Entrevista a Mägo de Oz (2ª Parte): “Después de verano grabaremos nuevo disco”

Mägo de Oz al completo 2015

El sonido de ‘Finisterra Opera Rock’ es, en general, más cercano al power metal europeo en muchos tramos, especialmente en las canciones veloces como “La Cruz de Santiago” o “Satania”. ¿Creéis que será un paso clave a la hora de expandiros por el viejo continente y que un metalero alemán podría verse atraído por ello?

(T): “No, porque a un alemán le habría puesto ‘La voz dormida’. Es que llevamos haciendo esa música muchos años. Nosotros llevamos mucho tiempo haciendo power metal alemán muy a lo Heaven’s Gate o Helloween, y también otro tipo de canciones. Recuerdo cuando sacamos la primera canción gótica que compuse, “Diabulus in Musica”, y nos decían que eso no sonaba a Mägo de Oz. Ahora hay hasta un club de fans que se llama “Diabulus in México”. Y fíjate, una cosa que no suena a Mägo de Oz, de repente sí. Tiene que haber un principio para todo. Pero volviendo a lo de antes, fíjate, es mucho más rentable enseñar “La danza del fuego”, “La costa del silencio”, “Abracadabra” y “Fiesta pagana” en Europa, porque están hartos de las cruces de Santiago. Estamos hablando de que Alemania es la fábrica de power metal por excelencia. Pero en cambio, ver a unos sinvergüenzas haciendo una “Fiesta pagana” o un “Molinos de viento” les llama mucho más la atención. Te lo digo porque lo hemos vivido. Es algo muy distinto, el power metal en Europa lo hacen mejor que nosotros; son los inventores El Mägo más canalla nos abre más puertas que “La Cruz de Santiago”, “Satania” y todo el power metal. De hecho, Fabio Lione de Rhapsody se subió con nosotros a hacer “Vuela alto”. Podía haber elegido otro tema más power, pero le encanta ese porque para él es algo nuevo”.

También habéis enriquecido considerablemente en matices canciones más desenfadadas como “El Señor de los Gramillos” o “Polla Dura no cree en Dios”, viajando desde el jazz hasta la música de cabaret. ¿Esa versatilidad es un elemento fundamental en el ADN de Mägo?

(Z): “Sin ella, Mägo no sería Mägo, sino un grupo que ha decidido hacer un tipo de música en concreto y un disco de ese género. Yo creo que lo que tenemos para los fans del metal más power y más épico es que van a encontrar de eso, aunque a lo mejor sea en dos o tres temas que conformen una parte de Mägo que les va a gustar muchísimo; pero también hay otra parte que, aunque no les guste muchísimo, pueden decir: “¡Coño, es que son mis colegas!”. Lo que me importa es que quien se ponga un disco de Mägo en su casa esté sonriente todo el rato, eso es lo que quiero que ocurra tanto cuando escuchas un álbum como cuando vas a un concierto y terminas sudando como nosotros y cantando con nosotros”.

Las mencionadas “El Señor de los Gramillos” o “Polla Dura no cree en Dios” son, junto a “La Cruz de Santiago”, las canciones que más habéis cambiado con respecto a su original. ¿Por qué?

(T): “Si tú me preguntas qué canciones son las que menos me gusta cómo quedaron en el ‘Finisterra’ original, serán las mismas que vas a decir: “¡Qué cambiadas están!”. “El Señor de los Gramillos”, pssé, no estaba mal, tenía un rollo Savatage, pero luego se convertía en medio rock and roll… No me terminaba de entusiasmar el sonido. Por su parte, “Polla Dura no cree en Dios” quería ser un rock and roll, pero no era un rock and roll divertido. A mí me faltaban metales, pianos, algo muchísimo más luminoso. Equivocado o no, los temas que más cambiados están son aquellos en los que yo creo que flojeaba más la producción original. “Astaroth”, por ejemplo, está muy parecida porque me parece una canción excelente. En cuanto a “La Cruz de Santiago”, no me gustaba cómo había quedado en la original. Me encanta el principio de la original y cómo se va desarrollando como canción de power metal…”

Txus y Zeta (Mägo de Oz) tras la entrevista acaecida en la sede de Warner Music Spain | Foto: Jason Cenador

…Pero los coros taberneros no, no van a volver a sonar en ninguna parte.

