BERRI TXARRAK: “NOS GUSTAN LOS NUEVOS RETOS”

15 diciembre, 2011 1:30 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Era uno de los discos más esperados del año dentro del panorama estatal y por fin la banda navarra lo presentó en sociedad. Con ‘Haria’, los de Lekumberri pretender proseguir su idilio con el éxito y argumentos no les faltan. Horas después del lanzamiento de su séptima obra de estudio, el renovado trío se ofreció una suerte de concierto semi-eléctrico en la FNAC del madrileño Paseo de la Castellana para dar cuenta con buenos resultados en directo y frente a su público de las virtudes de cuatro de las nuevas composiciones. Poco antes, JASON CENADOR hizo una visita al cantante, guitarrista y alma máter del grupo, GORKA URBIZU, y al bajista DAVID GONZÁLEZ; para indagar a fondo en los entresijos de este nuevo álbum y de la actualidad del conjunto. El resultado fue esta kilométrica e interesante entrevista.

El titular del artículo sobre la pre-escucha del nuevo disco de Berri Txarrak fue “Su disco más difícil”, ¿Estáis de acuerdo?

(G): Eso leí. Nos falta a nosotros un poco de perspectiva, ahora es un poco pronto para situarlo en la discografía de Berri. Sí que es cierto que ofrece cosas nuevas con respecto, sobre todo, al disco anterior, ‘Payola’, que era un disco muy especial, con una grabación muy austera, en analógico y sin edición. Entonces, era muy crudo, quizá para algunos demasiado. Pero ese era uno de los puntos más interesantes de ese álbum, aparte de las canciones, que es lo que siempre primamos. En este disco hay más capas de sonido, más experimentación y más sitio para la improvisación, pero sigue siendo Berri Txarrak y es un paso adelante más. Quizá le cueste más asimilarlo a según qué gente, que igual se esperaba otra cosa pero la experiencia me dice que con los últimos tres o cuatro discos ha pasado parecido, que la gente al principio por la idea preconcebida que tiene o lo que sea se hace una idea de cómo iba a ser el disco, cada uno la suya, y luego se lleva la sorpresa. Al principio cuesta asimilar, pero luego ya acaba entrando.

Dices que este disco es menos crudo que el anterior, pero a mí las guitarras lo han resultado más, y más agresivas e incisivas si cabe, ¿de qué significado dotáis a este hecho?

(D): Creo que a pesar de que las dos producciones aparentemente sean completamente opuestas (la del Payola la hicimos sin edición, en unos 10 días, y esta última ha sido en 50), creo que, pese a ser supuestamente polos apuestos, guardan mucha relación de cara a ese sonido crudo, un poco sucio, esa imperfección…  Yo creo que más que en el sonido de las guitarras, la cosa está en la manera de haber tocado este disco, el punto al que nos ha llevado y en el que nos ha exprimido Ross Robinson. Más que una cuestión sónica, creo que es una cuestión de energía, que se transmite en esa manera de tocar, con esa pulsación, ese ataque, esa agresividad tocando. Por cada tema hemos sudado física y psicológicamente lo suyo.

¿Creéis que en las nuevas canciones se puede echar en falta cierta redondez o accesibilidad que en su momento tuvo quizá más peso en vuestros temas, especialmente en discos como el ‘Jaio.Musika.Hil’?

(D): Igual en el primer golpe la gente la echará de menos, porque son canciones que tal vez no entran a la primera tan fácil. Ese tipo de canciones quizá se te tatúan desde el principio y ya. Estas igual tardan más pero no por ello son menos buenas o son menos redondas. Por otro lado, hemos buscado casi inconscientemente hacer cosas que no se habían hecho ya.

Cada disco de Berri Txarrak conlleva un enfoque diferente, aunque la esencia siga ahí. ¿Qué habéis buscado esta vez que no encontrarais en el resto de discos?

(G): La verdad es que seguimos un instinto musical, o sea, no hay una reunión previa para decir: “A ver dónde vamos a ir esta vez”; hacemos lo que surge. Sí que tenemos igual en cuenta el disco anterior de manera que no repitamos fórmula, a pesar de que funcione. El ‘Jaio…’ fue un disco que funcionó perfecto, el ‘Libre’  también, así como el ‘Payola’… Pero no nos gusta repetir. Nos gustan los nuevos retos.

