MEMORIA DE PEZ: EL ESPÍRITU PLATERO Y UOHO PRESENTE

17 enero, 2012 12:17 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Sala Bilborock, Bilbao
Ha pasado ya más de una década desde que la banda formada por Fito Cabrales, Iñaki Antón, Juantxu Olano y Jesús García diera su último concierto en la sala La Riviera madrileña. Tiempo suficiente para que muchos no hayan olvidado su legado y algunos se empeñen en reivindicar ese rock n’ roll de poso bilbaíno que nunca debería desaparecer.
A los chavales de Memoria de Pez siempre les ha perseguido esa sombra alargada e incluso ha actuado como una especie de sambenito para que los cataloguen de una mera copia de los mismos. Pero a pesar de las evidentes influencias de los de Amorebieta sería totalmente injusto considerarlos poco más que un grupo tributo de Fito y compañía, pues cuentan con composiciones bastante válidas que a cualquiera le hubiera gustado firmar. Y por si no fuera suficiente, se desenvuelven en el directo con la ilusión inherente a la juventud y una maestría digna de reputados veteranos.
Sin embargo, aquel sábado sucedió uno de esos eventos tan raros por la capital vizcaína: coincidían bolos de marcado tirón entre las masas. A escasos metros, por un lado, teníamos a Koma en el Kafe Antzoki, que lograron una buena entrada, según nos comentaron, por otro, Warcry levantaba el estandarte del metal más tradicionalista en la sala Santana, otro gran éxito de público, nos comentaron posteriormente.
Las cosas no pintaban muy favorables, pero a estos chicos les gustan los retos, y pese a que a exiguos minutos del inicio no se veían grandes multitudes, salieron airosos del envite al lograr casi un lleno en el antiguo templo de La Merced, toda una hazaña dada la coyuntura. No se quiso perder la cita tampoco su padrino Iñaki Antón ‘Uoho’, que los fichó para su sello discográfico Muxik.
Con las primeras filas ocupadas por fieles que coreaban a tope sus canciones, Memoria de Pez apostaron fuerte por su último lanzamiento ‘100 nudos por segundo’ con “Soledad”, perfecta para un arranque vibrante y prometedor. La fiesta siguió con “Buscando mis pies”, que reincide en esas ganas de pasarlo bien sin demasiadas pretensiones, y firmaron el primer pico importante de la noche con “Julia” y ese riff inicial reminiscente del “Because The Night” de Patti Smith antes de explotar en un estribillo de querencia plateresca. Aquí Jon Calvo demostró que, aparte de un vocalista competente, su habilidad a las seis cuerdas está fuera de toda duda al regalarnos un solo trepidante y sentido.
No renunciaron a la capacidad de sorprender y por eso “Mírate” del debut se transformó en un reggae que hizo contonearse levemente al ritmo a la mayoría del respetable, y alguno hasta pidió una trompeta para acompañar el bailoteo. Menos mal que posteriormente retomaron la faceta rockera y ya el tema sonó como lo recordábamos.
La intensidad subió en “Delante del Espejo”, un corte que bien lo podrían haber facturado Platero y Tú en su época gloriosa, y bajando un poco el pistón, el single “Celos” nos recordó ese sentimiento tan común entre los mortales con baja autoestima capaz de destruir las relaciones más consolidadas. Previamente llegó uno de los momentazos de la velada con la aparición de Uoho para interpretar “Dentro de una botella” de sus Inconscientes, proyecto en el que Jon Calvo se encargaba de las voces y parte de la composición. Fue impresionante observar el mano a mano entre Iñaki y el guitarrista Laka, parecía que se trataba de un padre y su hijo. Y por supuesto el solo puro nervio a cargo de Uoho se antojó de proporciones estratosféricas, nadie como este animal de escenario para desparramar sobre las tablas y encarnar la actitud 100% del rock n’ roll. Bravo por Iñaki.
Todavía quedaban sorpresas para callar bocas a los que piensan que sus influencias únicamente miran en una dirección, ahí estaba “Esto es un atraco” de los míticos Burning, con Jon a los teclados. Le añadieron marcha, pero echamos de menos el inconfundible deje macarra madrileño de Johnny. Y encima pocos la parecieron reconocer, ay esa cultura musical.
Turno entonces para “Solos Tú y Yo”, otra de las ‘viejas’, aunque según explicaron, todas para ellos entran en esta categoría, pues tanto las canciones de ‘En el mar de los sueños’ como las del reciente ‘100 nudos por segundo’ han sido compuestas hace ya tiempo. “Buenas Intenciones”, con ese aire medio funky, recordó por su descaro y carga sexual a los Tequila de “Quiero Besarte” y añadió variedad a un repertorio lo suficiente consistente para no provocar el aburrimiento.
El rubio guitarrista tomó el testigo a Jon a las voces en “Por el día se marcharán”, que bordó aportando la convicción necesaria y algunos hasta le llamaron lehendakari por su buen hacer. Relajaron ánimos en la balada “Mientras sale el Sol”, una de las primeras canciones que escribieron para el grupo y que han recuperado para su última obra. Vista su voluntad de cambiar la cara a las piezas añejas, seguramente una versión acelerada de este corte ganaría enteros, por su estructura y giros no resultaría difícil imaginar semejante ejercicio.
El genuino rock callejero de “Me dejo llevar” sirvió para despedir a la banda antes de los bises, que a excepción de la declaración de principios “Tan Solo Rock & Roll” de Antonio Flores, tampoco fueron tan espectaculares. No se podría cuestionar la calidad de la intimista “Bajo las estrellas” o de la tenebrosa “Pesadilla”, pero de ahí a terminar un concierto con ellas hay un trecho.
Con todo, eso no influyó en absoluto en las tan gratas sensaciones que nos dejaron unos muchachos que se lo curran a las tablas como pocos. Sinceramente, esto es lo más cercano que existe en la actualidad al espíritu Platero y Tú. Y ante una reunión que a día de hoy sigue siendo una posibilidad bastante descabellada, se agradece soñar con estos himnos de rock & roll bilbaíno.

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Redacción
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