BIZNAGA: BALAS Y MÁS BALAS

10 marzo, 2015 6:27 pm Publicado por  1 Comentario

Kafe Antzokia, Bilbao

La mitificación excesiva siempre trae consigo daños colaterales. Hay algunos que se quedaron olvidados en el rincón y ni dios se acuerda de ellos, pese a que su contribución a la historia musical haya sido en su día más que reseñable. Y ya si encima sumamos a la habitual desmemoria la dictadura de lo políticamente correcto, está servido el cóctel para que florezca la ignorancia y los prejuicios varios.

intbiznagaUn ejemplo pudo ser el de los castizos Gabinete Caligari, un grupo al que muchos acusaban de hacer apología del fascismo y del comunismo al mismo tiempo, incapaces de pillar ese cachondeo general y ruptura de tabúes que supuso La Movida Madrileña. Aunque lo cierto es que había que tenerlos bien cuadrados para, en tiempos de pelos de colores y extravagancia, reivindicar la raya del pantalón, la clase y cosas tan profundamente españolas como la tauromaquia o el pasodoble. Olé.

Deudores de esa impagable actitud sin complejos son los también madrileños Biznaga, a los que, en su breve trayectoria, ya han comparado en repetidas ocasiones con la legendaria banda de Jaime Urrutia. Aunque lo cierto es que también beben hasta hartarse de los iconos del siniestrismo patrio Parálisis Permanente, bastante más recordados en la actualidad que los creadores de “Cuatro Rosas”; e incluso se nota la influencia de Eskorbuto en cuanto a actitud y letras directas a la yugular, todo revuelto en un pasapuré popular que les hace hasta atractivos para el público indie.

Conocedores de su predicamento en la capital del Estado, nos sorprendió empero que se montaran largas colas para ver a estos chavales que casi acaban de despegar, como quien dice, con su prometedor debut ‘Centro Dramático Nacional’. Gafapastas de infantería y alguna chica en plan oscurilla convivían con punkis de los que montan pogos desenfrenados y hacen apartarse a los que prefieren situarse en el burladero para contemplar el espectáculo.

Un ramillete de jazmines en forma de bola que se vende por las calles de Málaga sirve a los jovenzuelos Biznaga para darles nombre y sintetizar una propuesta que, por su absoluta originalidad, llama la atención en el panorama nacional. La brevísima y frenética “Divino fracaso” fue el detonador necesario para que se desataran violentos pogos al unísono, como esperando una señal, que se amplificó con “Fiebre”, con la voz de Álvaro asemejándose por completo a la de Edu Benavente de Parálisis Permanente. Ya no solo se parecía en los tonos chillones, sino en esa peculiar forma de interpretar tan imitada y que a día de hoy sigue sacudiendo el espinazo.

La peña les acogió con la hospitalidad reservada a los autóctonos y se escuchó por ahí algún “gora Euskadi”. Tal vez ellos no lo sepan, pero su palo tampoco dista demasiado del de determinadas bandas del llamado ‘rock radikal vasco’ ochentero. Y la tradicional camiseta a rayas de inspiración borroka que llevaba el voceras podría ser de lo más normal del mundo en el Casco Viejo bilbaíno.

Superaban con nota la prueba del directo y los temas adquirían mayor velocidad y contundencia que en estudio, aderezados de una actitud punki sin paliativos. Había himnos de tasca madrileña como “Las brigadas enfadadas” para cantar puño en alto hasta quedarse sin aliento, a la par que uno riega la garganta con cerveza. Y no merece pasar desapercibido su impresionante batería que ejecutaba redobles de temblar el recinto imprimiendo un ritmo endiablado e incesante cual taladradora.

Épica atronó nuestra preferida del disco “Máquinas blandas”, cuyo incisivo estribillo rememora el cuchillo de cocina de “Un día en texas” de Parálisis Permanente. Y cuando gritaron “balas y más balas”, unos cuantos hicieron con la mano el gesto de una pistola antes de que admitieran que “todos somos putas”. Ya solo por esas letras vitriolo puro, en ocasiones poéticas y hasta reflexivas o nihilistas, merecerían un lugar aparte en una escena nacional en la que las aportaciones con personalidad propia surgen "de pascuas a ramos".

Su vertiente populista refulgió en “Cul de sac”, con unas melodías latinas que recordaban ligeramente a Los Rodríguez. Precisamente esta faceta ‘comercial’ suya será sin duda la que les lleve hacia mayores cotas de popularidad en el futuro, desempolvando el legado de Gabinete Caligari y del folklore patrio, algo que no tiene por qué ser necesariamente casposo cuando se hace con la clase que exhiben ellos. En este contexto cobraría especial importancia “Los duelistas”, la pieza que cierra su debut con castañuelas y la voz racial de La Juana Chinarro, que habría supuesto todo un puntazo en directo, y más en Euskadi.

“Maldita mi estampa” reincidió en ese ambiente de tugurio canalla en los que los problemas se solucionan a base de navaja, al igual que “Adalides de la nada” de su anterior demo, con la que homenajearon ese sonido crudo, amateur, de bandas míticas tipo Desechables o Kaka de Luxe. Una lástima que no se estiraran con unos bises, aunque trece o catorce cortes de esta gente a pleno rendimiento, sin bajar el pistón ni por asomo, no son ninguna broma. En tan fugaz lapso transmitieron más que otros en dos horas.

Van a ser muy grandes, ya que han conseguido eso que otros tardan años en lograr: un estilo propio y reconocible de inmediato. Aunque todavía tienen capacidad para pulir ciertos detalles. A la próxima tocarán con galones en el piso de abajo del Antzoki en vez de en el reducto superior, como en esta ocasión. Llevan el cargador repleto de balas y más balas. Y apuntan a la cabeza.

TEXTO Y FOTOS: ALFREDO VILLAESCUSA

 

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Esto es lo que necesita nuestro país que salgan bandas como estos BIZNAGA con el rock gótico de bandas como PARALISIS PERMANENTE como punta de lanza a su música.En relación a su concierto bilbaíno junto con sus temas propios y alguna que otra versión estuvieron sublimes y espero que no solo se quede en eso!!!

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