GARY MOORE:Único en lo que hace y aún consigue emocionar

Gary Moore
Palacio de los Deportes – Madrid
Decisiones. Al fin y al cabo, en gran parte la vida consiste en distinguir las que consideramos correctas. Cuando Gary Moore decidió cerrar la puerta y dejar atrás su glorioso pasado junto al hard rock para adentrarse de lleno en el mundo del blues consideró que, pese a las posibles críticas desfavorables, esa decisión era la que marcaría el resto de su vida como músico. Si bien en su momento el cambio de rumbo musical significó para Moore que muchos de sus más acérrimos seguidores hardrockeros le dieran la espalda y que algunos de los más puristas bluseros lo consideren tan solo un buen guitarrista de rock haciendo blues, el músico supo aclarar con arduo y excelso trabajo que aún tenía mucho por decir. El tiempo ha pasado demostrando que no se equivocó en lo más mínimo.

Lo expuesto por el guitarrista irlandés en el festival Guitarra- Madrid 2009 lo dejó perfectamente claro. Ante una nutrida asistencia de público, con una austera puesta escénica y un sonido potente pero muy claro, Gary Moore y sus músicos comenzaron a hechizar a la multitud con “Oh, Pretty Woman”. A partir de allí, sin pausas y dejando de lado demasiado diálogo con la audiencia, el guitarrista logró ensamblar un show sin fisuras recorriendo su forma tan particular de encarar el blues, vale decir, respetando su sonido más tradicional pero adicionándole cuando es necesario, esa pizca de potencia y técnica que solo su perfil rockero puede darle. Estridente y sutil, técnico y a la vez emotivo, virtuoso pero sin exagerar de sus reconocidas calidades con la guitarra, el otrora irascible irlandés logra aunar todos estos calificativos y aún más a su particular estilo de tocar la guitarra.

Desde la melancolía y el sentimiento de temas como “I Had a Dream” o “I Love You More that You´ll Ever Know”, las contagiosas “Walking by Myself”, “Since I Met You Baby” o “The Blues is Alright”, todas fueron muy apreciadas y disfrutadas por una entregada audiencia que desde el inicio comprobó que Gary Moore es único en lo que hace y aún consigue emocionar tan sólo con unas pocas pero precisas notas.

Curiosamente el tema más conocido en su faceta blusera, “Still Got The Blues”, no fue seleccionado para formar parte de una noche casi mágica. Reemplazado en el bis final por otra joya en la discografía del músico, “Parisienne Walkways”, aquella mítica composición que creara junto al eterno Phil Lynott, y que en su parte final logró arrancar de la Gibson del guitarra los acordes preliminares de “Over the Hills and Far Away”. . . pero no. El milagro no se produjo. Fue tan sólo el esporádico fragmento de un glorioso pasado que parece sabia y noblemente enterrado. Y hablamos nuevamente de decisiones, fue, es y será voluntad del virtuoso instrumentista decidir hacia donde apuntar su carrera musical, pero lo cierto es que, si está dentro de tus posibilidades, optar por no perderte un próximo concierto de Gary Moore será una sabia decisión. No te arrepentirás.

Javier Izurieta
Fotos:José Maria Álvarez Pérez