GRASPOP METAL MEETING: CRÓNICA FINAL
9 julio, 2013 10:46 am 4 ComentariosÚltimo día de festival en Graspop, nueva jornada que se presenta igual de intensa que las dos anteriores, en las que ya hemos recopilado mil y una emociones.
El día amanece algo cubierto, y aunque la previsión era de lluvias esporádicas, éstas no hacen acto de presencia y dejan paso a un sol que nos acompañó en buena parte del festival.
Frente al Mainstage estamos preparados para recibir a la primera banda del día, Voodoo Six, nos mostraron su potencial en un concierto sin demasiado acierto, en el que si bien la banda mostró eficacia, a su cantante, Luke Purdie, le faltó energía. Voodoo Six son conocidos por haber sido una de las bandas por las que pasó Richie Faulkner, el sustituto de KK Downing en Judas Priest, y por ser los teloneros de Iron Maiden en su gira europea, de ahí su inclusión en los festivales en los que los Maiden actúan. El sonido de Voodoo Six es un tanto ambiguo, juega a la alternancia entre el hard de los 70 y el Heavy Metal actual, con momentos muy guitarreros, pero con un cantante algo relegado, versus al resto de la banda. Voodoo Six iniciaron con su nuevo single, “Falling Knives”, integrado en su flamante ‘Songs To Invades Countries To’, siguieron con “Sink Or Swim” y “Doing Me Wrong” y “Flake The Blame”, de su álbum ‘Fluke?’ -del 2010-, temas que gozaron de un sonido más abocado a la esencia de Zeppelin y Hendrix que al Hard & Heavy inicial. El público asistente, muy poco por cierto, estaba más expectante que activo y fue en “Feed My Soul”, tema que da nombre al álbum en el que Faulkner estaba como guitarra y compositor, en el que la banda y el público tuvieron mayor empuje. Un inicio algo flojo para un festival con grandes nombres en el cartel del día.
Tan solo veinte minutos separaron la actuación de Voodoo Six a la de Pretty Maids en el escenario principal; ser teloneros de Iron Maiden abre muchas puertas…
El Hard & Heavy de los daneses iba protagonizar uno de los momentos con más pasión del día. Pretty Maids actuaron sólo 50 minutos, cosa que se nos antojó demasiado poco para la valía y la entrega de una formación que, tras la edición el año pasado de ‘Motherland’, vuelven a estar en la cresta de la ola. El concierto se inició con el single “Mother Of All Lies”, en él pudimos ver a un Ronnie Atkins muy motivado y con una gran voz, como muestra en todos los conciertos que está dando con Avantasia, en los que junto a Tobbias, Catley, Sommerville y Kiske demuestra su supremacía. La banda también apareció enchufada y enfática, sobre todo Mort Sandagen, que en muchas ocasiones sobrepuso sus teclados a las guitarras de Kenneth Hammer, lo que propuso más melodía en las partes de medio tiempo y creó mayor ambiente Hardroquero. En ese sentido, “I See Ghost” mostró potencia y elegancia, lo que se agradeció desde un público que entonó el estribillo, demostrando que ‘Motherland’ es un producto de fácil llegada entre los fans de Pretty Maids. La breve intro del Carmina Burana de Carl Orff nos puso la piel de gallina y el incombustible “Back To Back” incendió nuestras gargantas, al entonar a la máxima potencia y puños en alto este himno, que el quinteto danés interpretó a toda máquina. Otro tema de ’Motherland’, “I.N.V.U.”, bajó el listón, aunque el paso atrás que significó su interpretación sirvió para coger el impulso necesario para entonar la balada “Little Drops Of Heaven” a todo volumen, eso hizo más rasgadoras las melodías y el estribillo de esta magnífica tonada. La adrenalina ya estaba por todo lo alto, Ronnie nos espoleaba con unas carreras que barrían el escenario de punta a punta… Y llegó el momento álgido de la actuación, “Future World” volvió a ser el himno que nos desgarró desde dentro, que dejó secas nuestras gargantas y tensos nuestros músculos, fue impresionante ver como la banda se vino totalmente arriba. Tras la eficacia de “Future World” la banda se despidió, pero fue por poco tiempo, ya que la reiteración del público tuvo su recompensa con un bis no esperado: “Red, Hot & Heavy” nos impulsó a levantar los índices y meñiques hacia un cielo que se cubrió de pasión. Pretty Maids tuvieron poco tiempo para su actuación, pero lo emplearon muy bien.