(T): Los coros taberneros no, y ni de coña. Pero no porque sean taberneros, si me encantan los coros taberneros, sino porque es un poco “Margarita se llama mi amor”, me suena a la tuna (risas). A ver, en “Abracadabra” o en “Vuelta alto” hay coros taberneros, en Mägo de Oz nos encantan. Pero se puede hacer coros taberneros con gusto o taberneros muy borrachos. Y ahí, quizás, estábamos hasta muy borrachos grabándolos (risas)”.

¿Frecuentáis las tabernas menos que antes?

(T): “Sí, yo sí, muchísimo menos. Me cuesta mucho hasta ir a los conciertos, porque, aparte de que vivo muy lejos de Madrid, es como ir a trabajar. No es relajado, estoy en la puerta del antro para ver a unos colegas y es una de: “un, dos, tres, a poner pinta de chulito, que entra el Di Fellatio”. Y no quiero estar con el personaje. Yo entro en una sala y hay miradas de odio y amor por doquier”.

¿Te limita mucho?

(T): “Mucho, porque aunque no lo creas, soy bastante más tímido de lo que aparento. Yo cuando estoy a gusto soy muy simpático y muy echado para adelante, pero cuando no domino en una situación… Si quieres ver a Di Fellatio súper incómodo, mañana me tomo un café con tu madre y estoy con la taza temblando. Luego, a la media hora la estoy vacilando, si estoy a gusto”.

O sea que el personaje te ha servido para romper esa barrera.

(T): “Por supuesto, el personaje Di Fellatio es una salvaguarda para mí, porque yo, Jesús María, soy muchísimo más sensible que Di Fellatio. Di Fellatio es el macarrilla, el bocazas y el que ahora mismo va a poner a parir a mogollón de gente, pero bueno, es mi Iron Man, ahí está. El problema es que a veces ese Iron Man se acuesta conmigo, y me levanto y las críticas muchas veces me duelen. No las críticas de: “Bah, este disco es una mierda”; sino críticas más personales. Jamás las leo, pero me las cuentan. Normalmente siempre te quedas con lo malo. Hacen daño las críticas hacia mi persona. Por ejemplo, si tu mañana me presentas a un amigo que se toma un café conmigo y a los dos días me dices: “Txus, mi amigo dice que eres un gilipollas”; pues me preocuparía y me haría pensar si he sido irrespetuoso o he ido de prepotente. Pero para gente que no me conoce en absoluto, y porque la música o la carrera de Mägo de Oz no le guste o piensa que está dirigida de una forma equivocada, no significa que yo sea un chulo, un gilipollas o un prepotente, porque no lo soy. Soy un tío muchísimo más asequible. Por favor, vedme bailar al final del vídeo de “La danza del fuego” (risas)”.

Y tú, Zeta, ¿has cambiado la dinámica de ir a bares y conciertos desde que estás en Mägo de Oz?

(Z): “Ya en un principio no iba mucho, como tenemos una edad, empezaba a dejarlo. Con 25 años vas a todos lados y sales todos los sábados, pero evidentemente, con 39 años que tenía cuando entré en Mägo, ya estaba dejando el asunto. A mí me pilló así. Ocurre que de vez en cuando, cuando te da por salir por ahí, hay dos o tres personas que te reconocen. Cuesta un poco el hecho de decir: “Venga, soy el que tú quieres que sea durante un rato”. Realmente, el salir se ciñe únicamente, si puede ser, a que no me reconozcan. Si vas a ver un concierto, no quieres que venga alguien a pedirte una firma, tú estás en el concierto porque eres el fan. Cuando eso pasa, uno intenta estar lo mejor posible con ellos, que todo salga bien y que todo el mundo se vaya contento. A lo que ibas  es a pillarte un pedo, estar bien en el concierto y a pasártelo de puta madre. Salir sí salgo, pero por sitios un poco pequeñitos y ya está”.

Volvamos a Europa otra vez…

(Z): “¡No, a Europa otra vez no!” (risas, acusando el gesto de cansancio tras su retorno de Italia).

Se han anunciado ya carteles de macrofestivales como Hellfest, Graspop o Wacken con nombres brutales. ¿Os imagináis en estos carteles jugando un papel relevante?

