Crónica de Mors Principium Est + Dysnomia: Témpanos en los tímpanos
17 noviembre, 2015 10:57 pm 1 ComentarioSala We Rock, Madrid
Los más apegados al death metal melódico de la más pura escuela finlandesa tenían una cita señalada con la visita de Mors Principium Est a nuestro país, la primera en los dieciséis años de historia de un grupo que ha facturado algunas de las joyas más indiscutibles de las profundidades de la escena extrema y melódica del país nórdico, prolífico donde los haya en bandas del género.
No venía solo el combo finlandés, pues en Madrid les acompañaban Bridge to Nowhere y Dysnomía, esta última al igual que en el resto de fechas por la península; como buena muestra de que unas decenas de grados de temperatura de diferencia no merman, en absoluto, la calidad de un producto que se macera con melodía, técnica y agresividad a partes iguales.
Bridge to Nowhere, oriundos de Madrid, cortaron la cinta para inaugurar una noche de alto voltaje con su metal melódico de contundente esqueleto pero sin llegar a la naturaleza extrema de sus sucesores sobre el tablado de la querida Sala We Rock. Sobre sus mimbres, tan sólidos como para columpiarse en ellos sobre un barranco sin temor a la caída, tienen potencial técnico y creativo de sobra para tejer un rodaje en vivo todavía por adquirir. El sonido no les fue demasiado cortés y resultó bastante embarullado, si bien de entre el ovillo de vatios podíamos decodificar unas guitarras muy lúcidas, a cargo de César L. Pazos y Rubén Otero; y unas voces muy cuidadas por parte de Ana Rochas, quien, como sus compañeros, en el dinamismo de cara al público y la puesta en escena tiene su principal reto a superar.
Tras el buen sabor de boca y la enésimamente repetida ilusión por lo que se fragua en las cocinas de nuestra escena local, el caviar más inesperado llegó de la mano de los vigueses Dysnomia. Con un sonido más robusto y compacto, inclinado con descarada certeza al death metal melódico de pegada y ritmos atroces, la banda gallega contagió su energía bajo los focos con una actitud intachable y una calidad interpretativa a la altura de un grupo la mar de experimentado. Se encuentran presentando su primera placa de estudio, la homónima ‘Dysnomia’ lanzada el pasado año; si bien sus comienzos datan de 2007, cuando bajo el nombre de Dark Eternity iniciaron una aventura que tendría en ‘Selenia’ (2011) una primera impronta discográfica. El público, limitado en número por un lado por ser miércoles (lo cual dista de ser excusa ante un elenco de esta categoría por específica que sea su bolsa de seguidores), acabó celebrando canción con canción la tenebrosa brillantez de una banda rotunda e insaciable que dejó sellos de una enorme calidad de la mano de temas como “Let the Spark Ignite”, “Into the Void of Your Eyes”, “In New Form”, “The Fate of Human Being”, “Serenade” o “Reach Clarity”, con la que finiquitaron a lo grande. Su proyección debería ser internacional y sus capacidades, musicalmente hablando, son argumento de sobra para asombrar a cualquier transeúnte metalero de Gotemburgo, urbe que vio fraguarse durante los noventa un sonido que ellos saben acercar con eficacia a su terreno.
Llegó el esperado momento del show de Mors Principium Est, combo que traía bajo el brazo su quinto y último disco de estudio, bautizado como ‘Dawn of the 5th Era’ y parido también el pasado año 2014. Se trata del segundo trabajo después de las idas y venidas en los puestos de guitarrista y teclista que culminaron, finalmente, con la ausencia del último – la banda ya no lleva teclado en los shows – y la inclusión de los hachas Andy Gilleon, procedente del Reino Unido, y, más recientemente, Kevin Verlay, francés. Esto ha redundado en un sonido más netamente guitarrero en la aludida última obra, en la que no han perdido la esencia compositiva si bien nos hace añorar épocas con una personalidad más distinguida, como la que caracterizó a su disco estrella ‘The Unborn’ (2005).
Dilemas estacionales aparte, en el presente pudimos disfrutar de una banda musicalmente excelsa y milimétricamente compenetrada, si bien eso no lo es todo especialmente cuando se postras ante una audiencia que, con toda probabilidad, veía como muy remota la posibilidad de disfrutar de un show de Mors Principium Est por estas latitudes hasta que se topó con este tour. No es de recibo restringir el repertorio a tan solo diez canciones y una hora escasa – si llega – cuando encabezas un espectáculo con público que, movido por la admiración, ha decidido acudir abonando una entrada. Mucho menos lo es todavía finiquitar el último tema y, sin mediar palabra, girar 180 grados, apagar los cabezales de los amplificadores y abandonar la escena ante la impresión del respetable de que se trataba de la antesala de los bises, primero, y el desconcierto hasta del técnico de sonido, que bajó a comprobar si, efectivamente, había terminado el show de una forma tan abrupta; después. En definitiva, una completa falta de consideración y un gesto frío como un témpano que chocó con las carcajadas y amabilidad de parte del grupo al comunicarle varios asistentes sus impresiones una vez terminado el concierto. “Quizá deberíamos haber tocado más”, comentaron entonces.
En cuanto a la gala, intachable en la formidable catarata de potencia sonora que desplegaron, se centraron su último cedé, del que hicieron sonar “God Has Fallen”, “Leader of the Titans”, “Monster In Me” y “I Am War”, cinco de las únicamente diez canciones que avasallaron con encarnizada elegancia nuestros tímpanos. “I Will Return” y “Birth of the Starchild” fueron las embajadoras de la anterior placa, ‘…And Death Said Live’ (2012), mientras que los álbumes pretéritos quedaron drásticamente infrarrepresentados con una estupenda “Finality”, tema del ‘Liberation = Termination’ (2007) con el que rubricaron su no-despedida; y tan solo dos cortes del referido segundo redondo del grupo, ‘The Unborn’ (2005): “Alterated State of Conciousness” y “Pure”. Esta última significó, de largo, el momento más mágico de la velada – y por lo que se percibió en la reacción del público, también el más anhelado – pues, no en vano, se trata de una de las composiciones más magistrales, arrolladoras y evocadoras del melodeath finés, al menos para quien escribe.
No todo está en el pentagrama y a veces una actitud de química y afecto con la concurrencia marca la categoría de los directos de una banda; algo que el vocalista Ville Viljanen y los suyos habrían tener más en cuenta. Dicho lo cual, fue el apartado meramente musical el que salvó de la cruz a una banda que para algunos fue un privilegio tener en la Península. ¿Lo sería en el fondo también para ellos?
Texto: Jason Cenador
Foto: Gema Gómez
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1 comentario
Quizás estos MORS PRINCIPIUM EST al terminar su concierto en la WE ROCK se pirasen sin decir nada a la peña que fue a verles cosa que deberían de haber hecho, pero en relación a su concierto la verdad que estuvieron muy a la altura según he leído por aquí junto con el resto (BRIDGE TO NOWHERE, DYSNOMIA) que también cuajaron buenas actuaciones cada una!!!