CRÓNICA DE LA CUARTA JORNADA DEL SWEDEN ROCK FESTIVAL

18 junio, 2015 10:16 am Publicado por  2 Comentarios

Parece mentira el cómo llega a pasar de rápido el tiempo cuando te lo estás pasando bien y cómo lo bueno parece ocurrir tan velozmente que no te da ni tiempo a disfrutarlo en plenitud. Pero la cosa es así y todo camino llega a su fin. Por suerte, las sensaciones positivas se han acumulado en una montaña cuya escalada es técnica y divertida. Con la jornada de hoy llegamos a la cima, y tras ella llegará el momento del rapel, del relax; de ir recordando de manera cómoda esos pasajes que hemos disfrutado. Pero antes, aún queda parte de la pared que nos conducirá a su cúspide…

¡A tope!

El último día de festival se muestra igual de intenso y variado como los precedentes. El tiempo, aunque a primera hora nos deja una pequeña lluvia que refresca el ambiente, nos acompaña para ensalzar aún más nuestro disfrute ante unos conciertos que vuelven a tener la máxima categoría de calidad.

Ace Frehley

Ace Frehley

El día lo inicio frente al Rock Stage, sobre el que los suecos Mustach –nombre escogido por la banda como referencia a los bigotes de Tony Iommy y Freddie Mercury-, acompañados por alguna que otra personalidad institucional y parte del staff del festival, inician su concierto entonando el himno nacional sueco a ritmo de Rock n Roll –“Du gamla, du fria”-. Hoy es el día patrio en Suecia y por estos lares esto se lleva con festiva solemnidad, aunque la verdadera fiesta aquí está en lo que el cartel nos ofrece y las evoluciones que las bandas nos aportan. En ese aspecto, lo aportado por Mustach fue una gran muestra de entrega y efectividad: ya son unos clásicos en el festival y eso se nota. Mustach ha ido escalando merecidamente en posiciones, y de actuar en la carpa, casi en sus inicios como banda, han pasado ya por cuatro de los cinco escenarios del SRF. Viendo su madurez, progresión musical, entrega, posicionamiento y la acogida que tienen entre el público, por equitatividad su próxima parada deberían hacerla en el escenario principal, ya que lo mostrado en esta ocasión por el cuarteto de Gotenburgo estuvo a la altura de los nombres más refutados que actuaron en el festival. Lo demostraron con buenas dosis de Hard Rock macarra en temas que cada vez tienen mayor paralelismo a lo aportado por Danzig –sobre todo por la voz de su líder, el cantante y guitarra Ralf Gyllenhammar-. Temas bien dispuestos, como el electrizante “Double Nature”, un expresivo “Thank You For The Demon, el entusiasta “Borderline”, su clásico “Mine”, el marchoso “Down In Black” o el pétreo “I Hunt Alone” y, aunque sorpresivamente Mustasch se dejaron en el tintero su hit “The Challenger”,  su set se correspondió a lo que esperaba reencontrarme con ellos. Y me convenció. Motores arrancados y sentidos a punto para más, mucho más…

Las primeras cervezas del día habían caído ya y mi garganta estaba a punto para apoyar la propuesta de otros que han ido progresando positivamente y no sólo en el festival… Hablar en Suecia de Hardcore Superstar es hablar de Rock 'n' Roll con palabras en mayúscula; es referirse a la parte más fiestera e inconformista de una sociedad muy bien estructurada y rígida; es saltarse la formalidad y romper con ella a base de muestras limitadas de gamberrismo y rebelión social. Así son Hardcore y así se muestran sus seguidores: apasionados, anárquicos, libertinos y fiesteros al límite. Espoleados en todo momento por un espídico y motivador Joackim Berg, Hardcore Superstar propusieron una fiesta de alto octanaje sobre el gran espacio del Sweden Stage. Nervio, garra, rabia y simpatía se comunicaron desde el escenario en temas que nos hicieron cantar y saltar hasta la extenuación. Un dato que no extraña a nadie viendo los himnos de estilo Sleazy que presentaron en todo su setlist: “Need No Company”, “Last Forever”, “Touch The Sky”, “Last Call For Alcohol”, “Cry Your Eyes Out”, “Wild Boys”, “Liberation”, “Don’t Mean Shit”, “Run To Your Mama”, “Moonshine”, “We Don’t Celebrate Sundays” y “Above The Law”. Todos estos temas sólo pueden proponer una cosa: desgarramiento y pasión desmesurada. ¡Grandes Hardcore, cada vez más grandes!