Nos movemos de escenario y visitamos el espacio en el que menos hemos hecho acto de presencia en esta edición del festival, el situado en la carpa del Metal Dome. Lo hacemos para disfrutar del Stoner de los norteamericanos Red Fang, que por coincidencias de horarios me los perdí en el Sweden Rock, y, según me comentaron, en el Hellfest hicieron un concierto de versiones, con sólo dos de sus cuatro integrantes en la formación. Aquí, en Dessel, su Stoner fue muy entregado y celebrado. El espacio trasero, con la calavera símbolo del festival detrás y un juego de luces con mucho rojo, proponían un efecto visual perfecto para disfrutar de la intensidad, a veces muy dilatada, de unos temas profundos y pétreos, en los que las voces del guitarra Bryan Giles y la del bajista Aaron Bearn se alternaban para dar mayor representación a los efectivos “Hank Is Dead”, “Wires” o un apabullante “Prehistoric Dog” que cedió el protagonismo a una aplastante batería que propulsaba unos riffs al más puro estilo Masters Of Reality. Buena e intensa actuación de una banda que en Europa aún está por dar la campanada.
Josep Fleitas
A media tarde, llegamos al escenario principal para disfrutar de Stone Sour, banda hermanada con Slipknot, ya que el cantante Corey Taylor comparte voces con ambas formaciones, junto James Root, guitarra de los dos grupos. Stone Sour tuvieron poco tiempo, 50 minutos, en los que nos mostraron un set list de repaso a sus cinco trabajos lanzados al mercado. Comenzaron con dos temas de su álbum ‘House of gold & Bones Part.1’ (2012), “Gone Sovereign” y “Absolute Zone”, potentes para ir calentando motores. Disfrutamos temas del álbum ‘Audio Secrecy’ (2010), “Misión Statement”y “Say you’ll Haunt Me”. De su trabajo más actual, ‘part 2’, álbum donde el bajista Johny Chow se integró como nuevo componente del grupo, sólo nos mostraron el tema “Do Me a Favor ”. Dieron marcha atrás en el tiempo, para que disfrutamos del sencillo “Get Inside”; tampoco faltó la versión de Black Sabbath, “Childen of the Grave” en el que la banda le dio su toque personal. “Children Of The Grave” marcó la tendencia definitoria lo que fue un concierto limpio, potente, con buena comunicación, ante un público siempre motivado y entregado. Para finalizar Stone Sour nos salpicó de energía con “30/30-150”, del año 2006, muy acertada por el grupo, ya que se nos quedó buen sabor de boca y con ganas de seguir comiéndonos nuestro último día de festival.