(T): “¿Puedo ir de sobrado, puedo ir de sobrado? (risas). ¡Ya he tocado en el Wacken y en el Bang Your Head, chaval! (más risas). Ahora fuera de coña, claro que me gustaría. Si hemos hecho la gira por Italia que hemos hecho dándonos semejante paliza es porque realmente vamos a por Europa. No te digo que en esta temporada, pero a lo mejor en la siguiente; con más de un festival de estos grandes hay conversaciones para ir. Lo que pasa es que las cosas hay que empezarlas con cabeza. Es mucho mejor seguir haciendo giras e ir recaudando gente para la causa para que cuando vayamos a un festival no seamos “el grupo exótico de España”. Eso ya lo hicimos. En Wacken éramos los españolitos amigos de Doro y exóticos cantando en castellano. Cuando vayamos a esos festivales ha de ser porque seamos una realidad en Europa, poca, media o mucha, eso el tiempo y la suerte lo dirá. Las cosas hay que hacerlas con calma, con tranquilidad y sabiendo el terreno que pisas. Tras haber tocado en Múnich y meter 500 personas, el año que viene será Múnich, Berlín, Hamburgo y dos ciudades más. También tenemos contactos para ir a Suiza y a Japón, y hacer una gira por Italia más grande”.

¡Japón, esa es una asignatura pendiente!

(T): “A mí Japón realmente me la pela (risas). Pero Frank es muy pesado, le encanta. Escúchame, yo es que soy de la vieja Europa, yo soy de Praga o Viena, pero Frank es un enamorado de la moda japonesa y de las japonesas en sí, o sea, a Frank le ponen Japón y las japonesas. Y a mí, el rollo este de Japón, no te creas. A ver, que mola decir: “He tocado en el Budokan”. Pues vale, pero tampoco creas que me mata la ilusión, prefiero tocar en Berlín o en París, me mola más.

(Z): “Yo en Japón me perdería, no pasa nada, me compro cosas antiguas de esas, retro… (Ndr: Zeta escribió en una revista de videojuegos)”.

(T): “Es gente muy rara, me han contado que en Japón hay unas máquinas expendedoras de bragas usadas. Te lo juro, están enfermos. Es que ni Bürdel King, vamos. Están muy enfermos, un señor comprando bragas y oliéndolas… Yo le mandaba a un pueblo que hay en Soria donde hay cuatro señoras que son lavanderas y que lavan desde las 10 de la mañana hasta las 8 de la noche, y que les huela las bragas. Gratis, que pago yo (risas). ¡Si tienen cojones! Oler las bragas en Japón, ¡vete a Teruel! Mira, hay una estanquera detrás de la Plaza Mayor de Teruel en un Estanco lleno de gatos que lleva siempre las mismas bragas (más risas). En serio, a mí además la cultura oriental no me gusta, porque es rollo zen, rollo tranquilidad, ¡y yo odio la puta tranquilidad, odio el rollo zen, odio el budismo, soy un tío muy nervioso, soy un tío espídico y a mí esas tontunas no me gustan un pelo!”

(Z): “Yo quizá sea todo lo contrario de lo que acaba de decir Txus. Me parece estupenda la cultura oriental y me parece que son gente que se cultiva personalmente”.

(T): “¡Que se clavan espadas!”

(Z): “¡Por honor, tío!”

(T): “¡Qué honor ni qué pollas!” (muchas risas).

Frank, Zeta y Carlitos (Mägo de Oz) en los estudios de MariskalRock Radio | Foto: Andrés Abella

Vamos a volver al mundo cotidiano, ¿cuáles son vuestros planes de gira y qué escenografía vais a llevar?

(T): “En diciembre nos vamos y el día 2 empezamos ya en México D.F. con Zenobia de teloneros. Haremos cuatro conciertos en salas de 3.000 o así; queremos recuperar el espíritu del ‘Finisterra’ de hace quince años. Éramos una banda de clubs, de salas. La última vez en el D.F. había 13.000, pero la idea es que sea para muy fans, porque vamos a tocar el Finisterra entero, de principio a fin”.

¿Solamente?

(T): “Solo, ¡son 20 canciones! (risas). A lo mejor, después hay un descanso de unos minutos y hacemos un regalito de tres canciones fuera de ‘Finisterra’ y de la etapa de Zeta, algo a lo que no le hayamos dado mucho bombo. Después de México hacemos Perú, y en enero empezamos la gira en España. Tenemos ya varias fechas, haremos Barcelona, Lleida, Oviedo… Vamos a hacer entre 15 y 10 conciertos por salas, terminando en Madrid dos días en La Riviera. El sábado [2 de abril], normal, con los 26 artistas que han participado (o si falla alguno, sustituyéndolo por otro). Y el día siguiente a las 12 de la mañana queremos tocar para que la gente menor pueda acceder sin ningún problema a La Riviera (Ndr: La entrevista aconteció antes del anuncio de la modificación de la ley para que los menores puedan acceder a las salas de conciertos). Y escenografía, una cosa sencillita, unos telones y alguna cosita más”.