Con un subidón de adrenalina emprendo de nuevo camino hacia el Rock Stage, escenario sobre el que iba a tener lugar otro de los grandes momentos del festival: la actuación de Riot V, que como en el Bang Your Head del año pasado dieron muestra de una soberbia magistralidad y una entrega sin limitaciones. La reconfiguración de la banda con la incorporación de su nuevo cantante, el motivador Todd Michael (ex PullingTeeth, BurningStarr,Reverence…), y su excelente última obra, ‘Unleash The Fire’ (2014), han sido capaces de superar con creces las expectativas  y disolver los interrogantes que tras la muerte del líder y cofundador de la banda Mark Reale (R.I.P. 25/9/2012) habían surgido, sobre todo entre sus fans más acérrimos.Con sólo tres temas de “Unleash The Fire”  en su setlist –“Ride Hard, Live Free”, “Metal Warrior” y “Take Me Back”-, la actuación de Riot V fue un homenaje a la historia de Riot y a Mark Reale. Himnos clásicos e ineludibles como: “Narita”, “Fight Or Fall”, “Black Leather And Glittering Steel”, “Johnny’s Back”; la powerballad “Bloodstreets”, “Flight of The Rainbow”, “Flight Of The Warrior”, “Warrior”, “Swords and Tequila” o el imponente final que supuso un destripador “Thundersteel”, recorrieron la trayectoria de una banda que de nuevo colmó nuestra sed de buenas sensaciones. Seguro que en el Rock Fest Barcelona, Riot V volverán a mostrar esta cara de su faceta: la más entregada, dinámica y festiva.

Volvemos al frontspace del escenario principal, ahora para disfrutar, esta vez sí, del Hard Rock del ex guitarra de Kiss (1973/1982 y 1996/2002), Ace Frehley. Hace unos años (2008) Ace actuó en el mismo escenario y nos dejó con las ganas de mucho más. En esa ocasión su estado dejó mucho que desear y su propuesta quedó muy atrás a lo que me esperaba haber disfrutado de ella. Sin ganas, sin emoción y en un estado digamos que poco correcto para la concentración, en aquella ocasión el Spaceman hizo que mirar el reloj fuera una constante. Pero esta vez Ace mostró la otra cara de su moneda, la que todos queremos ver, esa cara reluciente y apasionada que conforma gran parte de su historia, y con él, la del Rock n Roll. Sabido es que Ace no es un frontman muy expeditivo, ni sus temas de lo mejor que nos podemos encontrar en el Hard Rock, pero la edición el pasado año del álbum ‘Space Invader’ parece haber dado un vuelco a su estanqueidad y apoyado la recuperación de uno de los guitarras más descritos de la historia. Con el apoyo de una muy buena banda y el de un público que disfrutamos parsimoniosamente de sus temas: “Gimme A Feeling”, “Toys”, “Break Out”, “Snowblind”, “2 Young 2 Die” y “Rip It Out”; y más entregadamente de las buenas versiones de su época en Kiss que Frehley dispendió: “Rocket Ride”, “Parasite”, “Love Gun”, “Strange Ways”, “Shock Me” –tras la que Ace ejecutó un largo solo, en el que el mítico show de la guitarra humeante volvió a ser coprotagonista-, “Cold Gin” y “Deuce”. Es toda una alegría ver que Ace se muestra mucho mejor que la última vez que pude verle. Su mala fortuna con las drogas, el alcohol y la velocidad por fin parecen haber acabado. En esta ocasión sí que Ace supo transmitir buenas sensaciones.

Extreme

Extreme

El ir y venir del Festival al Rock Stage fue una premisa en esta jornada, aunque en los otros tres escenarios la cosa tampoco pintaba nada mal. Caso de la coincidencia en horario de quienes actuaban en el Rock y en el Sweden Stage. Por una parte, en el segundo escenario en tamaño del SRF actuaban los clásicos Mother’s Finest, que a ritmo de Soul/Funk/Rock que marcaba su voluptuosa y expeditiva cantante, Joyce Kennedy, también conocida como ‘Babe Jean’, presentaban su nueva obra discográfica ‘Goody 2 Shoes & Filthy Beast’, un buen trabajo que sabe recoger el espíritu de una banda que lleva en activo desde principios de los 70 y que aún mantiene su esencia, estética y carisma sin sufrir demasiado el paso del tiempo. Por otro lado, en el Sweden Stage actuaban los neoyorquinos Nuclear Assault, dirigidos por el ex bajista de Anthrax Dan Liker –joder, cuanto tiempo hace ya de esto…- y el cantante John Connelly, quienes desplegaron toda la fuerza de su rabioso y directo thrash metal. La cosa estaba clara, o me perdía a uno de los dos o compartía el tiempo entre los dos. Obviamente opté por la decisión salomónica.

