Crónica de Europe + Dirty Thrills: Let the good times rock!
9 diciembre, 2015 1:57 pm Deja tus comentarios
Sala Razzmatazz 1, Barcelona
No importa que Europe vengan año tras año a visitar la ciudad condal, que tengan o no nuevo álbum que presentar o que estén más o menos de actualidad. Desde que en 1989 visitaron Barcelona en su Out Of this World Tour, sus conciertos siempre son recibidos con agrado y pasión por unos fans que muestran una fidelidad fuera de toda duda. Quizá por eso la capital de Catalunya fue la elegida para dar el solitario concierto que el quinteto sueco ofrecerá en su actual gira europea.
En esta ocasión, Europe sólo pasa por Barcelona para desglosar un set basado en su décima obra de estudio, ‘War of Kings’, un álbum que recoge el sonido más abocado a sus influencias clásicas y que tuvo en el Rock Fest Barcelona una buena y aclamada respuesta. Pero antes, los londinenses Dirty Thrills iban a descubrirnos que el éxito que les precede no es mera expresión comercial.
Con dos EP’s, ‘Growing Young’ -2013- y ‘Sweetheart of the Slums’ -2015-, y un Long Play, ‘Dirty Thrills’ -2014- en su haber, el cuarteto liderado por Louis James, cantante e hijo del ex vocalista de Moody Blues Nicky James, ha sabido convencer de que su propuesta es una apuesta por el reencuentro con ese Rock & Blues de raíces setenteras que de nuevo tanto está atrayendo en una escena en la que las bases del rock n’ roll se reinterpretan y disfrutan como buena alternativa a la vorágine de estilos que se autorenuevan continuamente.
Dirty Thrills salieron puntualmente a escena, empujados por las ganas de querer darlo todo y de convencer. Y lo hicieron gracias a una ampulosa puesta en escena, una revolucionada descarga de energía y un sonido que se celebró a lo grande. Lo que no acabé de situar fue el aspecto estético que, a excepción del bajista Aaron Plows, mostraban los músicos sobre el escenario, ámbito que a mi entender deben cuidar algo más de lo que lo hacen, ya que llega a desplazar el punto de atención que ampliamente demostraron ante un set repleto de electrizantes ritmos zeppelianos, en los que las melodías de los salvajes riffs de guitarra del ostentoso Jack Fawdry se alineaban con la voz de James y la potencia de unas bases que envolvieron un ambiente que tocó techo en las interpretaciones de su hit “No Resolve” y los contagiosos tempos de “Hourglass”, “Feeling”, “Sigh” o “Rock n Roll”. La buena actitud, entrega, apasionamiento y calidad musical que Dirty Thrills demostraron en este concierto, seguro que les hicieron ganar unas buenas decenas de fans, que sin duda se sumarán a los que van a ir añadiéndose durante esta gira, la cual, por cierto, acompañando a Europe sólo contará con una fecha más.
Tras el preceptivo cambio de backline, la simple exposición del cartel de ‘War of Kings’ en el escenario levantó las aclamaciones de una sala que presentaba un lleno cómodo. Ávidos de seguir disfrutando de buenas sensaciones, la intro pregrabada que precedió a “War of Kings” espesó aún más el ambiente, dándose la explosión ante la activa entrega que Europe ofreció en un tema que cuenta con una densidad casi stoner en sus melodías y al que se le soldó la también reciente “Hole in my Pocket”, canción en la que los teclados de Mic Michaeli apuntalaron los riffs distorsionados de un John Norum cada vez más estático y menos inmiscuido en la acción. Aun así, Joey Tempest supo cuadrar con buenos registros la exigencia del intenso hit y consiguió un efecto de conexión con una audiencia que no paró de disfrutar y apoyar a la banda de principio a fin.
La dimensión del concierto iba en incremento; el primer clásico de la banda llegó con el single del ‘Out of this World’, “Superstitious”, tema que Tempest abrió con un enervante “Bona nit Barcelona” que elevó aún más el nivel de conexión con el público. “Superstitious” se coreó a la máxima intensidad y Norum realizó una de las pocas muestras de actitud desbordada y de entrega en una intensa y decorada solistada. Con la adrenalina aún en efervescencia, la banda iba a por todas y la parte más heavy se pulió en el mítico hit de ‘Wings of Tomorrow’, “Wasted Time”, que apoyó los headbangings que en el frontstage se vivían.
