Crónicas

Rock in Rio Lisboa, con Scorpions, Evanescence, Extreme, Europe...: El rey de reyes de los festivales

«Rock in Rio, regresó a Lisboa dos años después de su última cita en la capital portuguesa, celebrando la décima edición en tierras lusas y el vigésimo aniversario desde que el macroevento diera el salto a Europa.»

15 y 16 de junio

Parque Tejo, Lisboa (Portugal)

Texto: Juan Destroyer. Fotos: Rock in Rio

El rey de reyes de los festivales, Rock in Rio, regresó a Lisboa dos años después de su última cita en la capital portuguesa, celebrando la décima edición en tierras lusas y el vigésimo aniversario desde que el macroevento diera el salto a Europa. Nos hemos hecho una escapadita el primer fin de semana con el objetivo claro de dar cobertura a la primera jornada, la del sábado 15 de junio. Contó con varios artistas de fama internacional: Scorpions, Evanescence, Europe, Extreme, Rival Sons y Living Colour.

El nuevo emplazamiento en el Parque Tejo, a los pies del río Tajo y del Puente Vasco de Gama, es sencillamente espectacular, y además ha posibilitado que el recinto haya crecido exponencialmente, con una capacidad para 80.000 personas por día. Se vendieron todas las entradas tanto para el sábado como para el domingo, habiendo público de muy diversas nacionalidades, con presencia reseñable de españoles y británicos.

Rock in Rio fue el festival pionero en ofrecer mucho más que una experiencia musical, y ese sigue siendo su afán. Hay noria, hay tirolina, y la coalición con multitud de marcas le permite disponer de entretenimientos varios: una capilla en la que ofician los casamientos actores disfrazados de Elvis Presley y Amy Winehouse, la posibilidad de maquillarse o incluso de plancharse el pelo. La oferta gastronómica también es amplia y variada.

Dado que el plantel de grupos no es muy grande y en la mayoría de los casos los conciertos se suceden en vez de solaparse, es un festival bastante cómodo.

Xutos & Pontapés

Para nosotros el día comenzó con Xutos & Pontapés, veterano grupo de la zona centro del país que ofreció para inaugurar el Palco Mundo (el escenario principal) un concierto especial acompañado de la Orquesta Filarmónica Portuguesa. Dado que durante la mayor parte de su trayectoria han hecho punk rock, no tenía yo muy claro cómo iba a sonar aquello, pero la cosa funcionó, y su despedida con la versión de la canción popular “A Minha Casinha”, el tema más conocido de la banda, fue el primer gran momento de esta edición de Rock in Rio, con gente acercándose al escenario desde todos los flancos.

Foto: Rita Seixas

La noche anterior nos había salido la oportunidad de entrevistar en exclusiva en el backstage el día del concierto a Joey Tempest e Ian Haugland de Europe y no la desaprovechamos. Pronto podrás conocer el resultado de ese encuentro, pero para lo que viene al caso, decir que la citación, los preliminares y la charla en sí hicieron que nos perdiéramos un rato de festival. Me hubiera gustado haber podido ver el concierto de Blind Zero, banda de rock alternativo originaria de Oporto que no es que conozca en profundidad, pero todo lo que he escuchado desde que les pegara una oreja por primera vez a finales de los 90 me ha gustado. Apenas pude estar presente para un par temas pero me transmitieron buenas sensaciones.

Extreme. Foto: Rodrigo Simas

Cuando salimos del backstage nos fuimos corriendo al Palco para ver la segunda mitad del concierto de Extreme. Inevitablemente, lo primero que me llamó la atención fue el pedazo de solano que le estaba cayendo de cara a la banda.

Llegamos con “Play with Me”, desde ese momento embobados con la extraordinaria destreza de Nuno Bettencourt. A continuación llegó el set acústico, que se inicia con “Hole in my Heart” antes de que el guitarrista se quede solo sobre las tablas y le dedique un discurso a sus compatriotas en portugués (por si no lo sabías: nació en las Azores).

Me dejó otra vez con la boca abierta tocando a ciegas la instrumental “Midnight Express”, y digo a ciegas porque el sol no le permitía abrir los ojos, ¡qué espectáculo!

Ya se había ganado al público sobradamente, pero lo coronó versionando, con la bandera en la pantalla, el himno de Portugal; el público se encendió cantando la letra, tanto que el seguimiento fue incluso mayor que con una de las baladas más famosas de la historia del rock: “More than Words”.