Yolanda González
Lo de Ghost es poco más que sorprendente… Una propuesta de Pop Metalizado con letras satánicas y pasajes barrocos, consigue el éxito y sabe agradar a parte del público a base de curiosidad y excentricidad, más que por su apuesta musical. Debo reconocer que buena parte del público congregado en la carpa Marquee I no sólo se lo pasó bien ante el deambular del septeto sueco, sino que también coreo buena parte de su setlist. El inicio de Ghost se dio con la intro “Masked Ball”, esta sirvió para que los seis Nameless Ghoul se situasen sobre el escenario, vestidos con sus negros atuendos y blandiendo mascaras a juego, que salvaguardan el secreto de su identidad, inician los primeros compases del tema homónimo a su última obra discográfica, “Infectissumam”, tema que da la bienvenida al cantante, Papa Emeritus II, quien tranquilo pasea con su cetro hasta el frente del micro. El disfraz de Emeritus hace efecto entre el público y las primeras frases del tema provoca una histeria descontrolada en las primeras filas, énfasis que se acentúa con “Per Aspera Ad Inferni” de su álbum ‘Commentary’. La disposición de la banda es buena, el sonido también y su música parece embelesar más de lo que me esperaba. Llega la parte más, digamos, comercial, y “Con clave con Dio” y el tema de su EP “Elisabeth” hacen efecto en las gargantas de una forma cada vez más abundante. Llega la relegación, “Death Knell”, “Year Zero”, “Guleh/Zombie Queen”, perecieron ante el calor, la parsimonia de los Nameless, la inactividad usual de Emeritus, que tan sólo acompaña los temas con pausados movimientos de manos y las dosis de Pop que el último tándem aporta. La Psycodelica “Ritual” amortigua un poco el golpe antes de que el bis “Monstrance Clock” me eche de la carpa antes de que esta finalice. Un producto visual y comercial muy bien pensado, visto el éxito que Ghost está adquiriendo.
De nuevo frente al escenario principal, ahora para disfrutar del pasional y enérgico directo de In Flames. El imponente cartel de su último disco ‘Sounds Of A Playground Fading’ presidia el escenario otorgando un efecto de mayor grandeza y profundidad al ya de por si magno escenario. La banda salió con muchas ganas, Anders Fridén rápidamente se situó como el director de un show que no cesó de crear largos surfings, enérgicas dosis de headbanging, y algún que otro circle pit. Mientras, el otrora batería de la banda y ahora guitarra Björn Gelotte hacía arder su púa en unos riffs que elevaban aún más unos temas de Death Metal Melódico que cada vez se escoran más hacia el Deathcore. “Sounds Of A Playground Fading” significó el pistoletazo inicial. Con un sonido muy nítido y con unos fans enfervorizados “Where The Dead Ships Well” y “Pinball Map” no dieron un segundo de reposo, ni a cuerpos ni a laringes. Todos estábamos entregados al 100% mientras la banda estaba dispuesta a rompernos aún más. “Trigger” fue un obús lanzado directo al centro de la rabia, de la melodía, de la inercia hacia el descalabro... “Cloud Connected” se encarga de suavizar nuestra energía desaforada, sólo de forma momentánea, ya que la parte metálica de In Flames iba a sacar todo su resplandor en “The Hive” y la comercial en “Ropes”, “Fear Is The Weakness”, “The Mirror’s Truth” y “Deliver Us”, que apocaron la entrega del público, aunque no nuestro apoyo vocal. La banda sabía que no podía acabar el concierto con esa parte, que todos esperábamos para dejarnos la piel y todo lo que hiciera falta… “Take This Life” consiguió oleadas de brutalidad y cerró uno de los conciertos más destacados del día.
Tenía poco tiempo para disfrutar de la siguiente propuesta, antes de que llegase la hora marcada por la organización para presentarse en la zona de prensa a tenor de poder acceder al Photo Pit para realizar las fotos de las estrellas del día, Iron Maiden. La selección de nuevo estaba entre las dos carpas Marquee, en ellas iban a actuar Epica y Newsted. Newsted me dejó bastante frío en el Sweden Rock, y por ello me decidí por ver el inicio de Epica, en lo que es su momentánea última actuación, debido al avanzado estado de embarazo de Simone Simons. Iniciaron su show de forma tardía, lo hicieron con la intro “Karma” precedida por “Monopoly Of Truths” que abrió con pirotecnia y problemas en el micro de Simmons. Tras la solución de los problemas iniciales, Simone demostró que su ostensible embarazo no había perjudicado a la melodía de su voz, cosa que agradecimos en las exposiciones de “Sensorium” y “Unleashed”, últimos temas que pude disfrutar del concierto de Epica.