¿Se acabó la época de la pomposidad como cuando llevabais el barco o la catedral?

(T): “En una gira de salas tampoco cabe mucho. Pero no, la pomposidad no se ha acabado, ¡ni de coña!”

¿El repertorio de esta gira será siempre el Finisterra entero?

(T): “Solamente tocaremos ‘Finisterra’ más, a lo mejor, una sorpresita en forma de algún tema diferente. Seguiremos el orden del disco”.

Teniendo en cuenta que cerráis gira en abril, se antoja cuando menos, condensada.

(T): “Sí, porque queremos hacer la gira de salas para fans. Luego, todo el verano vamos a hacer festivales y los conciertos típicos en las fiestas de los pueblos, donde no tocaremos ‘Finisterra’, sino todos los himnos”.

¿Y después?

(T): “Después nos meteremos a grabar el siguiente disco, que ya tenemos algunas canciones”.

Tras los ‘Gaia’ me comentaste que os apetecía hacer algo más desenfadado, ¿seguís en las mismas?

(T): “Eso fue en ‘Hechizos, pócimas y brujería’, que en efecto, es más desenfadado que los ‘Gaia’. Pero ‘Ilussia’ es una mezcla. Lo próximo se va a parecer bastante a ‘Ilussia’, ahondando en el hard rock, que nos gusta mucho y mi colega se siente muy cómodo cantándolo (en alusión a Zeta). Él es más de Tyketto y hard rock así”.

(Z): “Me gusta más, yo soy muy hardrockero de toda la vida y mi grupo era de hard rock. Esa es mi escuela”.

(T): “¡Mariquitaaa!”

(Z): “Sí pero bueno, es lo que hay” (risas).

(T): “Yo soy de White Lion, a mí me encanta”.

Portada Interior de 'Finisterra Opera Rock'

¡No puedes decir mucho después de haberte montado Bürdel King, Txus!

(T): “¡Esa es una banda de hombres!” (risas).

¿Y qué hay del apartado más power metalero que exhibíais en los ‘Gaia’?

(T): “Eso sigue ahí. De hecho, la canción de “Pensatorium” es muy power. Eso nunca lo vamos a dejar. Hay quien dice: “¡Joder, es que siempre empezáis los discos con un tema rápido!”. Pues claro, y lo vamos a seguir haciendo. ¡El primer tema de los discos tiene que ser rápido! Mira a Iron Maiden con “Invaders” o “Be Quick or Be Death”.

Se presentó el otro día una iniciativa que muestra vuestra faceta más benéfica y en la que trabajáis junto a la Fundación Hospital La Paz y el Hard Rock Café a favor del desarrollo de la musicoterapia. ¿En qué consiste?

(T): “Hace muchos años ya que trabajamos con bastantes ONGs, lo que pasa es que no somos un grupo al que nos guste airearlo. A mí me da por culo cuando el día de reyes aparecen los futbolistas y los músicos con la tele delante haciendo ver a la gente lo buenos que son. Yo prefiero que la gente me critique por chulo y por hijo de puta, y que no sepan las otras cosas que hago. Yo creo que la caridad y todas estas cosas tienen que ser en privado, y que no han de ser una vía para promocionarse. Es de mal gusto, de mala educación, hacer ostentación de lo buena persona que eres. Pero en este caso sí hacía falta hacerlo público, dado que está orientado a que la gente compre esas camisetas. Llevamos mucho tiempo trabajando con esta y con varias otras ONGs. Esta es una fundación que tiene un ala de musicoterapia en la que dedican mucho dinero a investigarla. La musicoterapia está demostrado que es muy buena tanto para relajar como para curar y ejercer también cuidados paliativos. La música, lo digo siempre, es las tiritas para las heridas del alma. Hay un logotipo que hemos cedido al Hard Rock Café para una camiseta que cuesta 5 euros más de su precio original, y todo ese dinero irá para el desarrollo de la musicoterapia por parte de la Fundación Hospital La Paz. En unos días, además, vamos a hacer un concierto en La Paz para los niños que están muy enfermitos. Ya lo hicimos hace varios años. Es un acústico que hacemos, al lado de sus camitas les tocamos canciones. Lo vamos a repetir porque estas son las cosas que te hacen humano. Mola mucho ir de rock star y poner a parir a uno, pero lo importante para mí son estas cosas, poder ayudar a alguien. Si el niño está viendo a Mägo, le regalas una baqueta o una púa y sonríe… Muchas veces me acuerdo de un niño pequeño precioso que todo el rato se sentaba en mis rodillas y me decía que quería tocar la batería. Yo miraba al médico y éste me hacía un no con la cabeza. El chico murió a los quince días. Esas cosas te muestran que lo realmente importante de la vida es lo fugaz que es. Hay muchos niños que saben que van a morir, y ellos te hablan de la muerte con una tranquilidad… Porque para ellos es un paso más en su aprendizaje vital. Para nosotros, la muerte es una ruptura, una despedida, pero ellos no tienen esa contaminación histórico-afectiva que tenemos nosotros. Para nosotros, la muerte es un acto egoísta, porque yo ya no disfruto de ti. A mí no me importa si la muerte es buena o mala, o si vas a un sitio mejor; yo estoy triste por el egoísmo de que ya no te disfruto. Ese es realmente el sentido de la muerte en la sociedad occidental, y los niños no tienen ese concepto de ella”.

