Crónicas

Crónica de ROAM + Treehouse Kids: Sueño cumplido

«ROAM, ha conseguido en solo cinco años enamorar una audiencia que necesita de nuevos ídolos, de referentes alternativos al excedente de bandas del montón»

16 noviembre 2017

Sala Sidecar, Barcelona

Texto y fotos: Víctor Vallespir

Hay bandas que se lanzan al vacío, que exploran lo que el mundo de la música les tiene guardado y que afrontan sus retos (y sus miedos) sin temor a lo que viene por delante. Y es que la vida tiene de todo, momentos para el amor y momentos para el odio; derivas satisfactorias y otras menos agradables.

‘Great Heights & Nosedives’ es la historia de unos chicos, ROAM, que en solo cinco años han conseguido enamorar una audiencia que necesita de nuevos ídolos, de referentes alternativos a lo que venimos viendo desde que las guitarras eléctricas empezaran a distorsionarse al ritmo de los mejores Nirvana.

Bajo la bandera de un pop-punk facilón pero sobretodo efectivo y pegadizo, los británicos afrontaban la maratoniana gira de presentación de su nuevo disco con la seguridad de quien hace las cosas bien, de quien se deja la piel en lo que intenta y de quien, por encima de todo, cree en el producto que está ofreciendo. En una agradable tarde-noche en Barcelona, les tendríamos en la céntrica sala Sidecar  -que por cierto cumpliría 35 años justo unos días antes- para comprobar su estado de forma y, de paso, las verdaderas emociones que suscitan a sus fanáticos.

Treehouse Kids

Como banda invitada tendríamos a los locales Treehouse Kids grupo pop-punk cuyas influencias no distaban en demasía de las del cabeza de cartel de la noche. Con un público que se iría animando al transcurso de sus escasos 20 minutos de concierto, presentaron frente a la audiencia algunos de los temas que integran su aún corto catálogo. Contundentes y animados, piezas como la inicial “Thin Lights” verían nacer los primeros pogos de la noche y algún que otro stagediver que se animaría a romper el hielo. Pese a que las voces de Andrew Schwartz captarían la mayor parte de las miradas, no deja de ser reseñable la gran fiabilidad de la base rítmica de la banda; Roger Mata al bajo y Àlex Brull a la batería conseguirían dar el empaque necesario a las composiciones de los catalanes, mientras las tímidas pero concisas melodías de Pau Velasco y Juan García a las guitarras elaborarían aún más sus canciones. Tras la interpretación de piezas como “Drive Back”, “Turmoil” y “Ghosts”, darían por acabado su escueto concurso con una “Refrain” que sonaría verdaderamente inspirada. Nos quedamos con su nombre y, de bien seguro, tendremos más oportunidades de verles en los grandes escenarios en los próximos meses.

Tras más o menos media hora de cambio de grupos –quién sabe porqué no les dieron algo más de tiempo a los teloneros- ROAM saltarían al escenario como quien se enfrenta a la vida con ganas de comerse el mundo. Pese a que la sala la llenarían no muchas más de cincuenta personas, serian precisamente esas las almas que lo darían absolutamente durante todo el show de los ingleses, una verdadera muestra de devoción por parte de un público que se siente identificado y respaldado por las composiciones de unos músicos que fracasan y triunfan en tanta o más medida que sus propios seguidores. Tras una introducción algo breve, saldrían a por todas con unas “Alive” y “Left For Dead” que nos darían las claves de lo que iba a ser su concurso a partir de ese momento. Alex Costello a las voces daría un verdadero recital de saber hacer sobre las tablas, dirigiendo a la audiencia a su antojo y sabiendo distribuir sus fuerzas para hacer que su actuación no pecase de repetitiva en ningún momento –y es que el pobre chico venía algo enfermo ya solo empezar la gira.

ROAM

Se nota que las composiciones integradas en ‘Great Heights & Nosedives’ han calado entre su audiencia, y fue soltar las notas de canciones como “Guilty Melody” o “Flatline” que hasta los propios ROAM se vieron sorprendidos por la capacidad de reacción de un público que no escatimó en stagedivings, circle pits y, en definitiva, de todos los recursos que hicieran sentir a la banda como si estuvieran en su casa. El concierto, al final, fue una apisonadora de cincuenta minutos que no dejó tregua alguna, siendo las composiciones de su anterior lanzamiento, ‘Backbone’, las que darían un toque aún más hardcore a la velada. Poco tendríamos a hacer al ver que, tras la interpretación de “Playing Fiction” y “Head Rush”, se retirarían a sus aposentos a la vez que dejaban a sus seguidores del todo saciados y, por qué no decirlo, totalmente exhaustos.

La sensación final, la de haber observado a una de esas bandas que tienen todos los ingredientes necesarios para hacerse un hueco en esta industria tan complicada. Si saben dirigir a un público mayor igual que consiguieron hacer sentir a una base de fans un tanto reducida, podrán, de sobras, ganarse el un hueco en la vitrina reservada para los grandes nombres. Suponemos es cuestión de tiempo. Como la vida.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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