EL DROGAS: DEMASIADO TONTO EN LA CORTEZA

Maldito Records

7/10

El Drogas, uno de los estandartes de nuestro rocanrol, publica por fin su primer elepé bajo su pseudónimo tras la separación definitiva de Barricada. ‘Demasiado tonto en la corteza’ es un triple compacto dispuesto a demostrar que lejos de la depresión y de la rendición a las vicisitudes de las circunstancias y al peso de los años, Enrique y su peculiar voz siguen aquí dispuestos a que no los olvidemos. Como si eso fuera posible tras el legado de la banda de Pamplona...

Precisamente de la memoria habla el primer compacto, ‘Alzheimer’, una colección de canciones reflexivas sobre los recuerdos y la melancolía de lo que fue o pudo haber sido. “En Punto Muerto”, “Nos Hace Morir”, “Collar Abandonado” o “Cómo son” son todas ellas grandes canciones con una voz demasiado peculiar para no hacernos recordar su pasado con pena. ¿Pero qué le vamos a hacer? A lo hecho, disco nuevo. Y, como todo lo que sale del hombre, que con el tiempo se transforma, seguro que esta nostalgia lo hará mutando en nuevos estribillos cantados a coro en conciertos sudorosos de rocanrol.

‘Matxinada’ (‘Revuelta’ en castellano), es la parte central, encabezada por el grito ¡Deja ya de hablar! de “Peineta y Mantilla”, donde la metáfora y la rima poética se transforman en crítica directa sobre la Sra. Cospedal. Le siguen quejas formales a la familia innombrable, a las leyes vigentes, a los antidisturbios, a Santiago Cervera, Ana Mato y a José Ignacio Wert, entre otros. Especulación inmobiliaria, Bankia, Rodrigo Rato... nadie se salva de esta colección de acusaciones sin lugar para la duda, iniciativa que no tan sólo aplaudirán los Indignados o la Marcha Negra, sino que servidor se apresura a agradecer, pues también es necesario poner la directa de vez en cuando. Alguien debía hacerlo.

Y encontramos momento para el ‘Y Glam’, un cambio de registro que deja hueco para todo lo demás, todo lo que seguramente les apetecía y no sabían dónde colocar. Un punto de anhelo del sexo deseado, algún riff vacilón que sirve como preámbulo del instinto más animal, y mucha alegría. También hay lugar para el rocanrol más clásico con la colaboración de Carlos Tarque en “No das pena”, donde él mismo y El Drogas nos invitan a no remover más los recuerdos del pasado que seguramente bastante sufrimos en la escucha del primer compacto. Todo termina con una despedida de simpática y tierna factura así como pegadiza en “Otros tragos”, que esperemos dejen que el público coree en sus actuaciones.

Del Drogas sólo cabe decir que es un pedacito de nuestra historia, alguien que ha dado y recibido mucho por ella, y que más vale vivito y coleando, dando guerra, sacando discos como éste, aún en solitario, que retirado, vapuleado o abandonado en algún rincón o entre bastidores de lo que un día fue y jamás sabremos qué podría haber sido.

Borja Figuerola

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