Crónica del Z! Live Rock Fest 2016: Warcry, Sôber, Leo Jiménez...
22 junio, 2016 11:45 am Deja tus comentariosSituémonos en el espacio y el tiempo: nos encontramos a mediados de junio en Zamora, famosa por su arte arquitectónico. Sin embargo, en esta ocasión no estamos allí para visitar su catedral o sus iglesias, sino para disfrutar de otro tipo de arte totalmente distinto: el rock y el metal.
A lo largo del fin de semana saboreamos las mieles de esta música tan extraordinaria. Había incertidumbre debido a la meteorología, ya que durante toda la semana se alternaban rachas de calor insoportable con auténticos aguaceros, pero por suerte para todos el tiempo dio un respiro y se pudo disfrutar de un gran festival.
El viernes teníamos una cita en la Plaza Mayor de Zamora, con una serie de conciertos gratuitos para dar comienzo al festival. A las 22:30 saltaron a escena los chicos de Greenblues, una banda zamorana formada en 2013. Comenzaron tímidos, lo que es comprensible debido a que es una banda de reciente creación y a que tenían la misión de inaugurar la primera edición del Z! Live. Poco a poco fueron ganando en energía y aplomo en el escenario. Durante su actuación sonaron canciones como “Fuera de lugar”, “Ven hacia mí”, “Quédate a dormir” o “A los de allí enfrente”, pero sin ninguna duda su punto más álgido llegó cuando interpretaron los temas “El blues del sediento” y “La última y nos vamos”, que fueron coreadas por la mayor parte de la gente que se encontraba en la Plaza Mayor. En definitiva, un comienzo más que sólido para dar el pistoletazo de salida.
Alrededor de las 23:15 de la noche le tocaba el turno a Zenobia, combo con más de una década encima de los escenarios. Los riojanos ofrecieron un auténtico recital de heavy metal desde el primero hasta el último de sus acordes, ganándose así a toda la parroquia zamorana que allí se congregaba. “La legión infernal”, “Mi alma es tempestad”, “La fiebre del oro”, “Sin mirar atrás”, “Lenguas de serpiente” y “Borraré tu nombre” fueron sus primeras canciones, las cuales no dejaban un segundo de respiro a los asistentes. Continuaron con “El sueño de un loco”, “Una de piratas” y “La tormenta”. En la noche también hubo momentos para disfrutar de algún tema extraído de su LP 'Baladas' como “Vuelve” o “Ante tus ojos”, cuyo videoclip fue rodado en el convento de Coreses, cerca de la capital Zamorana. Pero sin ningún tipo de duda lo mejor de la noche llegó con los primeros acordes de “Unidos por el metal” y “Lo Llevo en la sangre”. Estos dos himnos de la banda fueron coreados por todos los asistentes en la Plaza Mayor. Un gran grupo con un potente directo para deleite de los metaleros.
En torno a la 01:00 de la madrugada llegaba el momento de Maldita Juliette, banda-tributo a Platero y Tú. Formados en Zamora en 2015, repartieron clásicos como “Mari Madalenas”, “Tras la barra del bar”, “Juliette”, “El roce de tu cuerpo”, “Voy a acabar borracho” o “Hay poco rock’n’roll”. Aunque el mercurio estaba por debajo de los 10ºC, los asistentes siguieron saltando y coreando cada canción interpretada por el grupo.
Sábado 18 (Auditorio Ruta de la Plata, Zamora)
El día amaneció despejado, lo cual hacía presagiar un gran día para el festival. A las 13:00 de la tarde se abrió al público la zona del Metal Market y Rock’n’Food, situada enfrente del auditorio donde se celebraría el festival. Estaba diferenciada la zona de comida y la zona de mercado, un poco más alejada. En la zona de comida nos encontrábamos con puestos de todo tipo: pizzas, perritos calientes, bocadillos y hamburguesas... Un poco más lejos nos encontramos con el metal market, una especie de mercado artesanal del metal en el que se podía adquirir desde pulseras de cuero, hasta manos de hierro con cuernos moldeados.
