The Rolling Stones
Hackney Diamonds
Universal Music (2023)
Por: Mariano Muniesa
8.5
Tras casi veinte años sin editar nada de material nuevo, pero habiendo demostrado sobradamente en ese tiempo que en ningún momento han bajado la guardia, indudablemente, la salida de este disco ha generado una expectación inmensa. ¿Serán los Stones capaces de mantener el nivel que se espera de ellos? ¿va a gustar los stonianos de siempre? Esas son las dos primeras preguntas cuya respuesta, obviamente, todos y todas esperan.
Puro espíritu Stone
Pues bien, la respuesta es clara y concluyente: Sí. ‘Hackney Diamonds’ no solamente no defrauda, sino que mantiene e incluso mejora en muchos aspectos las últimas entregas en estudio del grupo, y en ello creo que hay que señalar tres factores fundamentales.
El primero, que aunque con toda seguridad algo habrán rescatado de las miles de horas de grabaciones que hay de outtakes de otros discos y “songs in progress”, se nota que en este disco hay mucho material fresco, nuevo, compuesto específicamente para este trabajo, y esa frescura se transmite, se comunica, impregna toda la atmósfera de ‘Hackney Diamonds’.
En segundo lugar, la magnífica labor que ha hecho Andrew Watt como productor, quien ha sabido darle una vuelta al sonido de los Stones en un sentido actual, contemporáneo pero manteniendo inalterable la esencia de su sonido y de su personalidad. Y, finalmente, ese mismo nivel de autoexigencia que el grupo, como decía antes, se ha impuesto, conscientes de que están en un momento de su carrera más cercano que lejano al final, y de que si este puede ser su último trabajo de estudio, tiene que ser un broche de oro a una carrera impecable.
En ‘Hackney Diamonds’ hay de todo, pero por supuesto el rock, incluso el rock más duro, más ciertamente stoniano, es lo que predomina. De entrada, el ya conocido "Angry" resulta en ese aspecto toda una declaración de principios: un tema pensado para el directo – no me extrañaría incluso que en las próximas giras abrieran los conciertos con él- con una base de ritmo muy fuerte y una cadencia que lo convierte en el “Start Me Up” del siglo XXI.
Sigue esa línea “Whole Wild World”, un rock stoniano de los de toda la vida, directo, potente, como un cruce entre “High Wire” y “Rock In a Hard Place”, que bien podría haber estado en la cara A de ‘Tattoo You’ en 1981.
“Live By The Sword” - ¡parece un título de Manowar! – es otro rock más standard, básico pero pegadizo, que también podría funcionar en directo. Si se quiere, es una versión algo más suave de “Angry”, con un espectacular solo de guitarra. El valor de este tema no deja de crecer al contar con la colaboración de Bill Wyman al bajo formando de nuevo base rítmica en los Stones con la batería grabada por el añorado Charlie Watts, y nada menos que Elton John al piano. “Driving Me Too Hard” es un medio tiempo muy tipo hard rock, con unas guitarras muy fuertes – aquí Ronnie y Keith se han gustado- y muy en primer plano. Corte melódico pero intenso, aunque no dejaría de encajarme del todo en un álbum de Mick Jagger en solitario.
Pero, sin lugar a dudas, el tema rockero más brutal de ‘Hackney Diamonds’ es “Bite My Head Off”. ¡Los Rolling Stones haciendo punk rock del 77! Sí, podéis creerlo. Rock sucio, duro, crudo y con un aire gamberro sensacional, con guitarras deliberadamente sucias, un tema que entusiasmaría a los Hellacopters o a Backyard Babies, y en el que, para seguir subiendo la apuesta, el Beatle Paul McCartney ha prestado su bajo. Recuerdo en este sentido cuando Mick Jagger hizo con Dave Grohl aquel formidable single llamado “Eazy Sleazy”, muy en esta misma onda, que pensaba: "Cuando Keith Richards escuche esto, no tarda ni 15 segundos en llamar a Mick Jagger y decirle: “¡Cabronazo! ¿¡Cómo no has dejado un temazo como este para los Stones?!”" Y puede que algo de eso haya habido, porque “Bite My Head Off” es muy similar a “Eazy Sleazy”. El tema más duro que posiblemente hayan grabado en sus más de sesenta años de historia.
