Crónica de Avantasia: En las estrellas del universo avantástico

8 marzo, 2016 11:47 am Publicado por Redacción – 1 Comentario

Huxleys Neue Welt, Berlín.

Bares a reventar y decenas de personas en la puerta de entrada. Sold Out. La reventa fue la dueña por unos minutos; la profesional y la novata. Mientras, un germano con atuendo rojo se hacía fotografías a lo Tobias Sammet en la puerta del recinto. Berlín sin lluvia esperaba tormenta. La banda sonora de AC/DC acogía a los invitados de honor al primer bolo de la primera gira mundial de Avantasia.

A las ocho, sin más demora, el batería hizo presencia en un escenario castillo medieval y, tras él, el resto, incluidos Amanda Samerville y Herbie Langhans. Para cuando sonaron las notas del "Mystery of the Blood Red Rose", una ya sabe que esto va a empezar con luces rojas y terminará con descargas de luz cegadora. El público, 1600 personas, gritaban a Tobi al unísono.

Las primeras filas eran un hervidero de emoción. El de Fulda bajó por las escaleras del castillo de Avantasia como lo hace el rey de Gondor, heredero de una larga trayectoria y sabedor de que está en la cima, en lo más alto de su carrera. El single que Sammet llevó a la semifinal de Eurovisión y que le dejó en un desmerecido tercer puesto, fue entonado por todo el público mientras alguna que otra rosa roja volaba hasta el escenario.

Sammet se mueve por el decorado como si el fuego le abrasara los pies, todo él es una descarga de adrenalina y energía que recuerda a como lo hace Bruce Dickinson en Maiden. Si Sammet desprende magia a cada paso, para cuando Kiske entona la primera estrofa de "Ghostlights", el cielo de la sala berlinesa se hace polvo y ya no hay más realidad.

Tobias Sammet junto al formidable Sascha Paeth a la guitarra

Sólo te queda un mundo al que aferrarte, el de los espejismos avantásticos. La característica voz del de Hamburgo te eriza el vello de tal manera que le puedes perdonar un lapsus en la letra que Sammet, maestro de orquesta, le corrigió al instante. Kiske es un Dios con carisma embaucador; su mirada te hechiza, su agudo te arrolla y te apresa para siempre. Con "Invoke The Machine" apareció al escenario Ronnie Atkins. El cantante de Pretty Maids colaboró por primera vez en Avantasia para éste tema de su penúltimo disco, 'The Mystery of Time'. Su energía desbordante llenó el decorado, comiéndose cada palmo con aplomo. El líder de Unisonic es tan o más querido que Tobias en Alemania, así que cuando apareció de nuevo para "Unchain de Lights", el público gritaba su nombre sin cesar. En Berlín saltó a escena otro clásico entre los personajes avantásticos, Bob Catley, y con él se personificó la elegancia y la experiencia. Se sentía como en casa y es que te fijaras en quien te fijaras, parecía que todos venían de pasar las vacaciones juntos, como lo hacen los amigos de toda la vida. Catley se quedó para "A Restless Heart and Obsidian Skies" y "The Great Mystery", que él solito presentó ante la sonrisa de complicidad de Tobias.

Michael Kiske (Unisonic, ex-Helloween) lo dio todo en "Ghostlights"

Dos arcos de piedra presiden lo que simula el patio de un castillo medieval con un pasillo elevado y unas escaleras centrales. El espectáculo de la gira de Ghostlights es sencillo pero potente, contando con decenas de focos de colores y humo. Que nadie espere ni fuego, ni rayos, ni centellas. Sammet con sus incondicionales y los siete cantantes colaboradores son espectáculo más que suficiente. Todos sabemos que Avantasia es un proyecto muy peculiar al que sólo se le podría asemejar la Trans-Siberian Orchestra. Lo que ha conseguido hacer Tobias Sammet es el resultado de años de pisar escenarios y componer grandes himnos del power metal, juntando bajo su paraguas a referentes internacionales del heavy metal, como Alice Cooper, Dee Snider, Marco Hietala o Klaus Meine.