Tiene que ser muy duro estar cara a cara con situaciones así y no echarse a llorar.

(Z): “Ayer hablaba con Frank sobre el cómo aguantarse el llorar delante de ellos, y me dijo: “Tío, lo aguantas, te aseguro que lo aguantas”. Es una actividad que espero que lleguemos a hacerla. Es la primera vez que la haré yo, pero realmente siempre he pensado mucho en cómo sería intentar animar a un chaval – aunque los chavales son animados de por sí – que él sabe que está sentenciado. Se trata de intentar aprovechar ese momento y estar felices con él. Creo que nos va a llenar mucho a todo y nos va a dar mucho de lo que aprender. Estoy deseando hacerlo”.

(T): “No todo es negativo, también hay niños que mejoran mucho. Esa es la parte dura, pero también está la parte gratificante de ver cómo el niño sale adelante. Una de las muchas veces que hemos llevado regalos a hospitales, en el 12 de Octubre, no fue el día de reyes sino el día anterior. ¿Por qué? Porque el día de reyes había cámaras y dijimos que no. Nos buscamos el pretexto de que éramos los emisarios de los reyes y nos habíamos adelantado, para que los niños se lo creyesen. Hay detalles en la vida que no son tan ostentosos, como ir un día a un comedor social, ponerte un delantal y empezar a servir comida. Aunque no estés dando dinero, te estás sintiendo útil. Muchas veces, por nuestro trabajo, que es muy trivial con sexo, droga, rock and roll, chicas, declaraciones y demás de por medio; el hacer estas cosas nos da mucha paz, a mí por lo menos”.

Terminemos en positivo: ¿Qué sería, para vosotros, una utopía con Mägo de Oz?

(Z): “Es una pregunta que… ¡vete, vete! (risas)”.

(T): “Pues a mí me está haciendo pensar. Para mí, una utopía sería pasar desapercibido”.

¿No le pedís encabezar el Wacken?

(T): “Una utopía no es un anhelo, sino algo que no va a suceder nunca. Y eso es pasar desapercibidos, Mägo de Oz nunca va a pasar desapercibido, primero por mi carácter y segundo, por la idiosincrasia del grupo. Nunca pasamos desapercibidos, ni para lo bueno ni para lo malo”.

(Z): “Una utopía, una utopía… ¡Que Txus se calle de vez en cuando! (risas). No, bien; una utopía sería que realmente todos los fans de Mägo estuviesen de acuerdo con lo que es Mägo”.

(T): “Eso sería una dictadura”.

(Z): “Tienes razón, lo sería”.

(T): “Mola que la gente discrepe”.

(Z): “Una utopía sería el hecho de que hiciésemos un concierto y todo el mundo saliese contentísimo del todo”.

(T): “Eso sería aburrido”.

(Z): “¡Me cago en la leche! Sería aburrido pero…”

(T): “Yo siempre digo lo mismo, y ya para terminar: Yo busco la canción perfecta, el estribillo perfecto, el concierto perfecto; pero espero no encontrarlo nunca jamás en mi vida, porque entonces dejo la música. Si ya he alcanzado la perfección, ¿para qué seguir? La perfección es la zanahoria que me hace seguir andando. Tú vas andando y el horizonte se aleja siempre. ¿Para qué sirve el horizonte? Para que andes”.

¡NO TE PIERDAS LA PRIMERA PARTE DE LA ENTREVISTA A MÄGO DE OZ!: Innumerables detalles e impresiones sobre 'Finisterra Opera Rock', todo sobre las colaboraciones, el puesto de cantante defendido por Zeta y la órbita de Leo Jiménez en torno a la banda cuando José Andrëa la dejó, su reciente incursión por Europa y un titular: "No consiento que nos llamen vendidos"

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