A las 15:00 se abrieron las puertas del auditorio. Los pocos valientes que se atrevieron a irrumpir en él (posiblemente había unos 35ºC al sol y pocos menos en la sombra, sin ninguna nube en el cielo y ni una pequeña brisa para aliviar) observaron un enorme escenario enfrente de ellos. A los lados del emplazamiento tenemos las zonas de bar, bien situadas en la sombra bajo un techo que sirve de refresco a los asistentes. Adjunto a estos portales nos encontramos con los baños, los cuales merecen un capítulo aparte: como primer punto, en la entrada tenemos personal de seguridad que está pendiente de que nadie se sobrepase en los baños. Segundo punto, y no por ello menos importante, su limpieza; cada cierto tiempo había personal contratado para comprobar que hubiera papel, limpiar y desinfectar dichos baños. Lo dicho, un auténtico lujo entrar en esos urinarios, aspecto que normalmente suele flaquear en los festivales de este tipo.
A las 16:00 de la tarde, con unas 100 personas en el recinto, saltó al escenario el grupo zamorano Retorno Zero, presentando nueva formación y disco, 'Vidas Salvajes'. A pesar de las horas tan tempranas y del excesivo calor, los asistentes tenían ganas de pasárselo bien y disfrutar del festival. Reinó el buen rollo, dejándonos llevar durante media hora con cortes como “Nunca es demasiado”, “No dejes de gritar”, “Sueños rotos” y “Recuerdos”. Al final de su actuación lanzaron varios CDs de su nuevo álbum y algunas camisetas.
A las 16:40 irrumpe en escena el grupo de punk-rock Baxtards. El calor, pese a ser insoportable, no impidió que el conjunto zamorano hiciera botar a todo el público a base de punk del bueno. Sus cuatro integrantes irradiaron energía y fuerza con un sonido atronador y potente. Estaban en su ciudad y parecían pretender tirar abajo el auditorio. No paraban un segundo en el escenario: saltaban, animaban y, sobre todo, disfrutaban y hacían disfrutar a todos los presentes. La buena química se notaba entre ellos, ya que su sonido es óptimo a la par que agresivo. Durante poco más de media hora de concierto pudimos disfrutar de canciones como “Brutality”, “Rock Freedom” y “Keep up the Fight”. Buen concierto que no dejó a nadie indiferente.
A las 17:20 de la tarde era el momento de escuchar el grupo gaditano The Electric Alley; los únicos acostumbrados a la temperatura que reinaba en el ambiente. Su estilo hard rock ha calado bastante hondo en la parroquia metalera a nivel nacional y, a pesar de su corta carrera musical (apenas llevan 4 años como grupo), se están convirtiendo en una formación con bastante peso. Su sonido perfecto y armónico, su elegancia al tocar, sus estrofas pegadizas y fáciles de aprender, junto con la química que desprenden, movilizó al respetable, incluso a aquellos que apenas conocían al grupo. En “Standing”, “Up The Flames”, “No Control” y “Can We Have Some Love Between Us” el ambiente fue creciendo progresivamente hasta que le tocó el turno a uno de sus baluartes, “Get Electrified”. En ese momento tanto el grupo como el público en comunión. No tienem nada que envidiar a las grandes bandas de hard-rock internacional.
En torno a las 18:15 de la tarde saltaban a escena Jardín de la Croix, grupo madrileño que presenta un agresivo a la par que elegante post rock instrumental con elementos progresivos y pequeños detalles (aunque más ocultos) de math. Fue un momento para dejarse llevar y regocijarnos en todas y cada una de las notas interpretadas por sus integrantes. Sonó desde “Man Made Lightning”, hasta “Maelstrom”, pasando por una creciente “Colorado Springs”. Talento emergente con una belleza instrumental impresionante.
Rozando las 19:30 irrumpía Leo Jímenez con su grupo, liderándolo de principio a fin como el gran frontman que es. Increíble la voz del de Fuenlabrada (Madrid), que sigue derrochando talento allá por donde pasa. Sonaron canciones como “Desde Niño”, “Condenado”, “Misantropía” o “Volar”, y algunas de su último disco, como son “Hambre” o “Con Razón o Sin Razón”, en las que él hacía las veces de guitarra. Había una gran química entre el cantante y el público concentrado en el auditorio. Los temas siguieron sonando y la multitud estaba entusiasmada, gozando de semejante portento vocal. El final del concierto llegaba y Leo dejó su guitarra a un lado para compartir con todos nosotros un otro tema que hacía que la piel se erizara y entraran escalofríos. No podía ser otra que “Parte De Mí”. Todos los asistentes la cantaban al unísono; incluso, en alguno de ellos, se podían apreciar lágrimas de emoción, y es que esta pista es muy profunda y sentimental. Su último tema fue la mítica “Hijo De La Luna”, en la que el cantante hacía suyo propio todo el recinto, dominando sobre todo y todos. La bestia se merendó el escenario.