Ronnie Atkins (Pretty Maids) se estrenó con la interpretación de "Invoke the Machine"

Para "The Scarecrow" apareció en escena el que fuera frontman de Masterplan, Jorn Lande. Sammet y él esperaron quietos como estatuas a que Sascha Paeth -avasallador durante todo el concierto- y Oliver Hartmann hicieran dos maravillas de solos para continuar este impresionante temazo de su tercer disco. Bromearon como hermanos de la colaboración de Lande en Avantasia y dieron paso a "Lucifer", una de las joyas de Ghostlights. La voz del escandinavo te transporta a un universo paralelo en el que cierras los ojos y olvidas que existe el tiempo y el espacio. Posiblemente ésta fue la canción del nuevo disco más coreada por el público. Hartmann cantó "The Watchmakers' Dream" y entró Eric Martin para "What's Left of Me". El de Mr. Big es todo un caballero andante; apareció enfundado en una elegante americana y se movió como pez en el agua, agradeciendo al líder de Avantasia casi constantemente haber podido participar en el nuevo proyecto. En este punto, a la mitad de un concierto de tres horas y cuatro, Sammet dejó el escenario y el resto de colaboradores fueron apareciendo cuando les tocaba para cantar "The Wicked Symphony". El público estaba desbordado, la Huxleys era todo cuernos y voces y, al unísono, el estribillo resonaba por doquier. Y sin Sammet en la primera línea, aquello funcionaba como si lo hubieran hecho cada día.

Tobias Sammet se mostró imparable durante todo el concierto, evocando los movimientos de Bruce Dickinson.

La segunda parte del concierto empezó con la impresionante "Draconian Love"; Herbie Langhans, que actúa de corista durante todo el show, coge las riendas de este tema oscuro y le da un aire gótico y profundo digno de estar en las primeras posiciones en la escala de grandes himnos del metal. Desde hacía tiempo Tobias Sammet venía anunciando que estaba preparando un directo en el que repasaría toda la discografía de Avantasia. Cumplió lo prometido a raja tabla, no se dejó ni un solo disco. Después de "Farewell", con una prodigiosa Somerville, los decibelios del concierto subieron como el mercurio con "Stargazers" (sin Tobias Sammet), "Shelter from the Rain", "Story Ain't Over" y la increíble "Let The Storm Descent Upon You". Hay que hacer un monumento a Felix Bohnke: este tipo no deja el doble bombo en más de tres horas, pero es que se marca una recta final de show para enmarcar. Caímos rendidos a sus pies.

La traca final la compusieron "Promise Land", "Reach Out for the Light", "Avantasia", "Twisted Mind" y "Dying for an Angel". Podéis haceros a la idea de lo que esto significa: se trata de un final apoteósico para un bolo de tres horas y cuarto que no quieres que acabe nunca. Para cuando Sammet anuncia el último tema, el público se niega en rotundo a ir a ninguna otra parte. Se van y vuelven al grito en alemán de "otra más" para hacernos volar con "Lost In Space" y el broche de oro, la esperada "Sign Of The Cross" con "The Seven Angels".

Lo que una servidora había visto de Avantasia se trata de lo que tocaron en el Sonisphere en 2013, cuarenta y cinco minutos espectaculares, pero que te dejaban con ganas de muchísimo más. Si a alguna o alguno de ustedes les pasó lo mismo, espero que tengáis entrada para ésta gira, de hecho, los tres sold out de España no son en vano. Avantasia está a las puertas de convertirse en leyenda y Tobias Sammet se merece ya mismo una estrella en el universo de los grandes músicos y compositores.

Texto y fotos: Roser Montané

Gira de Avantasia en España:
– Viernes 11 de marzo – Sala Razzmatazz (Barcelona) ¡Entradas agotadas!
– Sábado 12 de marzo – Sala La Riviera (Madrid) ¡Entradas agotadas!
– Domingo 13 de marzo – Sala La Riviera (Madrid) ¡Entradas agotadas!