Crónica del Primavera Sound 2016. Sábado 5 de junio (PJ Harvey, Sigur Ros...)
16 junio, 2016 12:34 pm Deja tus comentariosParc del Fórum, Barcelona.
Y llegamos al final. Tiempo de despedirse. Última jornada en el Parc del Fórum. El día que todo el mundo espera aguantar hasta que salga DJ Coco en el escenario Ray-Ban y haya invasión de escenario, salga el sol, subas tu vídeo a Instagram con todo lo sucedido y puedas apuntarte otro tanto más. Otro Primavera, otra locura musical, otra edición que se sale. Pistoletazo de salida del verano para los adictos a los festivales. El efecto ‘yo estuve allí’. La inevitable cuenta atrás.
La noche ecléctica. Llevaba todo el fin de semana intentando conseguir entrada para ver a Bob Mould (Hüsker Dü en los 80 y Sugar en los 90) en el Hidden Stage; me encontré incluso al propio Bob entre el público de Radiohead. Por la mañana ya había pinchado en el nuevo escenario Bowers & Wilkins junto a la playa. No fue posible. El Primavera también es un lugar con pérdidas de trenes e incluso puede que la propia dignidad personal. Empieza temprano y ocupa toda la ciudad. Queríamos ver el folk intimista, el cantautor que todo el mundo conoce, Invisible Harvey es el nuevo proyecto de Dimas Rodríguez; pero nos fue imposible levantarnos a esas intempestivas horas. Llegamos al recinto sin haber podido ver ni a Bob ni a Dimas, pero disfrutamos de The Saurs en el Pitchfork. Una actuación histórica de uno de los grupos de El Segell, sello del propio festival, por su cuerpo y entereza pero además porque hace unas horas que han anunciado su disolución.
Acto seguido nos sentamos para prepararnos psicológicamente para las próximas horas. Lo hicimos cerveza en mano y disfrutando del show lo-fi que The Chills ofrecieron en el Ray-Ban. Llegados desde la lejana Nueva Zelanda, los chicos capitaneados por Martin Phillips decidieron jugar en ligas secundarias pudiendo haber sido la respuesta de REM en las antípodas. Veinte años después de su última referencia oficial regresaban con ‘Silver Bullets’ (Fire, 2015). Gran concierto y una forma idónea de calentar motores. No quisimos perdernos la oportunidad de ver al líder de The Horrors, Faris Badwan. Cat’s Eyes tocaron en el Hidden Stage. La sala secreta estaba a rebosar. El proyecto pintaba entre íntimo y folk pero los dejes al britpop más guitarrero no dejaron ver la belleza del ensamblaje. Presentaron su tercer largo ‘Treasure House’, disco autoeditado solo para muy fans del combo. De camino a Brian Wilson, no pudimos evitar acercarnos a ver qué hacían esta vez los PXXR GVNG. La mafia del ritmo nació gracias a Youtube y al impulso que la gente del Sónar les dio el año pasado. El cuarteto podrían ser por actitud los NWA locales, pero están más cerca de la chulería de Lil Wayne. Peligro, salsa y rap de nueva hornada para un público estupefacto. Otro nivel más para la generación del autotune.
El Primavera es tan grande y traidor que mientras te diriges a ver a la leyenda de los Beach Boys interpretar el mítico ‘Pet Sounds’, te estás dejando de ver a sir Richard Hawley. 50 años han pasado de la salida de este tótem de la cultura americana y de los surferos. El señor Wilson se hace acompañar sabiamente de un elenco de músicos que sustentan la dignidad de su repertorio. El listado de canciones hizo llorar a más de uno y los amantes de la cultura americana y adictos al sueño USA fuimos un poco más felices.
En una de las decisiones más difíciles de mi vida, sacrifiqué ver a Drive Like Jehu, que tocaban en Madrid la semana siguiente, para catar las delicias de dos grupos tan dispares como Los Chichos, la alternativa cañí de esta edición, y el rapero Pusha T. De los reyes de la rumba que revolucionaron el menudo escenario adidas Originals, al preferido de Kanye West. Dos estilos que tienen su procedencia en ambientes similares. Solo separados por una lengua y un océano. Lo demás… busque usted las similitudes.