A las 21:05 se subieron sobre las tablas Sôber, celebrando su vigésimo aniversario como banda de metal alternativo a las puertas de la grabación de su nuevo LP. Encabezados por Carlos Escobedo a la voz, asaltaron el auditorio de Zamora. Desde el primer momento demostraron que son un grupo asentado con las bases bien apuntaladas que sabe en todo momento lo que hace. Carlos se encargó de animar al público a saltar y corear sus canciones, a lo que desde el foso respondieron sin ninguna vacilación. A lo largo de su hora y media de concierto podemos escuchar canciones como “Loco”, “Encadenado”, “Blancanieve” o “La Prisión del Placer”, las cuales hicieron las delicias del público allí reunidoo. Poco a poco va cayendo la noche en la capital y los temas siguen sonando sin cesar: “Diez Años”, “El Hombre de Hielo” o “Naufrago” son algunos de ellos. Aun así, el momento cumbre fue “Arrepentido”, con una interpretación perfecta que nos puso los pelos de punta. ¡Vaya grupazo!
Ya en la oscuridad que trae consigo las 23:00 de la noche, llegó el cabeza de cartel del festival, la banda asturiana Warcry. El escenario dormía hasta que empezaron a sonar los primeros acordes de guitarra ejecutados por Pablo García; el público, en ese momento, explotó de emoción. No se podía haber elegido un mejor inicio: suena “Quiero Oírte” y unido a ello, vemos los primeros efectos pirotécnicos del festival, los cuales hicieron vibrar a todo el auditorio. Continuaron tocando temas clásicos, como “Nuevo mundo”, “Contra el viento”, “Siempre”, “Anticristo” o “Alma de conquistador”.
Poco después sonaron los riffs de “Highway to Hell” y de “Paranoid”, para anticipar “La Vieja Guardia”, rindiendo así un pequeño homenaje tanto a AC/DC como Black Sabbath. Llegamos a un momento del concierto que merece una mención especial: Víctor García (vocalista del conjunto asturiano) comenzó dando un pequeño discurso introductorio para la que sería la siguiente canción. La intención primera era seguir concienciando a todas las personas de que no hay que callarse ante un maltrato, sea o no a nosotros mismos. Mientras esto ocurría, en la pantalla del escenario iban sucediéndose imágenes de las numerosas noticias que, por desgracia, hemos tenido que ver sobre violencia de género. En la pantalla se leyó un enorme “¡¡¡BASTA YA!!!” que conmocionó a todo el público.
A continuación comenzó a sonar “Cobarde”. Continúa el concierto y llegaba el turno de grandes temas como “La maldición del templario”, “Devorando el corazón” o “El guardián de troya”. Llegamos al punto final de su actuación, para el que hicieron uso de esa dupla infalible en cualquier show de metal: “Tu mismo” y “Hoy gano yo”, con las que terminaron de confraternizar con los asistentes haciendo un llamamiento a la unidad del metal estatal. Al final del concierto, una explosión de confetis inunda todo el auditorio.
Se aproximaba la 01:00 de la madrugada y era el momento de despedir la noche con una formación que lleva deleitándonos sobre los escenarios casi 30 años: Hamlet. La noche ya era cerrada en Zamora y la gente parecía cansada después de la maratoniana jornada, pero aparecieron los madrileños en escena y todo cambió. Insuflaron una nube de energía, potencia y desenfreno descomunal a todo el público. J. Molly no paraba un solo segundo en el escenario, animando al público en todo momento. Temas como “Egoísmo”, “Lamento”, “Deja vu” o “Ciudad de Dios” explotaron con una rabia brutal, sonando con auténtica voracidad. Aunque, sin ningún género de dudas, su canción más coreada fue “J.F.”, de la que algunos de los presentes disfrutaron como niños.
Un gran final de concierto y de festival. Esperemos que el año que viene podamos volver a disfrutar del Z! Live Rock, ya que éste ha sido espectacular, con gran apoyo tanto de los asistentes como de los distintos patrocinadores. Hay que recalcar que durante toda la jornada del festival la buena música, el buen rollo, las ganas de pasarlo bien y el compañerismo inundaron el auditorio de la ciudad de Zamora.
Texto: Héctor Martínez y Laura González
Fotos: Laura González
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