Canción a canción del nuevo disco de León Benavente, '2'
23 febrero, 2016 5:40 pm 1 ComentarioLo nuevo de León Benavente es un hostión en toda la cara. Sin más calificativos, sin excusas. Hace unos años se dijo de esta banda que era la gran sorpresa de 2013, pero no nos lo tragamos. Hay que reconocer que el LP homónimo tenía ideas originales, pero le faltaba un punto de atrevimiento, de tensión, y de complejidad musical y sonora.
Por fin, podemos decir que han logrado lo que muchos otros han conseguido a medias: la desinhibición que permite lanzar un compilado de canciones magníficamente valientes. Por favor, escuchad '2' (Warner Music,2016). Va a ser lo mejor que hagáis (musicalmente) en mucho tiempo.
Estas son las nueve cancioncitas que componen este golpe sobre la mesa:
California: Desde el "¡Venga!" inicial, hasta su estribillo vitaminado, encontramos su nueva cara guitarrera. Nos recordarán a unos Triángulo de Amor Bizarro más pesados realizando una deconstrucción de las estructuras básicas de rock a merced de sintetizadores y un órgano final que aporta y respeta la decadencia de temas como "Animo, Valiente" de su disco homónimo. En su lírica, referencias a "una broma infinita" (Hola David y Nacho), a "bailar como locos "El Fantasma de la transición"" (Hola Triángulo) y a Disneylandia (Hola Postmodernismo).
Tipo D: Primer single, muestra como sonaría la escena del CBGB neoyorquino en canciones de un solo acorde si el club hubiese llegado a nuestros días. Son inconfundibles los ecos a El Columpio Asesino y su "Toro", aunque su letra bebe de la fórmula, cómo bien dijeron Daniel López Valle y Cristóbal Fortúnez en su Cuaderno de Verano (Blackie Books, 2015), de "enumerar cosas". Estamos ante un tema que debemos escuchar alto para descubrir su verdadero propósito. El estribillo, tras el "quiero que esto sea un hit", recordará al breakdown y riff que Muse se curraron en su "Psycho", pero con un sintetizador que coquetea con la psicodelia. Magnífica, por cierto, la percusión adicional a partir de su segundo estribillo.
La Ribera: Este tema reúne algunos de los elementos del mal llamado "indie rock nacional" de los últimos años, con unos pasajes de guitarras ligeros y una batería que no adquiere los niveles a los que podría llegar. Pasa sin pena ni gloria, aunque el estribillo de "Esto y esto se vende" adquiere una dimensión interesante con la subida de niveles en la guitarra y la belleza que da la complejidad de tan solo 5 palabras. Aun así, deja con buen sabor de boca y no baja el nivel.
Gloria: Sin duda, uno de los temas del disco. Quién iba a decir que detrás de una estructura narrativa lineal y de su spoken-word marca de la casa (en este disco más presente que en el primero) se iba a esconder el estribillo que no he podido quitarme de la cabeza desde que escuché el disco. Y es que, ese "Ahora soy feliz, siento una extraña euforia/ Ahora soy feliz, esto sí que es la gloria" es tan suciamente atractivo como la historia que sigue nuestro protagonista. Absolutamente violenta, sucia y potente en sus niveles, supone una joya que adquiere una magnífica subida en su tramo final. Por cierto, contiene unos dejes en la reiteración de su riff que nos recordará al "Cumpleaños Total" de los de Jota, y aportaciones a la guitarra en cuestión de efectos y retoques de Joseba Irazoki. Lástima que una estrofa demasiado evidente en relación a España, fiesta, fútbol y democracia haga caer en el cliché a un tema que, de por sí, es suficientemente agresivo e interesante.
Nuevas tierras: El ecuador de '2' viene con una letra totalmente "planetera" de evasión, complementada con las hasta 8 pistas de sintetizador manufacturadas por Banin Fraile, también en Los Pilotos. Roza acertadamente el synth-pop, los temas limpios de Nueva Pletina y los ambientes espaciales y flangers de Spacemen 3. Es cierto que nos descoloca en la totalidad del tracklist, pero su ubicación estrategica la fija como un buen interludio antes de dar la vuelta al vinilo.
Aún no ha salido el sol: Este corte presenta una de las letras más interesantes de todo el lanzamiento. La interpretación habrá que dejarla a cada uno, pero son precisamente cada uno de los subtextos que contiene su lírica los puntos fuertes del tema. "¿Recuerdas cuándo fue la última vez que escuchaste a los Smith, a la Velvet o a los Can? ¿Sigues sintiendo algo así de grande? ¿Sigues sintiendo algo de verdad?" resulta una reflexión magnífica en el contexto de la canción. Es cierto que el estribillo excesivamente luminoso te saca de la atmósfera creada por la percusión electrónica que acompaña al tema, pero los fraseos de la percusión, los elementos cercanos al rock industrial, el riff a lo Foals en un segundo plano, y los dejes reiterativo de "Robot Rock" cuando menciona "Aún podemos ir a esa nave / donde dice que hacen raves", elevan el corte.
La vida errando: A punto de convertirse este titular en el nombre del disco, supone una canción sencilla en su estructura cuyos ambientes recuerdan a los de Matt Berninger y los suyos en The National. El ritmo del estribillo (¡qué bien quedan las enumeraciones!) se queda grabado, para verse amplificado en su segunda repetición por un riff que dobla el anterior. El puente final aporta el toque de melodía a un disco que, en general, rehuye de la misma.
Celebración (Siempre hacia delante): "Celebración" se presenta como el upbeat del álbum y, lo que en un comienzo parece ser intranscendente, se transforma con unas guitarras acústicas increíbles en su segunda estrofa y una tensión creciente con sintetizadores que aportan la épica imprescindible del tema. Crecerá con las escuchas.
Habitación 615: El segundo gran corte del lanzamiento se presenta con la dimensión descomunal de este tema. Tampoco es que su duración sea excesiva (aunque alcanza los 7 minutos), pero la reflexión sobre su carrera enmarcada en una visita a México D.F. lleva a León Benavente a conseguir una de las mejores canciones de su trayectoria, con una estructura de narración que se equipara a los grandes temas de Sun Kil Moon (o el enemigo a muerte de The War On Drugs), el creciente sintetizador, en formato extendido, del "Simple Song" de The Shins; y el "The National Anthem" de Radiohead, con ese bajo en primer plano. Los guitarrazos de algunas de sus estrofas te aniquilan al tiempo que la historia se desarrolla para llegar a un final abrupto que iguala en la propia autoconsciente de la canción al, probablemente, mejor tema de la trayectoria de la banda portuguesa The Gift, "The Singles", aunque musicalmente no tenga nada que ver.
'2' es uno de los trabajos más valiente que hemos podido escuchar en mucho tiempo. No podemos esperar al 8 de abril.
Sergio Julián Gómez (@Sergio42)
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