Crónica de Mägo de Oz en La Riviera: Su propia historia enaltecida
9 mayo, 2016 11:13 am 4 ComentariosLa Riviera, Madrid
Esperadísima nueva parada en el foro de Mägo de Oz, a tenor de lo visto anoche en La Riviera. Primero por la explosión jubilosa que demostró el respetable desde el inicio del espectáculo, y segundo por el lleno absoluto que dejó sin entrada a mucho seguidor tardío, que esperó a última hora, y se topó con un soldout a más de un mes vista de la actuación.
Imagino que para esta ocasión podrían haber llenado un recinto más grande, mas La Riviera es una estancia idónea en cualquier caso.
Tirando de horario europeo, son las 20:30h en punto cuando se apagan las luces y desaparece el telón que cubría el entarimado para dejarnos ver la escenografía sobre la que van a protagonizar la celebración. Los barcos y las iglesias han dejado paso a dos pantallas laterales, otra bajo la flamante batería de Txus, y una última en el fondo. Efectivo porque durante cada canción cargarán un contenido multimedia diferente acorde con la temática de la misma, con bastante acierto por otra parte.
Y en esas que llega el “Prólogo” y, explosiones mediante, “Satania” nos retrotrae del tirón hasta el año 2000. He visto a Mägo tantas veces que he perdido la cuenta, pero casi siempre en las entradas brutales a tropel el sonido pagaba las consecuencias; hoy no. Desde el minuto uno cargan con potencia y un volumen perfecto; aparte, todo suena en su sitio, empastado y con nitidez. Más pirotecnia para recibir “La Cruz de Santiago”, heavy metal de verdad vitaminado con Manu Reyes Jr. de Sober a los parches, Adrián Phoenix acompañando a las guitarras, y Leo Jiménez compartiendo la tarea vocal con Zeta. Por cierto, impecable el voceras. A veces en la faceta de frontman patina un poco, pero sigue progresando adecuadamente. Y cantar, canta un rato.
“La danza del fuego”, animosa pero que cojea tras los briosos primeros disparos, es apropiada para el desengrase y se difumina rápido porque llega Israel Ramos, la prodigiosa voz de Alquimia, dando nueva vida a “Hasta que el cuerpo aguante”. Más Sober a la palestra; Carlos Escobedo y Antonio Bernardini haciendo masa en “El señor de los gramillos”. Ya es un no parar la cosa, y se suman al festín Anono de Burdel King y Rafa Vegas, fiel escudero del jefe Rosendo, para llevar la base rítmica en “Polla dura no cree en Dios”, mientras Javier Vargas pone distinción guitarrística y Francis Sarabia se la canta casi él solo. “Kelpie” llega enlazada y la brillante Patricia Tapia se la llevará a su terreno porque ella lo vale. Y mucho.
“Maite Zaitut” allana la senda y la llegada de “Duerme”, para la que nos traen a una espectacular Pilar Jurado que levanta pasiones y ovaciones indistintamente. “Es hora de marchar” completa este bloque intenso pero tranquilo, calma que se lleva por delante Superpolla que pisotea el escenario al son de la celebérrima “Fiesta pagana”.
Llegamos a los minutos decisivos, y la propuesta de “El que quiera entender que entienda” con el escenario imbuido en la bandera arco iris y con Niko del Hierro de Saratoga a las cuatro cuerdas, los elegantes Jorge Salán (guitarra) y Tony Menguiano (voz) y el gran Manu Reyes senior a la batería no te dejan otra que rendir pleitesía a la sucesión de los hechos.
Alberto Rionda y Jorge Berceo se manifiestan en “Los renglones torcidos de Dios”, y otra de las divas de la noche, Aylin (Sirenia) pone su espectacular garganta al servicio de “Tres tristes tigres”, donde junto a Patricia elevan un listón que a esas alturas ya estaba por las nubes. En “A costa da Morte” son las chicas de la danza irlandesa Irish Treble las que dan color al asunto, mientras una cruz invertida en fondo rojo se adueña de la pantalla y nos presenta “La Santa Compaña”, con el maestro Manuel Escudero.
El “Conxuro” permite respiro a la banda y mete miedo al respetable, hasta que las dos brujas que dan vida a la representación se dejan ver, primero quitándose la capa y bailando sinuosamente, y después quitándose el sujetador… de espaldas al público. Queda poco, y “Astaroth” nos trae de nuevo a Aylin y Leo, más la guitarra de Dani Castellanos (Easy Rider). Excelsa.
Y si de barbaridades hablamos, ahí tienes “Finisterra”. De momento porque la canción por sí sola ya son palabras mayores, pero si ya encima los acompañamientos son de nuevo el señor Jiménez, el guitar hero Manuel Seoane, la Coral Clave de Sol que ha estado ahí buena parte del concierto pero ahora multiplica su protagonismo, e Israel Ramos en el tramo final donde la cosa se pone fea, apaga y vámonos. Y eso hicimos.
Bueno, hicieron un medio bis con “Molinos de viento” y los invitados sobre las tablas, y ya de ahí nos mandaron a casa. Como último detalle comentar que todos (bueno, casi todos) los miembros de la banda, así como los invitados, vistieron elegantemente acordes con la parafernalia de la ocasión. Desconozco si se grabó la gala... pero lo que es seguro es que fue histórico y que todas las imágenes se quedaron grabadas en nuestra retina.
Texto: Javier Pérez
Fotos: Sandro Santos
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4 comentarios
a mi tanto la actuacion de Francis Sarabia como la de Israel Ramos me parecieron brutales¡¡¡ creo k fueron los mejores de la noche, sin desprestigiar a nadie k fue un conciertazooo¡¡¡
Tuve la fortuna de poder estar allí. La organización de las colas pudo ser mucho mejor (reorganizaron colas 3 veces), pero la ilusión de que las 3 horas de espera en la cola llegaban a su fin hacía que se perdonara todo.
Una vez allí la puesta en escena fue increíble. El sonido claro y potente (aunque sospechosamente limpio en algún bombo de Txus) y los invitados dispuestos a darlo todo. Tenía especial ilusión por ver a Francis Sarabia en un escenario y me alegra saber que no decepcionó nadie.
El repertorio fue el esperado, aunque se esperaba alguna canción más aparte de molinos de viento (me gustaría saber por qué se ha dejado de usar la posada de los muertos en los bises con lo bien que funciona).
En el momento de Conxuro me hizo gracia cómo la gente se quejaba porque las bailarinas no enseñaron nada cuando otras veces sí se hacía. Seamos claros: el grupo sabía que habría muchos chavales en la sala (con sus padres) y no harían nada que pudiera disgustar a tanta gente. Los que quieran ver chicas sin ropa que busquen por internet, porque habiendo menores en conciertos dudo que volvamos a ver ese tipo de momentos.
El hecho de que la gente entrara por 2 zonas distintas a la sala provocó algo de embotellamiento al principio, pero se fue repartiendo la gente y pudimos disfrutar de un gran concierto con una gran cantidad de invitados.
A ver el siguiente concierto cuando es.
Saludos