un clásico de ellos, “Helpyouselfish”, el cual, todo sea dicho, dejó más bien frío al público alemán. En cambio, el panorama varió con “Monster Fylosophy”, un tema que bien podría sonar en muchas salas de baile. Afrontaron su final de concierto con “Sleeping my Way” un clásico que levantó los ánimos de todo el mundo. La gente tenía más ganas, pero aquí se terminó la historia, quedando en el tintero himnos como “Jihad”, “Bad Craziness” y su medio tiempo “Disneyland After Dark”, entre muchos otros.

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Leningrad Cowboys

No sabría bien como definir este grupo de rock. Bueno, grupo no, más bien orquestra, ya que cuentan con diez miembros, formación clásica de rock y sección de vientos más dos coristas. Tampoco es que sean una orquestra convencional, ya que basan su show en hacer versiones de clásicos de todos los tiempos en tonos de folklore ruso, rancheras, tangos y otros estilos alejados del público más rockero. Eso sí, son pura fiesta, y como tal, hacen divertir al público con su entrega y creo que también a ellos mismos. Con una escenografía más propia de los soviéticos de los años ‘60, sonaron temas, como no, el “Back in U.R.S.S” de los Beatles, de Offspring o Beasty Boys. Incluso llegó a salir un guitarrista disfrazado de Elvis para afrontar el clásico de los Ramones “Blizkrieg Bop”.  Pero la cosa no termina aquí, imaginaos por un momento en un festival de rock que suene “Delilah” de Tom Jones y te encuentres a todo el público coreándola como fans del Tigre de Gales en los años ’70. Eso son Leningrad Cowboys, músicos  de primera línea que saben hacer divertir al público con Johnny Cash (“Ring on Fire”) o con el himno de The Doors “L.A. Woman”, canción con la que iniciaron el concierto. Nos quedamos con ganas de más, mucho más, sobre todo de que tocasen su baladón de factoría propia “Leningrad”; pero el tiempo apremiaba y venía el plato fuerte de la noche.

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Rock Meets Classic

Con una sonrisa de oreja a oreja por la fiesta vivida con Leningrad Cowboys, nos apostamos frente a un escenario en el que se habían acumulado casi media hora de retraso sobre el horario convenido, cuando frente al telón se situaron dos chelistas y dos violinistas que, con la delicadeza del sonido de orquesta de cámara, deshilaron un suave “Bohemian Rhapsody” de Queen, que tuvo su punto pero nos dejó algo extrañados, ya que temíamos que el retraso se debiera a problemas de algún tipo y que por tanto, el concierto no fuera a ser lo que esperábamos. Sin embargo, al finalizar el clásico de Queen, las cuatro músicos se levantaron y rabiosamente iniciaron un intenso “Thunderstruck” que incendió la pasión y la energía en el público. Mientras, caía el telón, y tras él apareció una buena representación de la Bohemian Symphony Orchestra de Praga, además de Mat Sinner (Primal Fear, Sinner) al bajo, Oliver Hartmann (At Vance, Avantasia…) y Alex Beyrodt (Primal Fear, Silent Force) a las guitarras, el teclista de Alice Cooper, Zlatko Jimmy Kresic, que se presentó como efectivo multiinstrumentista; y a la batería un magistral Moritz Müller (The Intersphere). Y os preguntaréis: ¿y los cantantes? Pues bien, en ese aspecto y de forma magistral, estuvieron Oliver Hartmann, un desconocido para nosotros Sascha Krebs (en Alemania ha intervenido en operas rock como: ‘Hair’, ‘We Will Rock You’ o ‘Jesucristo Superstar’), la gran vocalista Jennifer Haben (Beyond the Black), Joe Lynn Turner (ex Rainbow, ex Deep Purple, ex Yngwie…), Michael Kiske (ex Helloween, Unisonic…) y Dee Snider (Twisted Sister), además de coristas como la excelente Kolinda Brozovic. En cuanto a las ausencias, que desgraciadamente también las hubo, caben destacar las de Marc Storace (Krokus) y la de Ralph Scheepers (Primal Fear), este último sorpresa de bulto, ya que se le pudo ver durante el festival entre el público.

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Dee Snider (Twisted Sister) con la orquesta detrás

Pero vamos al grano. En la parte vocal, la primera en intervenir fue la cantante de Beyond the Black, Jenifer Haben, cuya melódica voz se soldó perfectamente a la pasión ejercida por su clásico “In the Shadows”. Tras ello, Matt Sinner presentó a Joe Lynn Turner, que con su habitual y macarrilla pose nos sorprendió con unos más que efectivos “I Surrender”, “Stone Cold” y el que Joe dedicó a la memoria de R J Dio, “Stargazer”. Desde luego Joe no es Dio, pero aunque más letárgico, el himno sonó de manera especial. Todos estábamos asombrados por la espectacularidad con que sonaba y se componía todo, pero sobre todo por la pasión con la que todos sobre el escenario ejercían su papel. Tras la intervención de Joe una pausa sinfónica con la parte principal de la serie ‘Game of Thrones’ que finalizó con un excelso “I’d Do Anything for Love” interpretado a las voces por Oliver Hartmann y Sasha Krebs, en la parte masculina que ejecuta Meat Lof, mientras que la femenina estuvo recogida por la sensual Kolinda Bronzovik. ¡Genial!

La parte más aplaudida por el respetable fue la intervención de un excelso Michael Kiske, al que las intervenciones medidas y con tiempo limitado le hacen ser mucho más explícito con su voz. “The March of Time”, “Kids of the Century” y “I Want Out” mostraron que si no se reserva Michael sigue siendo más que espectacular. Otro receso sinfónico con la parte central de ‘Piratas del Caribe’ acabó con una divertida lucha entre el entregado director de orquesta, que en muchas ocasiones enloquecía más que nadie, y un violinista de la orquesta. Y es que en el escenario hubo casi de todo. Cuando sonó el nombre de Dee Snider, todo se vino arriba. Pareció que el cielo se rompía. El huracán Snider salió, como de costumbre, en tromba y con las ganas de comérselo todo. Era espectacular ver como Dee se fusionaba a la perfección con una grandilocuente orquesta que arropó clásicos de Twisted Sister como “You Can’t  Stop Rock n Roll”, “We’re not Gonna Take   It” o la sublimemente emotiva “The Prize”, como no, dedicada a la memoria de AJ Pero. Para acabar el show de clásicos de Twisted Sister, sonó el fulminante himno que acabó con nuestras gargantas, “I Wanna Rock”. El final de fiesta se arribó con las máquinas a la máxima revolución en un rabioso “Highway to Hell” interpretado por todos los artistas sobre las tablas, nos vació a todos por completo e hizo que nuestra sonrisa se destapara más que en ningún momento de la noche. El rock, los efectos pirotécnicos y la música clásica se unieron a la pasión vivida en un show tan mágico que seguro no olvidaremos en mucho, mucho tiempo.

JF

Textos: Xavier Bertran/Josep Fleitas
Fotos: Josep Fleitas    

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    La verdad que todas las bandas presentes en dicha edicion realizaron unos conciertos muy dignos pero lo de ROCK MEETS CLASSICS es de otro mundo la cantidad de grandes musicos que se unieron a dicha orquesta para realizar algo muy grande!!!

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