Mother’s Finest salieron con muchas ganas, empapando a un público que, aunque no muy numeroso, mayoritariamente se veía bien conocedor de todo lo que ocurría sobre el escenario. Por ello no me sorprendió que la pasionalidad de la veterana cantante femenina Babe Jane fuera coreada como cualquiera de las bandas más clásicas que en aspectos más potentes de la música habían actuado en el festival. Temas como “Angel”, “Burnin´Love”, el mítico “Truth Set You Free” y el esenciado “Can’t Fight The Feeling” fueron los que me permití ver del concierto de un sexteto de Georgia en el que, al menos en esa parte inicial del concierto, aparte de la rubia cantante, destacó el guitarra Gary Moore –no, Gary no ha vuelto por efecto del voodoo, sólo es coincidente el nombre y apellido, además del uso de instrumento-. Por otra parte, cuando llegué al espacio del Sweden Stage, Nuclear Assault estaban destripando un potente “Game Over” con el que consiguieron que mi adrenalina hirviese en mi interior a la más alta temperatura, gracias a temas tan duros como el cemento: “Justice”, “Pounder”, “Sin”, “Died In Your Arms”, “Wake Up”, “Torture Tactics” o “Technology”.  Nuclear Assault arrancaron de mi más explosiva y descalabradora entrega. Desde luego que fue una buena idea el combinar aspectos tan diferentes de la música y lo que esta propone en un concierto. ¡Buena combinación!

Uno de los momentos que personalmente más esperaba del día era el poder reencontrarme ante un Peavy Wagner al que supuse que habría enterrado a Rage para siempre. Sin embargo la cosa se pintó de una manera inesperada. Y creo que, para la gran mayoría de los que nos asentamos frente al Rockklasiker Stage, fue toda una sorpresa el comprobar que sobre las tablas había una reconversión de Rage en su época más clásica. ¿Los protagonitas? Peavy Wagner (voz y bajo), Manny Shmidt (guitarra) y Christos Eftimiadis (batería). Refuge iniciaron su andadura el pasado año bajo el nombre de Tres Hombres. Debido a la buena aceptación que tuvieron sus conciertos, decidieron seguir y cambiar el nombre de Tres Hombres por el de Refuge, nombre recogido del título de su álbum que Rage editaron en 1992. Bajo el nombre de Refuge el trío germano han conseguido ser incluidos en carteles de grandes festivales europeos, que en nuestro país recalará en sus actuaciones en el Rock Fest Barcelona y el Leyendas del Rock. El concierto de Refuge fue una auténtica fiesta en recuerdo a Rage. En él la banda se dejó la piel y supo proponer un aspecto renovado a lo que Rage proponía desde 1999, con Victor Smolski a la guitarra y Mike Terrana a la batería. Desde luego este concierto tuvo menos técnica y vistosidad que cuando este portentoso trío nos proponía a un headbanging de la más alta intensidad, pero la apasionada entrega del combo germano y la eficacia de himnos como “Firestorm”, “Solitary Man”, “Nevermore”, “Light Into The Darkness”, “Don’t Fear The Winter” o el homónimo “Refuge”, convirtieron la carpa del Rockkasiker en una exaltación para los headbangers que la llenaban.

Con muy buenas sensaciones tomo el regreso hacia la parte frontal del Rock Stage en el que iban a actuar Extreme. Debo ser sincero: Extreme nunca ha sido plato de mi satisfacción, ni su música me propone pasión; pero ver el show que se monta Gary Cherone y la técnica de Tapping de Nuno Bettencourt siempre son una buena opción. Y precisamente el concierto de Extreme estuvo recubierto de ello y a toneladas… Gary es un frontman al que le gusta el protagonismo, ser el centro de las miradas y bailar desmesuradamente –cosa que no acabó de cuadrar en Van Halen- y Nuno es casi lo contrario, no se propone destacar... más bien sabe disponer de sus momentos demostrando su buena capacidad técnica y su virtuosismo si excentricidades. Con esas bases los temas de su setlist se vieron bien fundamentados en temas como “Decadence Dance”, “Rest In Peace”, “Kid Ego”, Play with Me”, “ More Than words”, “Take Us Alive”, “Hole Hearted”.También sono el cover de Queen “Crazy Little Thing Called Love”, recordando esa ocasión en la que la banda participó en el Freddie Mercury Tribute en el que Brian May y Van Halen se marcaron una jam con ellos-. Esta demostración de rock supo conectar con un público muy dividido en entrega. Para definir la mía sólo nombraré el tema con el que cerraron el concierto: “Get The Funk Out!”.