PJ Harvey enmudeció al inmenso Heineken con su savoir faire y las canciones de su reciente "The Hope Six Demolition Project" (Island, 2016). Su maestría hace demasiado tiempo que no se puede disfrutar en sala en nuestro país. Una oportunidad para volver a encontrarte con la belleza y la fuerza de sus canciones y su legado. Curioso que en el mismo festival pudiésemos ver a Harvey y Radiohead. Un guiño a una época que ha pasado pero que sigue dando frutos deliciosos. Tras ‘ella’ fuimos al Primavera a disfrutar de Action Bronson. El neoyorquino es el rapero blanco del momento. Su debut ‘Dr.Lecter’ le auguró un futuro que sigue intacto y catapultado al éxito con ‘Mr.Wonderful’ (Atlantic, 2015). Bronson tiene mucho que agradecer a los Wu Tang Clan y nosotros al festival por traerlo. Una de las actuaciones del sábado, sin duda. Antes pero tuvimos la osadía o el desparpajo o al inteligencia de irnos corriendo al adidas Originals, uno de los escenarios top de las última ediciones, una de las joyas de la corona hipster. Venom actuaban y llenaron. El metal extremo gustó y maravilló al personal. El choque cultural fue divino.
Sigur Ros fueron otros de los triunfadores de la noche, junto a Pj Harvey Drive Like Jehu. Por distintos motivos y gracias a la variedad de público asistente. Pero la pregunta con bandas venidas de Islandia es siempre la misma. Esa grandiosidad adscrita a un paisaje determinado puede acotarse en un festival de semejantes dimensiones y con masificación de público sin que el producto final se vea afectado. Yo creo sinceramente que sí. He visto pocas veces a Sigur Ros, pero el estado anímico del personal y el respeto por el silencio no fueron dos de los grandes reclamos de su set. En breve los veo en Dublín en un sitio idílico. Es el precio que debemos pagar por ver a los encargados de poner banda sonora a las auroras boreales. Tuve la desfachatez de disfrutar solo dos canciones de Parquet Courts (Pitchfork) en pro de mis amados UNSANE. Un amor que surgió hace muchos años cuando los entrevisté en aquel campo de futbol de Sant Feliu de Guixols donde se hacía el festival hardcore mejor de Catalunya. Se han hecho mayores pero no han perdido ni dignidad ni músculo. Entrega y apisonadoras sónicas a doquier. Otra vez más, el adidas Originals hasta la bandera. De todos modos, seguidles la pista. A falta de Pavement y con un disco como ‘Human Performance’ (Rough Trade, 2016) en la calle, tienen muchos números para ser algo grande en breve. Y sí, fuimos a ver a Ty Segall and The Muggers. Un aficionado de la primera fila subió a cantar y se transformó en Ty. El señor Segall, sin ser nada del otro mundo, ofrece unos directos que son un MUST, arrastra al personal cuáles zombis y merece podio en las actuaciones del sábado. Pero esa devoción, su aura de estrella atemporal, ¿no es demasiado? El concierto me pareció muy bueno pero he visto millones de bandas mejores con estilos similares en el Primavera Sound.
Este año nos despedimos del festival, sentados viendo los primeros destellos de Hendrik Weber en el escenario donde Dj Coco pinchó a David Bowie. Nos fuimos apenas unos minutos antes de la tormenta. Dejamos a los más jóvenes el privilegio de ver la salida del Sol junto a Abel Suárez (nombre real de Coco). Nos alejamos del recinto, no sin antes pasar por las casetas y hacer las compras necesarias para recordar otro año más, acortar la espera de la próxima edición y poner nuestro granito de arena en negocios que nacen de la pasión por la música y la cultura. Un día Gabi Ruiz probó a construir el festival de sus sueños. Años después, se ha acabado conviertiendo en una aplastante realidad;para muchos eran locuras de grandeza. Hoy es uno de los mejores festivales del mundo con hermano pequeño en Porto. Otro año más: el Primavera Sound ha dejado una huella imborrable en nuestro ADN personal. See you next year.
NOTA IMPORTANTE: El próximo lunes 20 de junio ya salen las primeras entradas para la próxima edición con un precio limitado.
Texto: Pau Peñalver
Fotos: Eric Pamies
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