El pequeño receso que significó la intro de teclados de Michaeli dio permiso a otro soporte en la historia de la banda, en esta ocasión mucho más actual, el denso y melódico “Last Look at Eden”, en el que la Flying de Norum apoyó unas agresivas e hipodérmicas bases en las que tanto Ian Haughland como John Leven estuvieron muy muy grandes. El medio tempo del tema dio previa a uno de los hits que en el Rock Fest se echaron de menos, ¡y cómo no!, ya que extrañamente Europe en aquella ocasión se dejaron en el tintero una de sus más comerciales y aclamadas canciones. Quizá por ello, “Carrie” sonó mucho más intensa entre el público que en la voz de un Tempest, al que le costó llegar a las notas de una balada que creo cayó excesivamente pronto en el setlist, pero que por fortuna para la banda para nada influyó en la actitud de la audiencia, que incluso apoyó uno de los temas más relegados en el concierto, “The Second Day”. Eso sí, con él, Tempest recuperó aliento y acomodó su voz para darlo de nuevo todo en la intensidad y densidad melódica de “Firebox”.
La parte más melódica del concierto estaba siendo bien recibida, pero en las tablas algo fallaba, el sonido de la batería de Haughland era muy seco y los solos de Norum eran excesivamente cortos, ya que Joey se encargaba de acortarlos entrando antes de tiempo, cosa más que perceptible desde hace un par de años. Quizá por ello que “Sign of the Times” fue una de las piezas que más sufrió en ese aspecto del directo de unos Europe que retomaron el sonido setentero y clásico más evidente de ‘War of Kings’ con el medio tempo blusero “Praise You”, y el más destripante de ‘Last Look at Eden’, con “The Beast”, iniciado con una capela muy aplaudida de Tempest.
El concierto se sostenía mucho más cómodamente que en las cinco ocasiones que en cuatro años he podido ver a la banda en acción, aunque hay que decir que éstas han sido siempre en festivales. En ellos Joey exageraba en sus charlas y presentaciones previas, llegando a romper con el ritmo. Aquí la comunicación se dio casi por si sola y aparte de buenas y concisas intervenciones de Tempest para con la sala, algunas de ellas en un catalán más que aceptable, el resto confluyó por sí solo.
El concierto se retomó con “Vasastan”, ese tema de guitarra quejumbrosa que fue escalando progresivamente hasta llegar al culmen de un solo que se hizo corto, pero que sirvió como buena intro a la parte más enérgica del set. En ella Tempest acompañó los temas con su guitarra rítmica, lo que confirió mayor apoyo a los ritmos de “Seventh Sign”, “Ready or Not” y “Nothing to Ya”, trío que dio pie a un solo de batería demasiado visto ya.
Tras la intervención de Ian, y con Tempest nuevamente sin guitarra, los decibelios subieron al máximo con los apasionantes, entregados y festivos coros de “Let the Good times Rock”, sucedido por un “Rock the Night” en el que Tempest coló parte del mítico estribillo de “Razamanaz”, con lo que dio guiño a la sala y a su participación el próximo año en las actuaciones que va a ofrecer en el Rock Meets Classic, conciertos en los que entre otros estará el ex cantante de Nazareth Dan MacCafferty. Tras ello, el roquero “Days of Rock n Roll” fue el tema con el que Europe dieron por finalizado de manera momentánea un concierto al que, como poco, le faltaron un par de clásicos en el bis, clásicos que cerrarían de manera mucho más grandilocuente lo siempre encumbrado por un efectivo “The Final Countdown”, en el que por cierto se usó la intro pregrabada.
En definitiva, buen concierto en el que Dirty Thrills se descubrieron para muchos, y el de unos Europe que siguen dando la talla a la vez que se empecinan en no querer vivir de un pasado que sus fans añoran reencontrar en más medida.
Viendo la regularidad con la que Europe visita Barcelona, sólo cabe reproducir la frase con la que Tempest apagó su micro: Fins aviat, amics!
Texto: Josep Fleitas
Foto: Manolo Rubiales
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