EL NOI DEL SUCRE: "LA LIBERTAD NO SE DONA, SE CONQUISTA"

Fiel a sí mismo y a sus ideas vuelve a la carga el siempre convincente Lorenzo Morales a bordo de su nuevo proyecto que tiene en ‘A Mi Manera. Vol.1’ su primera referencia discográfica. Jason Cenador comprueba de primera mano los entresijos de esta aventura cargada de ilusión y de ganas de devorar los escenarios un año después de su última aparición en directo.

¿Por qué decidiste dar por concluido el ciclo de Los Muertos de Cristo y embarcarte con tus compañeros de banda en otro nuevo?

"Lo de El Noi del Sucre viene de hace muchos años atrás, lo único que tenía en mente acabar una faceta con Los Muertos de Cristo, los libros de ‘Rapsodia Libertaria’. Pero una vez que acabara con la ‘Rapsodia 3’ empezaría con un nuevo proyecto, aunque intentaría darme un descanso para poner mi cabeza un poco en orden después de tantos años en la carretera y muchas historias. Estaba bastante cansado, entonces quería aclararme un poco y comenzar de nuevo ya con la experiencia de 20 años con Los Muertos de Cristo para aprender de los errores y coger los aciertos."

¿Seguirás interpretando en directo temas de Los Muertos de Cristo?

"Efectivamente. Son tus canciones. A mí me encantan y no las dejaré jamás. Lo que pasa es que a raíz de que vayan saliendo canciones nuevas de El Noi del Sucre tal vez puedan ir desapareciendo. Tienes que tocar lo nuevo, para eso has emprendido este proyecto."

En cuanto a lo musical, ¿qué diferencias tiene el material de El Noi del Sucre, ahora que hay temas nuevos de por medio, con el de Los Muertos de Cristo?

"Ya con Los Muertos de Cristo se ha intentado siempre evolucionar. Entonces, sigues evolucionando. A mí lo que más me jode es que me intenten etiquetar con algo, estamos educados a eso y siempre intentan hacerlo. Pero no quiero tener estilos. Es como todo, igual que no quiero tener patria, la música es universal y yo escucho de todo. Uno va aprendiendo, escuchando cosas nuevas y descubriendo cosas antiguas. Lo que quiero es coger de todo y hacer lo que en el momento más me gusta."

De tu música se sigue esperando mucha explicitud, irreverencia y combatividad. ¿Te mantienes imperturbable?

"El contenido es inamovible, porque es tu forma de pensar, lo que sientes y lo que vives. Cada letrista presta lo que vive. Uno puede vivir en un bar y contar las anécdotas del bar, de borracheras; otro puede vivir en otro país y contar la historia de ese país. Y yo cuento lo que vivo diariamente, lo que yo pienso."

¿Concibes la música como el mejor vehículo para transportar un mensaje?

"La música puede ir mucho más rápido a la hora de componer que el cine. El cine es más complicado y no es como la música, puedes ver una película que te pueda encantar y después de un año volverla a ver. La canción la puedes escuchar todos los días un millón de veces. Es más rápido. Pero El Noi del Sucre no es algo cerrado, sólo musical. Lo que voy a intentar no es solo musical, es desde teatro, cine, etcétera y todo bajo El Noi del Sucre."

¿Puedes avanzarnos algún plan que se esté gestando en tu cabeza sobre estas otras vertientes de El Noi del Sucre aparte de lo musical?

"Es que hay un montón de ideas que irán realizándose cuando vayamos trabajando. Ya lo tenemos hablado. Hay cosas cerradas pero hasta que no esté funcionando no me gusta hablar, porque si después no sale la gente lo dice y empieza a quejarse. Y como nos quejamos por todo, basta que diga algo. ¿Podrías definir con tres palabras este nuevo trabajo, ‘A Mi Manera. Volumen I’? Es muy complicado. Podría ser: “libre”, “a mi manera” y “rebelde”."

¿Y con tres palabras podrías definir el actual contexto sociopolítico en el que nos encontramos?

"Uf, ¿en tres palabras con una huelga general mañana?: “Huelga”, “general” y “veintinueve” (risas)."

Bueno, te dejo que te explayes un poco más. ¿Cómo ves el futuro?

"No soy un vidente que lo pueda decir. Yo vivo el presente. Para mí hoy es el futuro, lo que vives cada día. Y depende de todo. Funciona todo como funciona porque nosotros, entre comillas, podemos ser los culpables de cómo está funcionando, de estar delegando en otros que dirijan nuestro destino. En lo musical, por ejemplo, yo he intentado siempre dirigir mi destino en lo que me dedico. En la vida social lucho también por que nadie dirija mi destino ni el de mi familia, de mis hijos. A la sociedad la han educado en que tiene que haber un gobernante, un político de turno, porque parece ser que sin ellos nosotros somos imbéciles, somos como niños pequeños que tenemos que tener un papá y una mamá que nos digan como tenemos que funcionar. Y yo creo que somos gente bastante responsable y adulta. Y el que no es responsable, no tienen culpa sus hijos, porque el futuro está en ellos. Yo creo que las cosas tienen que cambiar muchísimo. ¿Que va a largo plazo? Pues sí, pero depende de nosotros, de creer en una nueva sociedad. A mí lo que me jode es cuando escucho a la gente quejarse. Todo el mundo se queja de todo: de la crisis, del paro… Y yo digo: ¿Mañana tú vas a ir a la huelga? Y te dicen (ahí va otra queja): “Es que todo está manipulado…” Bien, yo mañana voy a la huelga, y no porque me lo dice un sindicato o el político de turno; sino porque soy una persona consciente y sé que la única manera de transformar las cosas es peleando. Sentado en mi casa no voy a esperar que nadie me cambie las cosas. La gente se cree que va a ser libre porque alguien llega con una varita mágica y dice: “Hola, soy el hada madrina y mañana usted va a ser libre, vivir de puta madre y ser feliz”. Así no funciona. La libertad no se dona, la libertad se conquista. Porque si te dona alguien la libertad, eres su esclavo."

Es conocida tu militancia en la CNT, ¿Cuáles son en tu opinión las recetas para salir de la crisis?

"Yo no tengo recetas, trabajo día a día. Lo único que se es que si nos organizamos es más difícil que nos metan por ejemplo una reforma laboral. Uno puede pegar muchas voces, pero si miles o millones salen a la calle te digo yo que no hay nadie que te pueda parar, porque el pueblo manda. Cuando los ciudadanos de a pie se den cuenta de que ellos son los que mandan, que no son ni los políticos ni un gobierno ni un banco los que mandan ni el Rey el jefe del Estado, aunque lo ponga... Te han educado a que tienes que asumirlo. Es como una tesis que he hecho últimamente, hay algo sencillo que ahora cuando empiece a tocar quiero explicarlo, por lo menos a los más jóvenes. Siempre se ha creído que si te cabreas con el político o el policía de turno… ¿Tú llegas y te pones a destrozar tu casa? No. Es la educación que tenemos. Entonces, ¿Por qué rompes la calle? ¿Por qué quemas contenedores, rompes farolas, parques o canastas? ¿No te has enterado que es tu casa? Te lo digo porque parece que lo están pagando los políticos de su bolsillo y no, lo estamos pagando nosotros. Y por cada cosa que rompas en la calle al ayuntamiento y al Estado le viene de puta madre, porque tiene la justificación perfecta para gastar más “porque los vándalos lo han roto”. Y tienen también el precepto para tener más policía y cámaras “para vigilar a estos vándalos”, que realmente lo que están vigilando es que mañana no haya piquetes o a la gente que se manifiesta tratándolos como perros."