Extreme. Foto: Helena Yoshioka

Lo cierto es que, entre unas cosas y otras, esta tarde Nuno -que tampoco se privó de tocar “El vuelo del moscardón”- le robó un buen trozo de protagonismo a Gary Cherone, suponemos que con su consentimiento.

Se resarció un poco el cantante con “Get the Funk Out” mientras en la pantalla lucía una versión animada de la portada de ‘Pornograffitti’. Estábamos en todo lo alto y no comprendo cómo en este contexto festivalero, en el que la gente no viene a verte a ti, o al menos no solo a ti, no cambiaron el guion. Terminaron con “Rise”, cañero tema de su último disco pero no conocido por el gran público.

 

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Rival Sons. Foto : Rodrigo Simas

La única coincidencia chunga fue la que se dio entre Rival Sons y Living Colour, aunque en mi caso, que había visto dos veces a los primeros y ninguna a los segundos, lo tuve claro y aposté por el cuarteto afroamericano.

Tocaron en el Palco Galp, el segundo en importancia, y se notó en la asistencia que la muchedumbre estaba repartida, pero para un buen porcentaje del respetable se trata de una banda de culto, y a mí estos auténticos precursores del eclecticismo no me defraudaron para nada.

Los conciertos de Living Colour son una verdadera montaña rusa en la que, en pocos minutos, pasan de mostrarnos que Corey Glover podría ser un gran cantante de soul, a ponerse hardcoretas cuales Bad Brains. Supongo que vale señalar para hacerse una idea que en el mismo concierto versionaron “Kick Out the Jams” de MC5 y “Nothing Compares 2 U”, la canción de Prince cedida a Sinéad O’Connor.

Living Colour. Foto: Rita Seixas

“Type” sonó rabiosamente maravillosa, y el final con “Cult of Personality” fue la leche, con Corey aupándose a las vallas de seguridad e incitándonos exitosamente a que saltáramos como si no hubiera un mañana.

Tenía mis dudas acerca de cómo funcionaría la melancolía de Evanescence aún a plena luz del sol, pero la verdad es que, liderados por una Amy Lee sobrada de voz, rayaron a muy buena altura.

Al principio el calor del gentío fue comedido, porque “Broken Pieces Shine” o “Made of Stone” no pueden competir con sus grandes hits, pero a medida que avanzaba el concierto aquello fue creciendo.

Me gustó mucho “My Heart is Broken”, uno de los temas en los que se sienta al piano, y de entre sus últimas canciones a mí me pone los pelos de punta “Wasted on You”, pero obviamente fueron otras las que se llevaron los aplausos más sonados, como por ejemplo “Going Under” o “Call Me When You’re Sober”.

Evanescence. Foto: Ana Nene

Ya estaba anocheciendo cuando sonó “My Immortal”, y fue muy bonita la estampa de los miles de móviles-luciérnaga acompañando tan bellas melodías. Obviamente no se podían ir de allí sin tocar “Bring Me To Life”, una de las canciones de rock más famosas de este siglo.

 

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A Europe se les quedó pequeño el Palco Galp, pero quizás precisamente por ese ambiente más recogido (siempre en el contexto de las dimensiones del recinto), yo fue el concierto que más disfruté.

Europe. Foto: Alfonso Batista

El repertorio estuvo estupendamente seleccionado, no faltó ninguno de los temas que no tenían que faltar y todavía les dio tiempo de poner en valor las excelencias de su material de los últimos años.

Tempest está en un envidiable estado de forma, canta como los ángeles y pocos dominan como Joey el arte de hacer virguerías cuasicircenses con el pie del micrófono.

Pensaba que abundarían quienes solo conocieran los grandes hits de 1986, pero lo cierto es que desde el inicio con “On Broken Wings” se vio que Europe tiene muchos seguidores en Portugal.

Obviamente con la segunda, “Rock the Night”, el público se vino muy arriba y, a petición del vocalista, además de corear, palmeamos de lo lindo.

Con “Walk the Earth” el grupo fundió las influencias de Led Zeppelin y la saga Purple, dos de esas bandas inevitables para músicos de su generación, que eran adolescentes cuando esos dos monstruos creaban escuela. Precisamente Joey nos cuenta ahora que conoce a sus “compis” desde que eran unos críos, y cae “Scream of Anger”, uno de los temas de cuando Europe era una banda de heavy metal de la que nadie se imaginaría tamaño impacto mundial un par de años más tarde.

