SANTELMO: UNA BANDA DE DIEZ

Sala Caracol, Madrid

Son un valor seguro, una garantía de éxito rotundo sobre el escenario, y no fue menos en la presentación de su recién estrenada última obra, ‘El Alma del Verdugo’, en la ciudad que les vio crecer. Santelmo completó con brillantez un nuevo show ante los suyos que arrancó con retraso respecto a la hora fijada pero que hizo que la prolongada espera mereciera mucho la pena. Pocos grupos tan convincentes, tan sólidos (y eso pese a los cambios en su formación) y tan constantes se pueden disfrutar a día de hoy como el liderado por el gran Jero Ramiro, un maestro infalible en todo lo que huele a música, a heavy metal. Son solo dos discos los que les contemplan, pero la perspectiva es ascendente y en el horizonte merecen un éxito rotundo, tan masivo como en su día lo tuvieron Saratoga y Santa. Ojalá el actual contexto se lo permita.

Eran casi las diez de la noche cuando por fin se abrió el telón y acometieron la rompedora “Ana y el Verdugo”, llena de pegada, ideal para poner a hervir en el acto a las 400 personas que se daban cita. Tras “Juicio a la Muerte”, Nacho, muy vehemente y soportando con solvencia el peso escénico del vocalista, nos dio las buenas noches y agradeció que compartiéramos con ellos esa noche de sábado. Un placer si nos deleitan con tamaña interpretación de “La Tempestad” y “Los Creyentes”, el tema que inauguraba su álbum debut y en el que Nacho se mostró seguro y muy cómodo cantándolo. No perdió ni un ápice de su identidad con el cambio frente al micrófono, como tampoco la ha perdido la banda en su segunda obra con respecto a la primera, lo cual supone, sobre todo, un triunfo del proyecto en sí, de la esencia sobre sus alteraciones que parece que, ahora sí, han quedado atrás.

Sin un segundo de pausa, una poderosa batería nos metió de lleno en la abrumadora “Ángel y Demonio”, que confirmó más si cabe lo anteriormente expuesto y que sonó como un cañón, demoledora y con mucho feeling. Fue entonces tiempo para que el cantante volviera a departir con el público y ensalzase Madrid como su casa, comentando que llevan varios días tocando fuera y como su ciudad no hay nada. Acto seguido, un zarpazo a las conciencias señalando lo poco que vale hoy la vida ante “La Vida a Sangre Fría”, rotunda y muy incisiva, en una tesitura musical algo diferente a la muy ochentera de “Un Soldado Herido”, que nos retrotrae a Santa por instantes. Sonó una más del nuevo álbum, “La Culpa y la Locura”, antes que bucear en su debut con la excelentemente recibida “Pídeselo a Dios” y la magnífica “Si Tú Quisieras”, para la que invitaron a Jaime Olivares, su antiguo batería y miembro del grupo desde sus albores, a ocupar el taburete que ahora ocupa con buenos resultados Iván Ramírez. No se puede quedar sin mencionar Luisma Hernández, un hacha al bajo, un portento que completa inmejorablemente la base rítmica y que exprime sus cualidades muy bien con su instrumento.

Alguien entre el público clamó  por el mítico “Reencarnación” de Santa y Jero tuvo el detalle de esbozar con simpatía su riff, aunque no, esta vez no tocaba ningún corte de la banda que tanto éxito reportó al genial guitarrista en la década de los 80. “Alas Rotas” dejó paso a un sosegado solo de teclado, con un cristalino sonido a piano, por parte de José Paz que sirvió de introducción a la preciosa balada “Daría lo que Fuera”, vilmente cercenada para solaparla con la no menos bella “Hasta el Fin del Mundo”, que sí interpretaron en su integridad. Una vez culminado el estadio tierno del concierto con un saldo deslumbrante, fue el turno de la fase instrumental, para la que Nacho se retiró unos minutos dejando que el resto del grupo interpretase con eficacia “Uclés”, tema inédito por el que se han decantado para sus actuaciones aparcando una posible recuperación de alguno de los cortes comprendidos en el majestuoso álbum de Jero en solitario, ‘Tenebrarium’, que no obstante tiene cuerda para rato y quién sabe si en un futuro volverá a tener representación. ¿Qué tal la próxima vez “Te Echo de Menos”, “De Ahora en Adelante” o “Marta”?

Volvió a escena Nacho y con él canciones con muchísima pegada. La primera de ellas fue “Roma a las Puertas”, que resultó aún más excepcional de lo esperado cuando de repente la guitarra de Jero tornó folk y salió a escena nada menos que el gran José Carlos Molina, flauta en mano, para poner la guinda irresistiblemente en una recta final mágica. ¡Lástima que no se marcasen un tema de Ñu después para nostálgicos de tiempos pasados! “Hijos de la Madre Tierra” fue la encargada de tomar el relevo a tan señalado acontecimiento, y en ella nos hicieron corear hasta la saciedad. Es muy pegadiza y su coro en directo es perfecto para sostener una gran química entre público y banda.  Como buena química hay también entre los miembros del grupo. Jero y Nacho se embarcaron en un diálogo-reto entre la guitarra y la voz que culminó al arrancar “Bosque de Hojas Muertas”, efectivo tema que es fijo en sus repertorios desde el primer día.

Una vez abandonaron el escenario por unos minutos, regresó Jero marcándose un solo de guitarra, algo siempre atractivo y digno de degustar cuando sus dedos derrapan sobre las seis cuerdas, antes de encarar con fiereza la cruda “Él”, tras la que presentaron a la banda. Cuando llegó el turno de presentar al vocalista, Jero tomó la palabra aseverando que es lo mejor que le podía pasar al grupo. Ahí queda eso.

La traca final vino con “Junio del 44”, en la que contaron con la insigne y atractiva colaboración de Gaby Boente (Rainbow in the Black, ex Saratoga) y el “I Want Out” de Helloween, para explayamiento de Nacho a la voz. De todas formas, no parece del todo pertinente que una banda de su talla, de su grandeza, eche capote a su show con una cover. Y es que Santelmo tiene réditos y cosechas propias a la altura de los más grandes. Estamos, en efecto, ante una banda de diez, un proyecto consolidado con mucho que decir. En definitiva, un grupo de los grandes que, aún ante aforos que se antojan modestos si los medimos con sus ingentes cualidades, no dejan ni un solo cabo por atar. Nadie que ame el heavy metal y que apoye el talento de fronteras para dentro debería de dejar pasar la oportunidad de asistir a alguno de los conciertos de esta gira que acaba de comenzar.

TEXTO Y FOTOS: JASON CENADOR

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