Crónica de Joe Satriani: De otro mundo
11 julio, 2016 12:44 pm Deja tus comentariosTeatro de la Laboral, Gijón.
Surfeando en una supernova llegó Joe Satriani a Gijón para comenzar su gira española... y no pudo aterrizar con mejor pie. Con unas cualidades acústicas envidiables y un aforo casi completo, el teatro de La Laboral fue el entorno perfecto para acoger el espectáculo sobrenatural de Satch.
Apenas diez minutos sobre la hora fijada, las luces se apagan y una proyección nos sumerge en el universo Satriani.
Desde que la explosión sónica de “Shockwave Supernova” te atrapa, ya no puedes escapar de su mundo y sólo puedes dejarte llevar y disfrutar.
Pronto el viaje continúa sobre un escenario teñido de azul con “Flying in a Blue Dream”, que fluye casi sin darnos cuenta hacia “Ice 9”, en la que Joe se enzarza en un duelo guitarrístico con el no menos espectacular Mike Keneally, que hace las veces de teclista y guitarra acompañante.
Cesan de volar las notas y Satch saluda por fin al público y presenta a su banda. Curiosamente menciona que ya había estado aquí, y no deja de ser sorprendente que lo recuerde, ya que su anterior paso por la ciudad fue en un lejano 1994, y en aquella ocasión nada menos que como guitarrista de Deep Purple. Nos cuenta también cuál es el objeto de este “Surfing to Shockwave Tour": celebrar sus 30 años en la música y hacer un repaso a toda su carrera. De momento, nos transportamos a 1998 con su “Crystal Planet” y regresamos al presente con la exótica “On Peregrine Wings”.
Volvemos a oír su voz y en esta ocasión Joe nos cuenta lo difícil que puede resultar a veces encontrar la forma adecuada de grabar una canción, como le pasó allá por 1992 con la siguiente en sonar, “Friends”, que dedica a los allí presentes. Siguió “If I Could Fly” con un Bryan Beller muy activo al bajo llamando constantemente a la movilización del respetable y un Satriani que acabó tocando de rodillas. A estas alturas ya deberíamos saber que todo es posible en el universo paralelo del guitarrista, incluso una historia de amor entre una mariposa y una cebra, que es precisamente de lo que trata la peculiar “Butterfly and Zebra” que, junto a “Summer Song”, dieron paso al espectacular solo de batería de Marco Minnemann, quien con sus alardes técnicos y malabares con baquetas hizo que el público se pusiera en pie y ovacionara lo que fue uno de los grandes momentos de la noche. Mike Keneally también tuvo el momento de lucirse a su teclado tras la nueva “Crazy Joey”, y “Always With Me, Always With You” fue, como era de esperar, de las mejor recibidas de la noche. Tras un pequeño medley de temas populares de grupos como Deep Purple, The Police o AC/DC, parecía que iba siendo la hora de despedir a la supernova y con “Goodbye Supernova” y “Satch Boogie” la banda desapareció en medio de un gran aplauso. No tardó en volver para atacar “Big Bad Moon”, en que la que pudimos oír a Satriani cantar y tocar la armónica, y cerrar triunfalmente con “Surfing With the Alien”. A pesar de realizar un setlist ligeramente más corto al que venía haciendo durante la gira, fueron dos horas de derroche técnico y pulcritud sonora que dejaron al público impresionado. Y es que, aunque a punto de cumplir 60 años, Satch no ha perdido un ápice de ese aura de frescura y juventud contagiosa que le caracteriza y que transmite en cada nota.
Texto: Efrén Rodríguez Álvarez
Foto: Raquel Baragaño Ávila
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