Ya en la zona de prensa, los afortunados elegidos para poder hacer las fotos de Iron Maiden fuimos conducidos al Photo Pit rodeando el escenario por su parte trasera. Durante el recorrido vimos las medidas de seguridad, sobrias pero impecables, otro de los buenos logros de la organización. Ya frente al escenario recibimos las instrucciones para hacer las fotos en los tres primeros temas, no se podía acceder a las pasarelas que te dejaban a pie de escenario, por lo que las fotos debían hacerse desde el foso; no importaba, podíamos hacerlas y eso era otra emoción más… Sonó “Doctor Doctor” y en las pantallas podíamos ver las imágenes de grandes extensiones heladas, a juego con el azulado blanco del escenario, que reproducía casi a la perfección el de la gira del ‘Maiden England’, esa gira que, tal y como podemos ver en la obra visionada, incendió de forma apoteósica el National Exhibition Center de Birmingham, en el ‘88. Todos esperábamos que la conceptual historia del ‘séptimo hijo un séptimo hijo’ se reprodujera de forma fiel a lo representado en el doble en directo, pero también sabíamos que el setlist exhibido en la gira era muy diferente al ‘Maiden England’; desgraciadamente en el Graspop tampoco saltó la sorpresa… ¿Decepción? Creo que cada uno de nosotros tiene su propia opinión al respecto. Por mi parte, salí satisfecho del show desplegado, de la entrega de la banda y del buen sonido que lo englobó todo. Tras una gran explosión, la banda salió en tromba y se situó de manera clásica: Janick Gers a la derecha, Adrian Smith en la parte central, Steve Harris y Dave Murray a la izquierda, Nicko fue el primero en situarse, en la tercer nivel del escenario, encerrado tras su descomunal batería ¿y Dickinson?, él estuvo en todas partes...
El inicio fue impactante, “Moonchild” resonó en el espacio del festival al mismo nivel que los grandes himnos de Twisted Sister, Iced Earth, Helloween, Papa Roach, Saxon, Pretty Maids... la banda daba muestras de gran fiabilidad, todo sonaba perfecto y Dickinson tenía una voz exultante, ritmo y volumen que no bajó en ningún momento del show. La luz de la tarde aún era intensa, por lo que las luces del escenario, agradecían que los brillos fueran uniformes y no psicodélicos. Una pequeña decepción, “Can I Play With Madness” deshizo la ilusión de poder presenciar la reproducción del ‘Maiden England’, sin embargo, la pasión del himno hizo que ese aspecto fuera mucho menos importante. “The Prisioner” fue otro recuerdo de aquel concierto, en él tres solos de los hachas de Maiden se alternaron para agredir aún más nuestra entrega y el cambio de cartel –cosa que no dejó de producirse en todos los temas- dio una más amplia efectividad al aspecto visual. Para seguir con el listón bien alto, el brioso “2 Minutes To Midnight” magnificó el momento. Llegó una de las más criticadas del setlist. “Afraid To Shoot Strangers” de ‘Fear Of The Dark’ mostró la parte más progresiva y técnica de la doncella de hierro que necesitó de poco para convencernos de que en directo este tema gana mucho en efectividad. Para los más entregados, otro “Screaming for my Graspop” de un Dickinson ataviado con casaca roja y bandera británica ajada dio paso a los enervantes riffs de un pasional “The Trooper” en el que Eddie desplegó su parte más guerrera y nosotros la más apasionada. El sampler de la cavernosa voz del inicio de “The Number Of The Beast” retumbó como en un mausoleo que presidía un Eddie con forma de macho cabrío… "Woe to you, Oh earth and eea, for the devil sends the beast with wrath, because he knows the time is short... Let him who hath understanding reckon the number of the beast, for it is a human number, its number is… Six hundred and sixty six…", y otra apoteósica explosión nos hizo