Judas Priest

Judas Priest

Tras el largo concierto de Extreme – a mí me lo pareció y mucho- llegaba el momento de descubrir in situ si tendría la suerte de poder vivir uno de esos conciertos que en hispanoamerica hicieron enloquecer a miles y miles de Metalheads. Judas Priest iba a ser quienes cerrarían, virtualmente, este año en el festival. Y tras la decepción que supuso el show de Mötley Crüe en la jornada anterior, creo que todo el mundo teníamos ganas de reventarlo y poder sacar lo que ayer tuvimos que contener para disfrutar al máximo en la recta final del festival. Un gran cartel con el nombre de la banda cubría la totalidad del amplio y gigantesco escenario del Festival Stage. Mientras sonaba el clásico de Black Sabbath “War Pigs”, el bullicio se iba tornando en una ensordecedor murmullo que acabó explotando cuando tras la intro “Battle Cry” cayó el telón y surgieron las figuras de Scott Travis tras su enorme drum machine; Ian Hill siempre al fondo y los dos hachas, Glenn Tipton y Richard Faulker, que desde un primer momento se mostraron, motivados, punzantes y comunicativos  ¿Y Halford? El God empezó con buena voz, entonando con precisión los pasajes vocales que propuso un intenso “Dragonaut”, amenizándolo con pasos robotizados y buenos agudos. Pero la exaltación ante el himno de su última obra ‘Reedeamer of Souls’, ‘British Steel’ se ejecutó con soberbia magnificencia. La cosa apuntaba maneras: la voz de Rob era espectacular y la entrega de la banda, de las más intensas de las vividas en el festival. “Metal Gods” se entonó con soberana potencia, tema ante el cual Halford imprimió su presencia en la larga pasarela del escenario motivando a un más a un público totalmente entregado a la motivación que se vivía sobre las tablas. La cosa fue a más ya que tras el majestuoso himno, un poderoso “Devil’s Child” propuso que Halford jugara con la banda con motivadores puñetazos al aire frente a cada uno de sus compañeros de viaje. La cosa se había calentado desde el principio y la motivación de los temas no nos había dejado bajar nuestros brazos. El siguiente en turno iba a conseguir mantener nuestros apuntando al Valhala, un brutal “Victim of Changes” en el que Halford estuvo exultante, con unos agudos que amenazaban con dejarnos un pitido permanente en nuestros pabellones auriculares. La entrega fue máxima, tanto por parte del público como por la mostrada por un quinteto que se asentabaen unos cimientos muy sólidos y compactos. Con ganas de demostrar que siguen siendo esa banda que sabe liderar el reino del Metal.

Judas Priest me estaba convenciendo mucho más de lo que esperaba que lo hicieran y la cosa no había hecho más que empezar…  Tras el clásico del mítico ‘Sad Wings of Destiny’, era el turno de otro himno, en este caso recobrando el protagonismo que merece ‘Redeemer of Souls’ que esta vez se vio representado en un bien entonado “Halls of Valhala”, en el que Richard Faulkner se lució sobre manera. Los efectos especiales se reproducían en la gigantesca pantalla trasera en la que llamaradas, portadas de discos e imágenes acordes con lo que se ofrecía en cada tema iluminaban la noche sueca. En este caso fue la aclamada portada del ‘Defenders of theFaith’ la que acompañó un esenciado “Love  Bites” que se soldó con “March of the Damned”, que seguía la fórmula clásico/novedad con la que la banda nos estaba sacudiendo y que se rompió tras los dos en consecución: el mecánico “Turbo Lover” que acabó con un fraternal abrazo entre Halford e Ian, la cual dio paso a un agresivo “Redeemer of Souls”, acogido de manera enervante ante la afirmación por parte de Rob de que el SRF para ellos es el mejor festival del mundo.

