THE SEWERGROOVES + HIGHLIGHTS: HIJOS PUTATIVOS
3 marzo, 2015 1:22 pm 1 ComentarioKafe Antzokia, Bilbao
Hay grupos cuyo legado sobrepasa a unas personas concretas y crean estirpes y hasta dinastías. Véase el caso de The Ramones, o cómo un inocente seudónimo utilizado por Paul McCartney puede llegar a convertirse con el tiempo en sinónimo de hermandad indisoluble y transformarse en icono capaz de inspirar títulos de canciones tan evocadores como aquel “Quiero ser un Ramone” de F.A.N.T.A. Porque la familia no se limitó únicamente a los clásicos Joey, Johnny, Dee Dee o Marky, sino que se fue ampliando progresivamente con C.J. o Richie, eso sin contar la pléyade de vástagos adoptados que a día de hoy siguen sus pasos.
Un poco más o menos lo mismo sucede con los suecos The Hellacopters, cuya disolución ha dejado un ingente reguero de bandas desempolvando la esencia del rock n’ roll escandinavo con garra, cuando no son los propios ex componentes los que se lían la manta a la cabeza, caso de su hiperactivo líder Nicke Andersson, ya asentado con su gorra de oficial en sus Imperial State Electric, que estuvieron por la península hace no demasiados meses, o el guitarra Robert Dahlqvist, que también se ha paseado en el pasado por nuestro país con sus Thunder Express.
Pues bien, en 1999 el batería Robert Eriksson fundó The Sewergrooves, su divertimento particular al margen de The Hellacopters. Apadrinados por toda una leyenda en la escena, ellos prefirieron no darse demasiado bombo para alejarse de los grandes recintos y permanecer fieles al garaje y a los cuartuchos de mala muerte. No muestran ni pizca de ganas de cambiar el mundo, ni falta que les hace, y citan como influencias a MC5, Thin Lizzy, Kiss o los primeros Urge Overkill. ¿A alguien le suena de algo?
Conocedores del tirón entre el respetable de los derivados de Hellacopters, no nos sorprendió que el piso de arriba del Antzoki anduviera a tope, por poder de convocatoria podrían haberlo pasado a la parte de abajo. Así que a los teloneros Highlights no les hizo falta desvivirse mucho para transformar aquello en una olla a presión. Llevaban pateándose la península junto a los suecos unas cuantas fechas, y si sus bolos fueron como el de esa noche, entonces les pegarían un buen repaso a los cabezas de cartel.
Su versión de AC/DC “Sin City” se antojó un puro derroche de electricidad, rememoraron las melodías del clásico soul de la Motown “Papa Was a Rolling Stone” en “Blixie Tombs”, y clavaron la pica con un dignísimo “Shoot Shoot” de UFO. Últimamente les estamos viendo hasta en la sopa, pero derrochando en cada ocasión semejante nivelazo, cualquiera se queja. Su reincidencia es de sobra justificada.
Tal vez por su incontestable pedigrí escandinavo, llevábamos las expectativas altas a más no poder, aunque lo cierto es que The Sewergrooves en estudio demuestran tablas compositivas, pese a no despegarse demasiado de la sombra alargada de Nicke Andersson. En las distancias cortas ya es otro cantar y su descomunal energía se diluye como un azucarillo, pues no consiguieron aportar el ímpetu necesario que los temas requerían.
Y eso que en cuanto a pose iban sobrados, con un bajista de torso desnudo y cinturón de balas que pimplaba vino con alegría, y un batería vestido de blanco inmaculado en plan circense que aporreaba con saña. Pero no se mostraron muy hábiles en eso de comunicar sobre las tablas desde la inicial “This Time I Know” y el sonido un tanto bajo tampoco era un punto a favor.
Eso sí, su cantante Kurt Dräckes parecía un clon del líder de Imperial State Electric, los tonos casi clavados, le faltaba únicamente la gorra. Levantaban asimismo mástiles al cielo que daba gusto, y su guitarra, con una semejanza física impresionante a The Edge de U2, no dudó en bajar a la arena a mezclarse con la muchedumbre.
Su repertorio empero se tornó aburrido, bastante flojo y solo hacia la mitad exhibieron algo del músculo de estudio con “Rock N’ Roll Soul”, de su último EP, o “Burning Desire”, donde algunos se atrevieron a mover ligeramente la cabeza. También moló que por fin pisaran el acelerador con “It’s A Revolution” y “Who Led You”, que cualquiera se creería que ha sido sacada de la insigne cabeza de Nicke Andersson. Precisamente, eso sería lo bueno y malo de este combo, excesiva pleitesía rinden a los míticos revitalizadores del protopunk y el garaje.
Con todo, en los estertores exhalaron aliento contundente y eso se notó especialmente en “Wanna Be Your Man”, después de que el voceras presentara a la banda como “los mejores hombres del mundo”, los yernos perfectos, vamos. Y “Boogie Woman” hizo contonearse de lo lindo a hembras y algún que otro macho con llamamientos guitarreros a la fiesta nocturna y al desenfreno. ¿Qué más quieres?
Se suele utilizar el concepto de hijos putativos para definir a aquellos descendientes a los que no les une ninguna relación aparente. Lo mismo podríamos aplicar a las situaciones o elementos que adquieren a priori una calidad que luego se demuestra que no es para tanto. Simples pasatiempos que desde luego no entrarán en la historia de la música, por lo menos de momento. Ay, con lo que molan en disco.
TEXTO: ALFREDO VILLAESCUSA
FOTOS: MARINA ROUAN
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1 comentario
Dos grandes bandas escandinavas que junto a IMPERIAL STATE ELECTRIC forman la tripleta perfecta del rock sueco y que en el ANTZOKI bilbaíno dejaron un gran sabor de boca con su buen punk/rock!!!