VIRGIN STEELE: LOS PADRES DE LA OPERA METAL
24 octubre, 2011 7:27 pm 2 Comentarios
Cuánto ha llovido desde que la mítica banda capitaneada por David DeFeis hiciera una gira completa por nuestro país, unos 15 años así a bote pronto. Por aquel entonces no solía haber conciertos internacionales por Bilbao o alrededores y a los aficionados no les quedaba otra que tirar millas hasta la sala Gares en Puente La Reina (Navarra), por un tiempo parada obligada de los bolos peninsulares y que ha contemplado sobre sus tablas estrellas del calibre de Dio, Motörhead, Gamma Ray, Quiet Riot y tantas figuras indispensables en nuestro rollo.
Pues bien, en una de estas ocasiones, Virgin Steele tocaba para unas 50 personas, y eso que venían Angra de teloneros en el punto álgido de su carrera. Más de una década después parecía que volvía a repetirse esa misma escena con una afluencia de público similar, está claro que nunca han sido un reclamo para grandes masas, pese a que su historia se remonte a principios de los 80.
Pocos conocen sobre ellos, sin embargo, que bastante antes de que surgieran mastodónticas empresas del estilo de Avantasia, Ayreon y otras óperas metálicas ellos ya se encargaban de configurar un género que bebía del metal tradicional, los musicales de Broadway y ese incesante interés por la mitología clásica. Se podría afirmar incluso que fueron los padres de todo el invento, llegando incluso a componer la banda sonora para una película imaginaria que ponía en tela de juicio los pilares del cristianismo.
Como hemos dicho, ante una audiencia más bien escasa, abrieron Sabatan, un combo aguerrido carente de los matices de los cabezas de cartel que se limitaba a reproducir los clichés escuchados una y mil veces casi hasta rozar el punto de la autoparodia, aunque seguramente sin pretenderlo. Por lo tanto, no se puede decir demasiado acerca de ellos, excepto que se antojan absolutamente irrelevantes para los que se han comido los discos de Judas Priest, Iron Maiden y Manowar unas cuantas veces. La imaginación no era su punto fuerte.
Pero la grandilocuencia con fundamento estaba por llegar, prueba de ello estaba en las piezas épicas que amenizaron la espera, con el ineludible “Fortuna Imperatix Mundi” o Vangelis, que casan a la perfección con las composiciones pomposas de los neoyorquinos. Tras una breve intro, aparecían Virgin Steele “Dust From the Burning” mediante, y parecía un milagro comprobar que el voceras tenía la misma pinta que hace 15 años, no había cambiado nada en cuanto a aspecto físico. Y en lo vocal, sigue conservando ese timbre característico e inimitable, seña de identidad del sonido de la banda y que se distinguiría entre cien mil imitadores de Eric Adams.
A su lado, tenían un bajista probablemente de reciente adquisición, pues no lo recordábamos de la anterior vez, aparte de que en estudio en los últimos tiempos no suelen contar con una persona determinada para grabar las partes de bajo, se encargan DeFeis o el guitarra Edward Pursino, fiel escudero que esa noche demostró que constituye una parte esencial del grupo. Puede que su técnica sea limitada a más no poder, pero cumple con su cometido, se le nota que disfruta en el directo y ejerce de perfecto contrapunto a las idas y venidas del vocalista, incapaz de permanecer quieto.
Acusaron recibo de su reciente ‘The Black Bacchanalia’ con “Immortal I Stand”, mientras la voz de DeFeis no terminaba de despegar del todo, situándose a un volumen inferior al del resto de los instrumentos en la mayor parte del bolo. Menos mal que hacia el final tuvieron la brillante idea de cambiar de micro y entonces aquello ya sonó en condiciones, lástima que tardaran tanto en reaccionar. Por fortuna, esta gente son profesionales y fijo que se las han visto en tesituras más complicadas, por lo que al escuálido cantante no le quedó otra que desgañitarse para hacerse escuchar, y lo consiguió sin demasiado esfuerzo.
Conscientes del largo periodo sin visitar nuestro país, vinieron cargados con un repertorio de dos horas como mandan los cánones, en el que cabían viejos clásicos del calibre de “Noble Savage”, el sentimiento épico de “Wine of Violence” o una tremenda “Victory Is Mine”, que terminaron abruptamente dejando al respetable cantando el estribillo antes de volver para endiñar la estocada final.
Impresionante que tras 30 años en el negocio ofrezcan a sus fieles un recital en el que apenas hubo tregua, lo único los breves solos de batería y guitarra, que más bien funcionaron a modo de intro de “Defiance”. Y sin bajar el pistón, la trallera “A Symphony of Steele” los certifica como un combo de amplios contrastes, ya que pueden pasar en cuestión de segundos de una delicada pieza de inspiración clásica a un tema de power metal en la mejor tradición del género.
El repaso a ‘The Marriage of Heaven & Hell Part II’, uno de los momentos más dulces de su trayectoria, no se quedó ahí, continuó con “Twilight of the Gods” y su inseparable intro “From Chaos to Creation”. Entonces echaron mano de las deidades paganas en “By the Hammer of Zeus (And the Wrecking Ball of Thor)” y siguieron la clase magistral de historia con “The Burning of Rome” antes de rememorar las célebres palabras de Julio César en “Veni, Vidi, Vici”.
Decididamente sudaron la camiseta y saldaron la deuda con la península, les faltó sacar la espada llameante igual que en los viejos tiempos, aunque no se podía pedir más a estos padres de la ópera metal. A lo sumo, un poco más de afluencia para lograr la temperatura que la ocasión requería, aunque eso al final dio igual, a ellos les viene la categoría de banda de culto como anillo al dedo. Muy grandes.
TEXTO Y FOTOS: ALFREDO VILLAESCUSA
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2 comentarios
Bueno, el bajista Josh Block lleva unos diez años en la banda, y decir que el tema Immortal I Stand no perteneceal Black Light Bacchanalia sino al anterior Visions of Eden
El bajista lleva en la banda unos añitos ya, el tema Inmortal I stand es de su penultimo disco no del ultimo lanzamiento.