saltar disparados, puños en alto, para engrandecer aún más un himno siempre esperado y celebrado. Otra muestra de clasicismo metálico surgió en un agresivo “Phantom Of The Opera”, en el que sorpresivamente Dickinson usó unos agudos mucho mayores que los que suelen ser habituales en sus interpretaciones, cosa que se agradeció en la entrega de “Run To The Hills”, en el que las andanadas vocales de todos ondearon de lado a lado del espacio frontal al escenario. “Wasted Years”, en el que Adrian Smith estuvo especialmente activo, volvió a poner a prueba nuestras laringes, mientras que la cabalgada de “Seventh Son Of A Seven Son” arropaba la imagen de un Eddie a modo del séptimo hijo de un séptimo hijo y un gigantesco teclado que dio distinción y vistosidad a la ejecución del clásico. La banda no paraba de enfatizar cada uno de los ritmos, riffs y coros, de cada una de las partes del tema; mientras Dickinson estuvo envidiable, sin permitirse ningún fallo en la exigencia de cambio de tonos. El sonido del bajo de un Steve Harris que nos apuntaba con él de manera amenazante, se unió a la escala de los tres guitarras que uno tras otro fueron cruzándose a medida que la pieza iba progresando en su ejecución. Una breve recesión y el controvertido “Fear Of The Dark” nos hizo volver a entonar el tema con apasionado ímpetu, convirtiéndonos, de nuevo, en protagonistas del momento. El concierto cerró con el tema, a mi entender, menos hipnótico del mismo; un endeble “Iron Maiden” antes de que la banda volviera a aparecer para cerrar con la celebérrima frase de Winston Churchill: “We shall go on to the end. We shall fight in France. We shall fight on the seas and oceans. We shall fight with brave confidence and great strenght in the air. We shall defend our island whatever the cost may be. We shall on the beaches. We shall fight on the landing grounds. We shall fight in the fields and in the streets. We shall fight in the hills. We shall never surrender…!!!”, al que, de nuevo, Bruce apuntaló con un “Screming for Me Graspop!!!”. “Aces High” fue una nueva muestra de poder por parte de la banda, y de aguante por la nuestra. Agresivo, rápido, entregado, agradecido… “Aces High” sonó con una perfección tal que “The Evil that Men Do”, quedó casi en un segundo plano, como el respiro que necesitábamos para acabar de la manera más explosiva ante un expeditivo “Running Free” que dejó a la doncella de hierro como la banda más destacada del festival. Quizá esperaba otro bis como premio especial a nuestra entrega, quizá “Halloweed Be Thy Name” y “Wrathchild” hubieran sido otros buenos himnos en el setlist, pero en su lugar el divertido tema de ‘La Vida de Bryan’ de Monty Python sonó recordándome los finales de día en el Bang Your Head alemán. Pero no estábamos en Alemania, ni este era el concierto final del día…
La parte final del festival la vivimos en el Marquee I, allí el danés Kim Petersen, más conocido por King Diamond, iba a volver a reproducir su teatral y fastuosa obra de terror, una obra en la que el escenario estaba acotado por una valla enrejada y dos escaleras laterales que daban a un pasillo que unía la parte central del escenario. De allí, tras la visión de una satánica roseta, surge la imagen de King Diamond iniciando sus dotes vocales en un pletórico “The Candle”, el mejor tema de la noche sin lugar a dudas… tras el posicionamiento de King Diamond en la parte baja del escenario, surge la imagen de “la abuela” en silla de ruedas, silla impulsada por King, mientras entona “Welcome home”. El hombre de las mil voces estaba pletórico en sus facultades, la banda enérgica y nosotros entregados. “At The Graves” e “Up From The Grave” iniciaron tétricas, oscuras, casi aclarativas; Diamond jugaba con los tonos suaves, explicando