Crónica de Judith Mateo: Rockeando y al folk dando

28 junio, 2017 7:40 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Plaza de la Constitución, Arganda del Rey

Durante las fiestas de San Juan nos desplazamos hasta la localidad de Arganda del Rey, a unos 22 kilómetros al sudeste de Madrid, para disfrutar de la actuación de la violinista conquense dentro del marco de la gira de su último disco, ‘Rock Is My Life’. Para una fiesta como esta, con raíces paganas, parecía muy apropiado celebrar la noche más corta del año con sonidos celtas aderezados con rock, tal como sólo Judith sabe hacer. Aunque en el mismo municipio se celebraba a la vez un festival de música electrónica, la Plaza de la Constitución estaba totalmente llena.

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La actuación arrancó con “Smoke on the Water”, que fue cantada por el vocalista de su banda, Chuse Joven. Acto seguido Judith tocó dos temas celtas clásicos de su repertorio, el jig irlandés, “Lark in the Morning” y “Mientras el cielo no caiga”, de cosecha propia. Una de las versiones que más me gustan de su último disco es la del “Nothing Else Matters” de Metallica, dado que la violinista ha añadido toques electrónicos y variaciones a la melodía central hacia el final del tema, dándole un toque más melancólico y personal, algo que me hubiese gustado oír en las otras versiones. Chuse nos cantó otro tema de corte melancólico, “The House of the Rising Sun”; esa canción tradicional norteamericana popularizada por Eric Burton y The Animals en 1966. Judith incluyó en ese corte, a modo de inciso, una pequeña parte de la balada tradicional inglesa, “Scarborough Fair”, popularizada por Simon & Garfunkel en 1966. Sin embargo, tocaba volver a levantar los ánimos con “The Raggle Taggle Gypsy”, algo que hizo que toda la plaza botara como loca.

El ambiente se estaba calentando más debido a que los temas más animados sonaban uno detrás del otro, por lo que, a continuación disfrutamos con otro corte tradicional irlandés, “Weila Waila”, aunque dudo que alguien de los presentes en la plaza supieran que la canción trata sobre un infanticidio y que, además es una canción de niños; cosas de irlandeses. Aún así, nos encanta este pueblo noble.  Ahora tocaba bajar un poco las revoluciones con la versión de “Dust in the Wind”, además de uno de mis temas favoritos tradicionales, “Black Is the Colour”. Se trata de una balada preciosa que, aparentemente, Chuse ha logrado adaptar la letra al castellano y Judith ha hecho un arreglo con el violín más melancólico aún; una pequeña joya y el momento más emotivo de la velada sin duda.

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Tocaba hacer que el público volviera a botar con el tradicional “Irish Washerwoman” y “De Fiestas” su versión del tema “De Fiesta” de Ñu. La música country también hizo acto de presencia con la versión de “Cotton-Eyed Joe”. La Plaza de la Constitución casi se vino abajo con la versión del “Highway to Hell” de AC/DC. Fue magnífico ver como el respetable hacía el gesto de los cuerno y eso que gran parte del los asistentes poco o nada tenían que ver con el rock y metal.

Desgraciadamente, dado que el concierto empezó con algo de retraso, las hogueras programadas en esa misma plaza debían dar comienzo, por lo que el concierto tuvo que ser recortado. Nos quedamos sin escuchar el tema homónimo de su último disco, “Rock Is My Life”, la versión en castellano de la canción de los canadienses Bachman-Turner Overdrive o la versión del  “Thundestruck” de AC/DC. La banda se despidió con “Sweet Child of Mine” a modo de traca final, no sin antes, reivindicara, una vez más, la necesidad de apoyar la música en directo y bajar la ridícula tasa actual de 21% del IVA cultural.

Tras el show, Judith estuvo en el stand del merchandising firmando discos y tomándose fotos con la peña. Esa noche consiguió a más de un fan nuevo; algo importante ya que, como mencioné antes, la mayoría del los allí presentes no parecían tener conexión ni con la escena rock ni mucho menos con la folk. Esa gran respuesta fue gracias a su entrega sobre las tablas y su buen hacer. Seguimos evangelizando a la multitud a base de folk rock del bueno, eso sí, mientras el cielo no se nos caiga encima, tal como decía Abraracúrcix, el jefe de la aldea de Asterix.

Texto: Yorgos Goumas

Fotos: Jenny Mariscal

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