(D): Yo creo que es una muestra de que el grupo está vivo y que la banda es un grupo que evoluciona, con inquietudes e incluso con dos huevos a la hora de arriesgar, porque con cada disco arriesga de alguna manera.

‘Haría’ significa ‘El Hilo’, ¿de qué hilo tira Berri Txarrak en este disco?

(G): El título se presta a más de una interpretación. Habla por una parte de la fragilidad, desde las relaciones hasta incluso los ideales, en esta época que vivimos tan convulsa y tan rara. Habla también del hilo del que tirar, hay muchas letras que hablan un poco de dar con el camino por el que seguir adelante, ese hilo por el cual tirar y también la transmisión entre el pasado y el futuro. Nos pareció un título muy amplio, sugiere muchas cosas. Nos gustan ese tipo de títulos.

Para los que no sean euskaldunes, ¿qué significados tienen las letras del disco, por qué terrenos discurren los mensajes?

(G): Hay una vertiente que habla un poco de superarse, de seguir adelante, de  buscar el camino por el que avanzar. Hay bastantes letras que hablan de eso, directa o indirectamente. Aparece el tema de la liberación, de resarcirse, un poco de ese punch hay. Luego tenemos también la vertiente crítica, social e incluso política, de cuestionar las cosas sobre todo. No me gustan las letras que te lo dan todo dicho, sino que dejamos margen para el oyente. Hay muchas frases hechas ya en la música reivindicativa. Creo que el rock sirve para invitar a la reflexión pero, a poder ser, hay que decir las cosas de otra forma de la que no se hayan dicho. Es un reto, no digo que lo consigas, pero es un poco lo que estamos intentando hacer en los últimos discos.

¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con Rob Robinsson y qué os ha aportado?

(D): Nos ha hecho tener que hurgar un poco dentro de uno mismo y sacar cosas que no eras consciente de que tenías o en las que no sabías hasta donde podías llegar, con tu instrumento o con tu creatividad. Él pone los medios de algún modo para que tú hurgues dentro y saques hasta lo que tienes más al fondo del dedo gordo del pie. Te exprime al máximo y terminas exhausto, pero a la vez muy satisfecho porque siempre te lleva a un peldaño más arriba.

Volviendo a la comparativa entre este plástico y el anterior, bajo mi punto de vista ‘Haria’ sigue teniendo ese espíritu retro que ya destapasteis en ‘Payola’, ¿Qué me podéis comentar acerca de este aroma musical a décadas pasadas?

(D): Eres la primera persona que lo dice, justo en la entrevista anterior nos han dicho que suena muy actual, que es como muy moderno. Es lo que comentábamos, que nosotros no hacemos las cosas con un porqué ni premeditadamente. Entonces, muchas veces necesitamos que vayan surgiendo cosas como estas, reflexiones del oyente que te van abriendo puertas y con las que vas captando ideas. Yo debería de madurar y recolectar un poco opiniones, e ir cogiendo perspectiva de las canciones del disco para poder sacar una conclusión, porque así a primeras…

(G): Hombre, los clásicos son los clásicos, esos estarán siempre ahí. Cada vez somos más old school, eso es verdad. Pero creo que ‘Payola’ era más evidente, hacía más guiños a los sonidos setenteros como el de los primeros Sabbath,  a los ochenta… Era más claro. Quizá aquí no creo que suene tan añejo, pero tampoco te digo lo contrario. Cada uno percibe la música de una forma.

¿Se han resentido de alguna manera los cimientos musicales de la banda tras los últimos cambios de formación?

(G): No creo. El line-up ha cambiado, pero fíjate que este es el cuarto disco seguido con diferente formación. Si el siguiente disco lo hacemos los tres va a ser noticia, portada en algún lado (risas). Los últimos cuatro discos han sido con alineación diferente, sin embargo hay un hilo, nunca mejor dicho, que los une. Al final el principal compositor soy yo, nos gusta innovar pero sigue estando ahí el sello de Berri Txarrak y en eso sí que coincide todo el mundo. Es es mayor de los piropos que te pueden decir, porque eso significa que el grupo tiene personalidad. De hecho, este disco yo creo que es Berri Txarrak pasado por el tamiz de Ross Robinson. Al final no importa tanto el productor, sino que acaba siendo un disco de Berri Txarrak, más que un disco de Ross es un disco de Berri.