La intro del teclista Mic Michaeli para “Sign of the Times” engalana aún más una de sus joyas ochenteras. Tras “Hold Your Head Up”, llega el momento “Carrie”, con Tempest dejándole al público algunas de las estrofas y estribillos; por otra parte, en el solo, John Norum constata que, además de saber correr por el mástil, también tiene sensibilidad.

 

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Escuchando con los ojos cerrados, cualquiera diría que con “Last Look at Eden” la banda tiene una orquesta detrás, pero no, es Mic, que no obstante está tocando todo ese despliegue desde la programación de sus teclas.

Con “Ready or Not” vuelven a tirar de nostalgia ya para no abandonarla. En “Supertitious” el cantante se baja a las vallas a chocar manos, y cae simpático el gag en el que juguetean con “No Woman, No Cry” de Bob Marley.

Esto se acaba, tras anticipar Ian Haugland los inconfundibles redobles, irrumpe el infalible riff de “Cherokee”. Y para coronar la fiesta -sí, lo has adivinado- “The Final Countdown”.

Scorpions. Foto: Marcelle Tauchen

Un espectáculo audiovisual recordando ediciones pretéritas del festival y acompañado de fuegos artificiales preludió el concierto de Scorpions. Contaron con un esplendoroso juego de luces proporcionado por el Palco Mundo y lo secundaron con ese atrezo tan molón del muro de pantallas de televisión emitiendo cada una de ellas diversas imágenes, incluidas las del propio grupo tocando. A eso se le sumaba la iluminación de la noria y el marco del puente detrás, ¡una pasada!

Que la gira sea una conmemoración del 40º aniversario de ‘Love at First Sting’ hacía que estos conciertos ofrecieran algo distinto a lo que el grupo ha estado tocando desde que anunciara su despedida en falso. Muy guay para los fans, y al mismo tiempo, los “picoteadores” de aquí y de allá tampoco tienen motivo de queja, que no se iban a ir de allí sin soltar “Big City Nights”, “Still Loving You” y “Rock You Like a Hurricane”.

Pero… ¡he empezado por el final! Regresando al comienzo, el crescendo “Coming Home” es el corte elegido para abrir fuego, y “Gas in the Tank” lo único que suena de su meritorio ‘Rock Believer’.

Scorpions. Foto: Ruita Seixas

Para los seguidores “de verdad”, “Make it Real” es un buen pretexto para fardar de galones; otro podría ser el explicarle a quien tienes al lado qué es el talkbox que saca Matthias Jabs en “The Zoo”.

Durante toda la tarde-noche, en una esquina de las pantallas ha habido traducción simultánea al lenguaje de signos, y fue gracioso cuando, durante la instrumental “Coast to Coast”, los chicos simplemente bailaron e hicieron “air guitar”.

“I’m Leaving You” y “Crossfire” son de las que dan sentido a este tour conmemorativo, porque “Bad Boys Running Wild” es mucho más habitual.

Jabs se da un homenaje con otra instrumental, “Delicate Dance”, que deja a buena parte del público con cara de póker, aunque sin duda es una buena treta para que Klaus Meine, que además se sometió recientemente a una cirugía en la espalda, tenga un respiro. Mantiene el tipo bien con la voz, pero se nota que tiene que medir los esfuerzos. También descansa en ella Rudolf Schenker (supliéndole el técnico de guitarras Ingo Powitzer), pero sigue hecho un chaval, ¡qué vitalidad!

Manda huevos que hasta que no sacaron las acústicas para “Send Me an Angel” no me acordé de que yo fui uno de los afortunados periodistas que asistió al concierto en el Convento do Beato de Lisboa en el que se grabó ‘Acoustica’.

Scorpions. Foto: Marcelle Tauchen

Te puedes permitir tocar dos baladas seguidas y salir airoso si tu banda se llama Scorpions. Lo que se viene es “Wind of Change” y sus silbidos. ¡Qué gran momento de comunión con el público!

¿Qué me he dejado en el tintero? Ahí va el resto: “Tease Me Please Me”, “The Same Thrill”, el solo de batería de Mikkey Dee, y “Blackout” con Rudolf vendada la cabeza emulando la portada del disco.