de forma casi histérica la tétrica historia en la que se basan los temas de ‘Conspiracy’ y ‘The Graveyard’. De nuevo más exponentes tétricos y explicativos en “Voodoo”, hasta que Andy LaRoque entró en acción para enfatizar la acción. Dobletes de guitarra en apasionados riffs, solos intensos, y una bases poderosas que eran arropadas por unos envolventes teclados se nos vinieron encima. Nuevamente otro tema de ‘Conspiracy’, la intro acortada de “Let It Be Done” que se empalmó con “Dreams” en el que apareció la cantante, corista y bailarina Livia Zita danzando alrededor de un King que gozaba de un gran sonido en el que sus registros se expandían sin distorsiones. “Sleepless Nights” subió la intensidad, pero aun así Andy parecía clavado al escenario, cosa que se mantuvo durante prácticamente toda la actuación. Otro tema melódico “Shapes Of Black” dio paso al hit de Mercyful Fate “Come To The Sabbath”, muy celebrado por las huestes más Old School que se dejaron las vértebras en los headbandings y remolinos que formaban. La pesada “Eye Of The Witch” dio por finalizada la primera parte de un show en el que los menos acérrimos a la obra del danés quizá se aburrieron como ostras, y los más acérrimos nos sorprendimos por el set escogido por King Diamond. Esperábamos poder desprendernos de las partes más melódicas de Diamond en el bis, y así pasó, en parte, “The Family Ghost” y otra versión de Mercyful Fate, de su impresionante ‘Melissa’, mientras Livia representaba el embarazo y accidentado parto de “Evil”. Aquí la formación subió la entrega, pero no consiguieron ser lo aplastantes que hubiéramos preferido. Un nuevo bis, en este caso con la referencia a ‘Abigail’, “Black Horsemen”, entonado con acústicas en su intro y desgarrando los riffs en su parte más eléctrica, dio fin a una actuación en la que esperaba más presencia de temas de ‘Fatal Portrait’ y ‘Abigail’ que las tímidas referencias a estas magnificas obras… Para nosotros King Diamond había cerrado esta edición del festival, quizá no con llave de oro, pero sí con un enfático y visual concierto.
De regreso al camping, pudimos observar como Testament aún estaban atronando en el Marquee II, pero debíamos cerrar capitulo, ya que había que madrugar para recoger y tomar el autobús que nos llevaría al aeropuerto, de regreso a casa.
Por segundo año consecutivo, el Graspop me demuestra ser un festival plenamente recomendable, en él los grandes clásicos se ensamblan sin demasiados problemas a las nuevas hornadas del Metal actual y viceversa. Esperamos poder vivir una nueva edición de Graspop al lado de todos los nuevos amigos que conocimos, y allí hacer otros más con los que compartir vivencias y grandes momentos de pasión por nuestro estilo de vida.
Josep Fleitas
FOTOS: JOSEP FLEITAS
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4 comentarios
Muy buenas bandas para terminar el último dia del festival belga con una gran banda en directo como son los MAIDEN y como es su directo es decir ARRASANDO!!
Totalmente de acuerdo contigo juandie. Discrepo pues he estado leyendo las criticas de francia italia y alemania diciendo ke se salieron y con un sonido impecable y un Dickinson en plena forma e inconmuserable y rpleto de facultades con una voz impecable. Y aki en españa los periodistas ke dicen entender y hacen las cronicas le dieron palos a Maiden y a Bruce por todos los lados! Yo fui alos 4 conciertos de la peninsula y siempre dire ke stubieron geniales y bruce canta como nunca. Haceros revisar eso de periodistas especializados. Si haze aire y se yeva l sonido no creo ke la culpa la tenga Maiden ni decir ke bruce stava falto d voz cuando eso es mentira. Up the Irons! Y viva MAIDEN!
Se dice Scream for me, señores.
Que más da PAYASO (wargirl)!!!