Hablábamos antes de las influencias old school de los últimos trabajos, pero aún hay mucha gente que asocia vuestro nombre, quizá por emplear el euskera, eminentemente al punk y al hardcore. ¿Con que otros estilos y otras bandas os identificáis?

(D): Es una pregunta muy oceánica, como diría aquel.  Yo personalmente me asocio con la música en general. Personalmente, tengo influencias indirectas, porque no soy consciente de aportarlas luego. Mis únicas influencias son Galder y Gorka, cuando me junto con ellos y tocamos. Está claro que a lo largo de tu vida te influyen un montón de cosas, pero no solo musicales.

(G): Yo concibo Berri como un grupo de rock. No como estilo, sino como una actitud ante la vida, como una filosofía de vida; y dentro de eso, es rock con amplitud de miras. Estilísticamente luego ahí caben un montón de sensaciones. Nuestro único objetivo es hacer buenas canciones y transmitir sentimientos, ya sea de rabia, de mala hostia, de tristeza… o de lo que sea. Entonces, ahí cabe desde el metal extremo hasta el pop. Todo lo que abarca eso, siempre que tenga una actitud de rock.

Hablando de esta diversidad de estilos, uno de los temas que más me han llamado la atención es “Lepokoak”, con ese inusitado riff metalero.

(G): A nosotros nos encanta, la verdad. Es una canción bastante completa y, de hecho, probablemente antes de ir al estudio era de las que más nos gustaban. Siempre que venía alguien al local era la que enseñábamos. Luego en el estudio quizá otras canciones de las que no esperabas tanto han crecido más o lo que sea, pero sí, es una de las más metaleras, sobre todo el comienzo es muy potente.  Para el directo va a ser una buena canción.

(D): Sí, es un tema que el músico disfruta tocando.

¿Habéis buscado mucho la experimentación en este nuevo redondo, más que en otros álbumes de Berri Txarrak?

(G): Sí, sí. Y hay un culpable, que es Ross. Quizá su mayor aportación ha sido esa, primero venerar la música hasta tal punto de convencerte de que tu música es muy importante, no tu música de cara al mundo, sino el poder de la música y el que tienes tú como músico para expresar cosas y cambiar lo que crees.

(D): En el local mismo creo que nosotros hemos experimentado también. A nivel de composición hemos intentado jugar con los contrastes de las melodías “ñoñas” de pop con la caña y ver qué pasaba, si era horrible del todo o realmente había un halo de luz que te hacia tirar por ahí y te gustaba. Solo que luego se ha matizado mucho con Ross, que nos ha hecho experimentar a otros niveles de sonido, de actitud.

(G): Nos hacía improvisar mucho, sobre todo en arreglos. Una vez que estaba un poco la base, era como “a ver, aquí algo agudo y aquí algo grave”.

(D): Él yo creo que visualizaba un poco los temas, lo que le transmitían y cómo los amueblaba en su cabeza, y luego lo intentaba transmitir mediante nosotros tres.

Quizá el hecho de que las canciones sean, como comentábamos, menos accesibles y más complejas estructuralmente también conlleva cierto grado de experimentación a nivel compositivo, ¿no?

(G): Sí, de estructuras o de no asustarte demasiado si tienes media canción que has empezado con mucha caña y luego lo que te sugiere ese mismo tema es ir al polo opuesto. Vas abriendo puertas en las que normalmente no te atreves a entrar y esta vez hemos experimentado en ese sentido, en a ver qué pasa si entro por esta puerta. La sorpresa ha sido grada. Cuando oyes el disco no te entra a la primera precisamente por eso, porque hay muchísimos matices y muchísimas idas y venidas de intensidades que no son muy fáciles de asimilar a la primera. Eso para mí hace que el disco sea mucho más enriquecedor.

(D): Por matizar, personalmente pienso que no es que no te entre a la primera, pero sí creo que pasan muchas cosas tanto sónicamente como estructuralmente en las canciones. Entonces, sí creo que es algo de escuchar una vez y que necesitas volver a escuchar una segunda vez para ver qué ha pasado, porque han pasado muchas cosas, e ir digiriendo poco a poco.

No es un disco sencillo, aunque técnicamente no sea un alegato al virtuosismo, ¿verdad?

(G): No es un disco sencillo sobre todo para oírlo de principio a fin. Probablemente a los chavales de quince años que hoy en día  no escuchan los discos seguidos les vaya gustando más, porque irán exprimiéndolo canción por canción. Estarán tres semanas solo con una canción y luego así (risas).