Ahora bien, además de rock, hay otros temas en otro registro que le dan a ‘Hackney Diamonds’ esa variedad propia de las producciones en estudio de los Stones y que también entroncan con su historia. “Get Close”, también con Elton John a las teclas, es una canción que en su inicio tiene una cadencia que te va a recordar de inmediato a “Can´t You Hear Me Knockin’”. Un medio tiempo, melódico de nuevo, con la base de ritmo de Darryl Jones y Steve Jordan muy en primer plano, guitarras que ganan fuerza hacia el final del tema y un saxo GENIAL. Podría haber sido grabado perfectamente por el propio Bobby Keys. No me hubiera chirriado en absoluto este tema en ‘Exile On Main Street’.
“Depending On You” tiene un aire a los 60 muy evocador, con un emotivo comienzo con guitarras acústicas que luego pasan a unas eléctricas más cálidas en un in crescendo acompañado de un sensacional órgano Hammond y unos coros que van subiendo en plan “With A Little Help From My Friends” para acabar en un final épico.
“Dreamy Skies” es una preciosidad de tema, de los mejores del álbum, que parece sacado de ‘Begars Banquet’ y de la época en la que Gram Parsons colaboró con el grupo. Una balada country-rock con un toque blues, muy dylaniana, no muy lejana de “No Expectations”, y que también tendría algo de “Short And Curlies”. Buenísima la parte del violín, Mick Jagger genial con la armónica y Keith Richards con la slide, impresionante. Una auténtica maravilla.
“Mess It Up”, segunda ocasión en la que se nos permite volver a escuchar a Watts llevando el ritmo, es un tema que tiene la atmósfera de ‘A Bigger Bang’. Es una canción pegadiza, que no está mal, es muy “pop”, por así decirlo, con una parte intermedia más disco y coros en falsete. Pero está lejos de encontrarse entre las mejores”.
Os preguntaréis, ¿no hay ningún tema cantado por Keith? Sí, claro que lo hay, y es un medio tiempo baladístico muy inspirado, “Tell Me Straight”, que podría estar a medio camino entre “Thru and Thru” y “Slipping Away”. Muy bueno. Me lo imagino en directo con Keith cantándolo antes de “Happy” o “Before The Make Run”.
Dejan para el final dos temazos que rematan el disco de manera magistral. Por un lado, “Sweet Sounds Of Heaven”, una balada que empieza muy suave, con una entrada de piano muy estilo Stone – me viene a la memoria Ian Stewart- que es en sí misma todo un in crescendo sensacional, muy parecida en su estructura a “You Can´t Always Get What You Want”, con partes de auténtico rock progresivo contemporáneo y una épica final de poner el vello de punta, que incluso recuerda a aquellos ampulosos finales de clásicos de Lynyrd Skynyrd como “Tuesday´s Gone” o “Free Bird”. La voz de Lady Gaga y las teclas de Stevie Wonder terminan de esculpir este formidable tema que sirvió como segundo adelanto del disco.
Y para cerrar, una verdadera joya: “Rolling Stone Blues”. A modo de cierre de círculo, de reivindicación de sus raíces y de sí mismos, un puro blues acústico del Delta, con un Jagger sensacional con la armónica y Keith haciendo unas guitarras estremecedoras. Como volver a Chicago en 1964, blues, solo blues y nada más que blues. Cerrar un álbum así, con esa vuelta a los orígenes tan intensa y descarnada… ¿puede ser un sugerencia más o menos velada de despedida? Tal vez, pero con los Stones, ya se sabe…
Un álbum de extraordinaria calidad musical, variado, ecléctico y muy completo, marcado por una producción excelente y una banda que toda vez que decidió en serio volver a grabar un nuevo disco, lo hizo a conciencia y sabiendo dar al mundo Stone lo que esperábamos de ellos. Con toda objetividad, entre sus diez mejor discos de toda su historia.
Los Stones, siempre los Stones…
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2 comentarios
Pedazo como currado resumen hacia el nuevo álbum de los históricos THE ROLLING STONES el cual sale a la luz mañana Viernes. Un puto placer haber escuchao estos dos temazos. La portada de su nuevo álbum esta de puta madre.
Respeto mucho a Mariano, pero me parece que su entusiasmo se fue a las nubes. Pareciera que estamos al frente de una gema insólita para este siglo con cosas de beggars exile sticky , sgt peppers, Dylan y más. Aflojemos un poquito seguro está bueno pero una total exageración todas las comparaciones.