Descubrimos el primer disco de Alien Rockin' Explosion, 'We A.R.E. Here'
3 marzo, 2017 12:58 pm 2 Comentarios“En 1977 la humanidad lanzó las dos sondas espaciales Voyager. Cada una portaba un disco de oro con una selección, entre otras cosas, de canciones que representan la vida en la Tierra. Sin embargo, uno de los científicos del proyecto, disconforme con aquella selección, fabricó su propio vinilo dorado con lo que para él representaba “la mejor música de la humanidad” y dio el cambiazo en la Voyager 1: Black Sabbath, Judas Priest, Deep Purple, Uriah Heep, Queen, Rush, AC/DC, Aerosmith, UFO, Rainbow, Led Zeppelin, Kiss, Alice Cooper… Un grupo de alienígenas, originario del planeta Incógnita, ha encontrado esa maravillosa recopilación y ha venido directo a la Tierra para descubrir más sobre la música. Al llegar, han quedado tan alucinados que han decidido montar su propia banda de rock”. Así arranca la historia de esa banda de seres extraterrestres cuyas historias llevamos tiempo leyendo en la página de cómic que mes tras mes sale publicada en la revista La Heavy y que acaba de confirmar su fichaje por Rock Estatal Records para publicar, el próximo 5 de abril, su obra debut, ‘We A.R.E Here’.
Nosotros acudimos a los Find Us Studios de Kike Hernández en Villaviciosa de Odón (Madrid ) para escuchar casi íntegro – quedaron sin revelar las, seguramente, surrealistas intro y outro del álbum –, y nos encontramos con un consistente y ecléctico trabajo con el hard rock de influencias añejas como principal hilo conductor, en el que los cuatro integrantes de este combo de alienígenas demuestran haber entendido a la perfección de qué va esto del rock. Cabe tener en cuenta que, según aseguran, en su planeta por no existir, no existía la música. ¡Normal que salieran por patas – o por naves –!
Sentados ante la mesa analógica del estudio – has buscado un sonido orgánico, alejado de las sobreproducciones y los arreglos artificiosos que hoy día inundan muchos trabajos y que ellos rechazan – abrimos nuestras orejas de par en par con los primeros compases de “Alien Mojo”, tema en el que es fácil quedarse con su muy coreable estribillo, circunstancia muy extendida a lo largo de la obra. La voz femeninca de Red-Trysha suena melódica y temperamental a partes iguales, en una tesitura bastante aguda que tiene su compensación en guitarras certeras, potentes y fluidas. La letra del tema versa sobre la diosa a la que idolatran los integrantes de este combo oriundo de más allá del sistema solar, que no es otra que la música.
Prosigue el compacto con la eficaz y desbarnizada “We A.R.E. on Earth”, pletórica de pegada en todos los sentidos y que viene a demostrar que el grupo no desentonaría, por estilo, compartiendo escenario con los norteamericanos Halestorm. Tan accesible es que fue contemplada como single, pero decidieron desechar la idea porque “tarda en enganchar” debido a sus desarrollos hasta aterrizar en el muy redondo estribillo.
Un abrupto cambio de tercio llega de la mano de “I Decide”, en la que se ponen la careta de metal industrial acercándose al estilo con guitarras inusitadamente rugosas y reminiscencias incluso a Devin Towsend. Sí, el progresivo tiene cosas que decir a lo largo de todo el álbum. Se trata de un tema incisivo y muy contundente en cuyo estribillo se escuchan las demoledoras voces guturales de Yeibid Yeah (vocalista, guitarrista y compositor de Buko), colaborador hacia el que se deshacían en elogios. Aunque pudiera parecerlo, no hay teclado, y la atmosférica melodía que encauza el riff está elaborada con coros pasados por filtros.
Continúa discurriendo el trabajo con la más rockera y abierta “Once a Week”, con un mensaje interlineado acerca del momento en el que se genera una desconfianza en una relación, pero llevado a su terreno desenfadado. El tema, por cierto, está programado para ser segundo single. La voz del guitarrista Van Halien – ojo con el nombrecito – se escucha en el puente de “Afraid of Life”, una canción con un estribillo de campeonato en el que se lucen el bajo y la guitarra con lúcidas florituras, dejando al descubierto la influencia de Mr. Big que recoge y plasma la banda en este disco. Las seis cuerdas ostentan un importante protagonismo durante el disco, pues la solvencia de Van Halien está fuera de toda discusión, si bien este tema demuestra que el hacha sabe someter su virtuosismo a lo que la canción demanda y no escatima en melodía.
Quizá la mejor composición del álbum es “Spirit Rising”, un corte de orientación netamente setentera con la melodía y la accesibilidad cuidadas hasta el extremo. Desborda el contraste entre la estrofa, contenida, y el estribillo atrevido, con un crescendo entre medias muy emocionante. El aroma a blues lo inunda todo sobre una base irresistible cimentada en la batería – expeditiva y garantista a más no poder – de Mazzurg. Nos deja con un regustillo Rainbowniano irresistible.
Rebosante de positividad arriba “Walking Away”, la cual busca decididamente la eficacia con un bajo, interpretado por Gato – sí, un alien que adoptó la forma de gato y es capaz de dominar a maestros bajistas para que realicen su función; el acabose –, pletórico de presencia. Según afirma el guitarrista, en alusión a la naturaleza positiva del tema, “ya hay bastante malote en el rock and roll”. Desde luego, ellos no son ejemplo de eso. No por ello dejan de lado cierta melancolía, como la que expele “Demons in the Night”, una canción que arranca a ritmo de balada profunda con Red-Trysha hilando su voz sobre un colchón de finas acústicas que no tardan en tornarse en electricidad y evocar a Whitesnake en un riff que redobla su efectividad gracias a la abrumadora pegada de la batería. El estribillo es de los más resolutivos del álbum y la canción habla sobre un ser atormentado que ve demonios en la noche y nadie lo cree. Se trataría nada menos que de su vecino, que no les deja ensayar ni poner la música alta, por lo que estos alienígenas deciden vengarse apareciendo en sus desvelos.
El broche de oro llega con la elegida para hacer las veces de single del plástico, “Taste of Rock N’ Roll”. Aunque no es fácil escoger una canción que sea representativa de un álbum tan variado, curiosamente esta es de las que más se desmarcan del esqueleto estilístico, si bien mantiene esos guiños a Mr. Big en forma de suntuosos destellos técnicos. No obstante, el tema es la perfecta carta de presentación por su irremediable capacidad para enganchar y las toneladas de vitalidad que desprende, teniendo la vertiente más vibrante del rock and roll como cauce para que por él discurra un torrente de emoción sonora.
Apenas un mes queda para que vea la luz ‘We A.R.E. Here’, el primer compacto de este peculiar conjunto afincado en Madrid pero procedente de un remoto planeta más allá de nuestro alcance. Llevábamos tiempo siguiendo sus anécdotas con la página de cómic que mes tras mes se publica en nuestra revista, La Heavy, y por fin la especie humana conocerá su sonido. Más adelante, además, tienen previsto publicar un comic de unas cien páginas que relate la disparatada historia que rodea a Alien Rockin’ Explosion, desde el abandono de su planeta hasta la consecución de un disco de aquel arte humano que cambió su destino para siempre: el rock.
Texto y fotos: Jason Cenador
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2 comentarios
¿Tanto hay que esperear para tenerlo?, ¿casi un mes?... ¡me duele la impaciencia!
Dido Alien