Los recitales acústicos llevan aparejados siempre una serie de ideas preconcebidas que a veces no se corresponden con la realidad. Un servidor es también uno de esos tipos que cuando le anuncian un bolo desenchufado al principio se muestra algo reticente, pero tampoco se cierra totalmente en banda, pues en
Que en las actuales circunstancias restrictivas se sigan programando eventos debería merecer un aplauso monumental. Y más cuando seguramente somos el único país de Europa en el que los conciertos todavía se hacen sentados. Nos llegan imágenes de bolos abarrotados de peña en Reino Unido o al otro lado del