SOULFLY: ENSLAVED

Roadrunner

8/10

A lo largo de siete discos, Max Cavalera junto a una formación en constante cambio, ha expandido, explorado y engrandecido el terreno del thrash aliñado con elementos de hardcore, músicas del mundo y el death. Si en sus inicios su música estaba más cercana al nu metal, progresivamente los discos empezaron a obtener tonalidades más oscuras y extremas, empezando con aquel ‘Dark Ages’ (2005) hasta llegar a su último lanzamiento, que me atrevería decir que es lo más cercano que haya publicado a la época dorada de Sepultura, desde ‘Beneath the Remains’ (1989) hasta ‘Roots’ (1996).

Se estrenan en estudio los nuevos fichajes, el ex bajista de Static X (y actualmente en Prong, Ministry y Asesino) Tony Campos y el batería David Kinkade (ex Borknagar y Malevolent Creation), una base rítmica sólida como el acero y que aporta la plataforma adecuada para que Cavalera y su guitarra principal, Marc Rizzo, tejan su particular maraña thrash/death. Después del tema instrumental (con un spoken Word de Max llamando a la resistencia) que sirve de intro, explota “World Scum”, un tema que se hace más heavy aún con la voz invitada de Travis Ryan, vocalista de la banda de deathgrind Cattle Decapitation, una buena muestra de lo que viene después. “Intervention”, “Gladiator”, “Legions”, “Treachery” y “American Steel” son temas marca de la casa donde los guiños hacia el thrash de la vieja escuela (se acercan al sonido añejo de Sepultura) se mezclan con el sonido moderno de la guitarra de Rizzo  y con algún que otro toque étnico (ese sitar). La segunda colaboración en el disco viene de la mano de Dez Fafara (DevilDriver, Coal Chamber) en el tema “Redemption of Man by God”, acaso el más thrasher de todo el disco. “Plata o Plomo”, inspirado en la vida del narcotraficante colombiano Pablo Escobar e impregnado con el sentimiento latino gracias a la guitarra flamenca de Marc, está cantado en portugués y castellano (con la ayuda de Campos); cabría preguntarse por qué hay que incidir en los tópicos cada vez que surge la temática latinoamericana, trasnochada además en este caso pues Brujería ya le dio el tratamiento adecuado en su momento. En fin… La única concesión al nu metal viene de la mano de los tres hijos de Max, Richie, Zyon e Igor Cavalera, quienes ponen voz, batería y guitarra respectivamente en “Revengeance”, que cierra la edición estándar del disco.

En el digipak vienen tres temas adicionales: los dos primeros, muy acordes con el resto del álbum, mientras que el tercero es la octava parte en la serie de instrumentales atmosféricos bajo el nombre de “Soulfly” que como era costumbre cerraban los otros discos; esta es la primera vez que un tema de la serie no se incluye en la edición estándar de un disco de Soulfly.

Los fans no van a encontrar grandes sorpresas, sino el buen hacer de un músico que ya ha dejado huella imborrable en el metal moderno.

Yorgos Goumas

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