THE AUSTRALIAN PINK FLOYD: SI, SI PERO NO…

Sala La Riviera, Madrid

Una vez más la gente que había acudido a ver a esta magnífica banda salía haciendo los mismos comentarios, ¡qué buenos! ¡Cómo suenan! ¡Lo clavan! Pero si seguías la conversación aparecían los peros. Mientras escribo estas líneas vuelvo a recordar las sensaciones, vuelvo a disfrutar de lo que vimos, vuelve a mi mente el comentario de Fran Llorente, reputado fotógrafo de rock con quien compartí el inicio del concierto cuando empezó a sonar “Shine on you crazy Diamond”: Cierra los ojos, me dijo,  estamos en el Calderón en el 88. Y tenía razón, yo estuve en ese concierto (viernes 22 de julio,  A momentary lapse of reason tour). Y me doy cuenta de que a pesar de los peros en mi cabeza prevalece lo que pudimos escuchar y decido que la crónica va a llevar ese guión, empezaré por los peros para acabar hablando de la música y que ésta prevalezca pero hemos de ser fieles a lo que pasó en la Riviera y debemos comentar los peros. El primero, el show. Ya se comentaba en la cola cuando esperábamos para entrar, en el escenario de la Riviera no va a caber el ojo que llevan donde se proyectan las imágenes, ¿a que no lo ponen? Otros añadían, han anunciado espectáculo 3D y decían que nos iban a dar unas gafas para verlo y aquí ni gafas ni nada… y cuando entramos se confirman las sospechas, no hay gafas, no hay videos, sobre el escenario los instrumentos y un muy buen montaje de luces, pero nada más. La entrada no ha sido buena pero eso no debe afectar al espectáculo, se nos ha anunciado algo, y eso no se iba a producir. El ambiente estaba enrarecido. Tanto que tuve que presenciar algo lamentable que quiero comentar. La banda hace un intermedio en su show, es el momento de que los que fumamos salgamos al “corral de los apestados” que monta la Riviera. Somos muchos. A los de seguridad no les debe hacer gracia pero no somos culpables de nada. Dentro los precios de la bebida son, seamos claros, abusivos. Es algo que deben meditar, 9,50 por un litrillo de birra es mucho. Sinceramente creo que si estuvieran a 5 venderían mucho más y harían más caja pero no es mi sala… a lo que vamos. Un chaval que ha salido a fumar y con su entrada en la cartera sale del corralillo hasta un puesto de latas del que no le separaban más de 25 metros. Cervecita fresca, asequible. El chaval se la toma fuera del corral (no se pueden sacar bebidas al corralito, otra norma tonta pero bueno) con todo respeto y cuando vuelve a intentar entrar no le dejan, los de seguridad se empeñan en algo totalmente ilógico, le han visto salir, él enseña la entrada, los que están dentro dicen que le han visto salir, sus amigos dicen que viene con ellos pero no hay manera, que lamentable espectáculo estamos presenciando… No se cómo acabó la cosa porque me está entrando tan mal rollo que decido entrar que me conozco pero aquí queda reflejado. Hay malestar por el trato que se nos da, hay malestar por el precio de las bebidas, hay que mejorar eso que las entradas son muy caras, ojala estas líneas hagan reflexionar a quien corresponda. Será bueno para todos. Aun un último pero, el show ha sido corto, no llega a las 3 horas y eso que ha habido un descanso y estos tíos dan conciertos de hasta 4 horas, que faltaron temas IMPRESCINDIBLES… (Luego os pongo el set y veréis).

Dicho esto centrémonos en la música y en el show que si bien no fue el prometido si fue espectacular. Ante nosotros una banda que en el 2008 celebraba su 20 aniversario, una banda a la que los mismos miembros de Pink Floyd han ido a ver varias veces y que incluso se han subido a tocar con ellos,  cuentan que en el Fulham Town Hall el bajista de Pink Floyd, Guy Pratt, se unió a los músicos en el escenario junto a Rick Wright para interpretar 'Comfortably Numb'. A ellos, les siguieron David Gilmour, Gary Wallis, Tim Renwick y Claudia Fontaine, e interpretaron varios temas de Floyd incluyendo "Money" y "What Do You Want From Me". No es para menos, quien los ha visto ya lo sabe, quien aun no lo ha hecho que no deje de hacerlo. Tal vez en Madrid pesó mucho la reciente visita de Rogers Waters, fueron bastantes los que me comentaron que a qué iban a ir tras haber visto lo que vieron pero yo siempre les respondía lo mismo, a completar hermano, has visto el muro, ven a ver todo lo demás. Eso si, los que fueron estaban entregados a muerte. La ovación que recibe la banda tras acabar ese primer tema, ese “Shine on you crazy diamonds” pone los pelos de punta. Un 10 para el público, muy entendido en Pink Floyd, muy entendido en música, ejemplar. Creo que es la entrega absoluta del público lo que salva el concierto a la postre. Tal vez sean imaginaciones mías pero la banda me parece a mi que están algo decepcionados por la entrada, no se calcular bien el aforo porque la gente, cuando somos pocos, se expande par estar cómoda pero aun así media Rivera y mucho me parece, pero qué entrega. Con sus aplausos, con sus voces, van calentando a la banda que tras el intermedio parecen mas entregados, piden palmas, hacemos el símbolo de los martillos junto a ellos y se produce esa comunión que salva el concierto y nos deja ese sabor de satisfacción que os decía al principio. Hemos vuelto a disfrutar de una gran noche de música, de muchísima calidad, pero creo que se ha producido una deuda que algún día debe ser pagada, Madrid tiene una deuda con la banda, merecen más público sin duda aunque aquí hay mucho que analizar, y la banda tiene una deuda con Madrid, el show completo con esa tecnología 3D que no pudimos presenciar. Ojala ambas deudas se salden pronto.

El set: “Shine On”, “Welcome to the machine”, “Coming back to life”, “Arnold Laine”, “Learning to fly”, “Sorrow”, “Breathe”, “On the run”, “Time/Reprise”, “Great Gig”, “What do you want from me”, “Eugene” (ésta, a pesar de figurar en el set, no sonó en Madrid), “ABITW 2”, “Wish”, “OOTD”, “Confortably Numb” y “Run like hell”.

Texto: Oscar Lujuria

Fotos: Thais Rojano

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