BUNBURY: LICENCIADO CANTINAS
29 diciembre, 2011 11:11 am 2 Comentarios8/10
La pasión de Bunbury por la canción latinoamericana viene de lejos. Desde Pequeño (1999), su segundo disco en solitario, el aragonés le ha declarado amor eterno a la música popular del Nuevo Continente de forma constante. Un sentimiento que siempre ha sido correspondido, y que han dejado sellado de por vida con Licenciado Cantinas. En este álbum de versiones, el ex-líder de Héroes del Silencio rinde tributo en clave de rock al vals peruano, el tango, la salsa y, por supuesto, el corrido. 15 historias en las que Bunbury y América Latina se disputan quién ama más al otro.
El disco está planteado de forma conceptual, dividida en cuatro partes. No termino de entender la idea, puesto que se trata de canciones de otros autores, totalmente independientes entre sí, pues es lo de menos, y sí que logra que suenen como un conjunto. Pero insisto en que resulta aventurado lo de conceptual. Licenciado Cantinas se abre con un bolero instrumental con sabor a spaghetti western tarantinesco, que da paso a la juguetona Llévame, una canción que perfectamente podría haber formado parte de El viaje a ninguna parte (2004). Sigue otro bolero, Mi sueño prohibido, en el que Bunbury se luce como intérprete. Cierra esta parte inicial una delicada Pa’ llegar a tu lado, en el que el de Zaragoza se muestra casi desnudo, acompañado brevemente por un magnífico trabajo de cuerda. Un contestador telefónico nos introduce en el segundo acto, menos íntimo, pero más intenso, donde hay canciones más accesibles a primera escucha. La caribeña Chacarera de un triste es un correcto corte que precede al single Ódiame, uno de los mejores temas, que no desentonará en las radios comerciales, por su ritmo endiablado de salsa y rock. Todo un himno de cantina. Cierra la primera mitad Vida, una canción que Andrés Calamaro definió como “texto en carne viva”. Ni más, ni menos.
El mulato (Licencado) abre el tercer acto, retornando a la salsa, pero esta de vez de tintes más oscuros y psicodélicos, con mayor protagonismo de Los Santos Inocentes, la banda que acompaña a Bunbury desde el rockero Hellville de Luxe (2008), y que empalma con otra canción del mismo palo, El solitario (Diario de un borracho), pero más adictiva, de esas que invitan al baile entre lágrimas, con un estribillo que la corona como una de las más logradas de Licenciado Cantinas. Cambio de tercio con otro himno de taberna, el festivo corrido Ánimas, que no amanezca, que ya había presentado durante la gira por Estados Unidos previa a este estreno. Es una delicia cómo Bunbury adapta el cancionero mexicano. Sin duda, están hechos el uno para el otro, y estaban destinados a encontrarse. No podía ser de otra forma, y no es éste el único guiño a México, un país que idolatra al aragonés. Que no me lleve la tristeza sabe a dulce ranchera, con otra interpretación memorable del artista, que gana mucho sin apenas acompañamiento. El último acto lo abre la rockera El día de mi suerte, en una nueva combinación de aires caribeños y guitarras distorsionadas. Tras esta fantástica explosión de ritmos y sonidos, vuelve la calma con el tango Cosas olvidadas, en el que Enrique se vuelve a mover como pez en el agua. Ningún estilo se le atraganta, puesto que ninguno le resulta nuevo, todos han tenido cabida alguna vez en su discografía. La alegre, pero de triste historia, La tumba será el final, da paso a una penetrante milonga, El cielo está dentro de mí, que va subiendo la emotividad hasta cortar con un “quizás” que pone punto y final a un disco notable, de gran factura y cuidado hasta el más mínimo detalle.
Bunbury se encuentra en un momento de forma envidiable. Nunca se ha encontrado mejor como intérprete, una faceta en la que que no para de crecer, sobre todo en la que se muestra semidesnudo; y como compositor encadena varios discos formidables, manteniendo una insaciable curiosidad y búsqueda contante para reinventarse en cada entrega. Con Licenciado Cantinas ha puesto un broche perfecto a su trilogía post-Héroes del Silencio, tras la reunión de 2007. Lo cierto es que con cada disco que publica, se aleja más la posibilidad de reunión de los Héroes. Pero esa es otra historia. Ésta: Licenciado con honores.
Tomás Catalán
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2 comentarios
me encanta bunbury, me gustaba con heroes y ahora en solitario la verdad que es un genio.
Aunque creo que este álbum por el estilo de música,no será demi agrado,creo que es una buena crística,la que se hace de dicho disco.