 

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Ojalá nos duren aún un tiempo los alemanes, porque bandas de su categoría, porte y calado hay muy pocas en el mundo. Excelente colofón para la jornada inaugural de Rock in Rio. Bueno, luego había un tributo a Linkin Park, Hybrid Theory, pero el transfer al hotel chutado por la organización no nos permitía prolongar más la noche.

Scorpions. Foto: Andrés Audade

Decidimos quedarnos al día siguiente, y gracias a ello pudimos tener un encuentro, nosotros y el resto de periodistas españoles, con Roberta Medina, vicepresidenta ejecutiva del festival e hija de Roberto, el publicista brasileño que creó Rock in Rio. Le gustó mucho saber que nuestra revista estuvo presente en la mayoría de ediciones, incluidas las tres primeras en Río de Janeiro: 1985, 1991 y 2001; en esa última estuve yo presente, y recordé con ella lo que ahora rememora riéndose, pero en aquel momento fue un problemón. A Nick Oliveri de Queens of the Stone Age le pareció que sería buena idea salir desnudo para un show que además estaba siendo televisado; se lo llevaron preso nada más bajar del escenario.

De izquierda a derecha: Juan Destroyer, Roberta Medina y Sasa Olozábal

Roberta se mostró muy orgullosa de que se llame a Rock in Rio el Disney World de los festivales, pero siempre bajo el lema “por un mundo mejor”, haciendo las citas lo más ecológicamente sostenibles posible.

Por si te lo estás preguntando, no volverá a haber Rock in Rio Madrid, de hecho quieren centrar todos sus esfuerzos en Río y Lisboa.

En la segunda jornada no había nada de rock, sino un compendio de artistas pop, incluido el coruñés Iñigo Quintero, así que aprovechamos para hacer otras cosas, como montar en la noria para ver el recinto desde arriba o quemar adrenalina en la tirolina.

No obstante, ya que estábamos por allí, decidimos ver a Ed Sheeran, que me cae bien desde que se anunció que está en camino una colaboración con Cradle of Filth. Hay otras evidencias de que -como ha ocurrido tantas otras veces- hay un rockero oculto tras el traje de estrella del pop: sus cameos recientes en conciertos de The Offspring y The Darkness y el tándem con Bring Me The Horizon para la revisión de "Bad Habits".

Sheeran volvía a un festival en el que ya participó en la edición de 2014, entonces como artista incipiente, hoy como uno de los cantantes más conocidos de Reino Unido.

Desde una perspectiva tradicionalista, el concierto se me hizo un poco raro, dado que no lleva banda, es él solo con mucha música enlatada sobre la que canta y toca la guitarra acústica, valiéndose de pedales para generar loops durante la actuación. Se acompañó de algunas llamaradas y fuegos artificiales.

Me llamó la atención que en “Shivers” colara “Superstition” de Stevie Wonder, y aunque no sea mi palo, hay que reconocer que el tipo sabe cantar y llegar al corazón de un público encandilado con la baladita “Thinking Out Loud” o la muy bailable “Bad Habits”, con la que se despidió.

Y hasta aquí nuestro viaje a uno de los mayores espectáculos del planeta Tierra, al que seguro que volveremos.

 

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El festival sigue este fin de semana de los días 22 y 23 de junio con un variopinto cartel en el que encontramos como cabezas de cartel a Jonas Brothers y Doja Cat, respectivamente, además de artistas como Ivete Sangalo, James, Carolina Deslandes, Felipe Karlsson, Kura, Leigh-Anne Pinnock, Ornatos Violeta, Fonzie, Mamonas Assassinas y O Legado el viernes o Camila Cabello, Ne-Yo, Luisa Sonza, Pedro Sampaio, la barcelonesa Aitana, Anselmo Ralph, Soraia Ramos, MC Cabelinho, Veigh, Profjam o Danni Gato el sábado. Todos los detalles los tienes en la web de Rock In Rio Lisboa.

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Esta entrada fue escrita por Juan Destroyer

1 comentario

  • Juandie dice:

    Gran resumen hacia las cañeras descargas que se marcaron históricas bandas como SCORPIONS, EUROPE, LIVING COLOUR y EXTREME en esta edición del ROCK IN RIO lisboeta.

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