A partir de ahí sólo los clásicos fueron los que nos hicieron vibrar con una intensidad sin freno. La adrenalina corría por las arterias como un bólido por una carretera sin límite de velocidad, un límite que ni “Beyond The Realms of Death”, presentada por el Metal God como una balada de heavy metal, hizo bajar. Y llegaba ese momento de éxtasis de subidón al máximo nivel que nos aportaron “Jawbreaker”, recogido con la afilada portada del British Steel. Siguió el siempre exaltante "Breaking The Law" en el que como espreceptivo hubo un juego vocal entre Halford y el público. Sin parar, el rugido de la poderosa Harley que se posicionó en la punta de la pasarela sirvió para precedir una “Hell Bent For Leather” que acabó por romper nuestras cuerdas vocales. Un breve receso para calmar un poco, ¿pero, qué digo? ¡Para coger carrerilla…! “The Sentinel”, “Electric Eye” y “You’ve Got Another Thing Coming” nos apalearon mostrando a un Faulkner que cada vez más toma las riendas, en unas partes de guitarras en las que se desenvuelve con encerada soltura. La banda se veía feliz. Las miradas de complicidad, los juegos enervantes de Halford con sus compañeros, las sonrisas y abrazos daban la impresión de un buen rollo con el que supieron contagiarnos. Una solo de Richard que estuvo acompañado por Scott a la batería, una pausa y el fibrado batera preguntó ¿Queréis una más? La afirmación fue lógica y unánime y la respuesta fue un “Painkiller” en el que Halford se dejó las cuerdas vocales. Fue admirable comprobar cómo Rob aún se atreve con este mítico y exigente tema, aunque por pura lógica éste lo afronta con dos tonos menos. Aun así su entrega y pasión hace que, lejos de criticarle, le apoyemos a la máxima potencia y con los registros que particularmente cada uno pueda ofrecer para convertir en más especial el momento que siguió con ese sencillo y vacilón “Living After Midnight” con el que Judas Priest se despidieron, no sin antes agradecer el recibimiento y entrega de un público –como siempre muy moderado- al que prometió volver a visitar muy pronto. Nosotros volveremos a disfrutar de la grandeza que el quinteto nos ofrece en el Rock Fest Barcelona, donde seguro que los gritos de “Priest, Priest, Priest…” rasgarán la estival noche de Santako.

Con la alegría de un buen final y con ganas de compartir la experiencia, me dirigí a la zona reservada para la prensa, las bandas y el VIP. Un lugar en el que el reencuentro con viejos compañeros de vivencias en el festival y la celebración de “La quinta”, hicieron que el tiempo volase y sólo pudiera ver el final del show de unos The Darkness  que ahora cuentan con el hijo del batería de Queen tras las baquetas y con el siempre excéntrico Justin Hawkins haciendo las mil y una travesuras que tanto divierten a un público que nunca deja de sorprenderse con ellas. Los estridentes falsetes desatados por Justin en “Stuck in A Ruth”, “I Believe in a Thing Called Love” y “Love On The Rocks With No Ice” propusieron un festivo fin de jornada y dieron el brillo final a un festival que como cada año ha estado replete de grandes sensaciones, alegres reencuentros y nuevas amistades.

Sin duda la experiencia y la singularidad de lo que se vive en un festival como el Sweden Rock tiene una firma irrepetible. La familia del Sweden sigue creciendo y con ella se consolidan los Sold Out y las buenas sensaciones. Un año más hemos conseguido que durante cuatro días la frase del festival para nosotros tenga un sentido especial: “Fill Your Head With Rock!

Texto y  fotos: Josep Fleitas

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Esta entrada fue escrita por Redacción

2 comentarios

  • Frank dice:

    ¿Como han cambiado las tornas eh Josep? ¿Quién te iba a decir a ti, cuando escribías las crónicas tan negativas para Rock Hard de los recién reunificados por aquel entonces Judas Priest (estoy hablando de hace 10 años o así) en Bang Your Head o Sweden Rock, que ahora ibas a disfrutarlos en toda su plenitud? Jaja... Pero me alegro hombre, y geniales las 4 crónicas de cada día del festival, aunque he echado en falta más fotos de las bandas participantes. ¡Un saludo!

  • Juandie dice:

    Estupendos conciertos por ambas bandas para cerrar la cuarta jornada de uno de los mejores festivales de nuestro continente.Aunque la que más ha sobresalido por encima de todas ya no solo en este cuarto dia sino en todos el festival fueron los JUDAS PRIEST con ese directo tan demoledor que llevan años demostrando por medio tanto con HALFORD como en sus años con un gran cantante como RIPPER OWENS!!!

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