¿Qué nos podéis contar acerca de la colaboración de Matt Sharp (ex Weezer)?

(G): Nada, surgió allí. Teníamos relación, yo había cantado en su disco anterior, de The Rentals. El tío vive en Los Ángeles, entonces al ir a grabar allí le dimos el toque. Nos invitó a una fiesta y ahí surgió.

(D): Surgió primero la fiesta antes que la colaboración (risas).

(G): La primera semana que fuimos la verdad es que no había mucho trabajo, nos invitó Matt Sharp a una fiesta que tenía en su casa y ahí nos dijo que se quería pasar por el estudio y que si queríamos se prestaba a cantar. Decidimos la canción ahí mismo.

Según las listas de ventas, sois la banda más exitosa cantando en euskera, pues el ‘Payola’ entro directamente al séptimo puesto de la lista de ventas nacional. ¿Os consideráis el grupo más exitoso cantando en lengua vasca?

(G): Yo siempre digo que en esa lista somos un poco como un polizón (risas). A mí se me hace raro vernos al lado de Rihanna (risas).  Pero bueno, no deja de tener su valor, obviamente tenemos mil veces menos promoción que todas las bandas que aparecen ahí y estar ahí significa que tenemos un público fiel y que la gente está al loro de lo que estamos haciendo. Eso es un gran premio. Más que estar en el puesto siete o estar en el top-100, está bien por lo que significa, que es que la gente después de tantos años y tantos álbumes sigue estando ahí en una época en la que no se venden discos.

¿Cómo serán los conciertos de la gira que sucederá a este nuevo trabajo? ¿Tendrá mucho peso en los repertorios?

(D): En los primeros conciertos supongo que sí.

(G): Somos un poco egoístas en ese sentido, no hacemos demasiadas concesiones. A la hora de hacer las listas digo. Seguramente tocaremos bastante de este disco porque seguramente será lo que más nos apetezca. Ahora tenemos dos meses o así para preparar los directos y será en febrero cuando empecemos. La verdad es que estamos con ganas. Encima va a ser un poco experimento, porque normalmente sacamos el disco y ya empezamos la gira. Esta vez tenemos tiempo y tenemos que hacerlo bien, porque la gente ya se sabrá el disco para entonces y es un plus de presión (risas).

Me imagino que habrá pocas novedades con lo que acostumbra un concierto de Berri Txarrak, con la misma intensidad, crudeza y sobriedad,  sin escenografías recargadas…

(D): Todo eso está por ver. Lo que está claro es que estaremos los tres encima del escenario dándolo todo como hemos hecho siempre.

(G): No somos muy de pirotecnias pero bueno, siempre está bien dar un buen show.

(D): Intentaremos aportar alguna cosita nueva, pero de momento está todo por ver.

Dado el contexto actual y la cercanía de las últimas elecciones, ¿Vosotros, que en las letras a lo largo de vuestra discografía os habéis involucrado en asuntos sociales y políticos, cómo apreciáis hoy en día la situación en Euskal Herria y en el conjunto del Estado español tras el 20-N?

(G): En Euskal Herria se abre una nueva época bastante esperanzadora. Creo que han llegado buenas noticias, habrá que ver ahora. Así como muchos creen que es el final de algo, creemos que es el comienzo de algo. Se abre un abanico de oportunidades que hay que saber gestionarlo bien y hace falta valor también y, de verdad, ganas de solucionar el conflicto que hay en Euskal Herria.  Creo que son épocas, así como la del ‘Payola’ era una época oscurísima, ahora se respira mejor ambiente.

(D): Este disco creo que también en un modo es más optimista y más esperanzador. Realmente está hecho “antes de”, pero creo que está en sintonía con los nuevos tiempos. Hay bastante optimismo y esperanza, y en Euskal Herria es lo mismo que pasará aquí (Ndr: en Madrid), o sea, lo que pueda pasar en Euskal Herria tiene que repercutir en España también. Entonces, al final la cuestión es que haya democracia en Madrid y haya democracia en Bilbao.

Es una gozada que hoy en día podáis tocar en la FNAC de Castellana o que hayáis podido actuar en Televisión Española y, en definitiva, que hayáis podido realizar conciertos libremente con buena concurrencia. Muchos recuerdan que hace unos años tocasteis con un pseudónimo, “JMH Trío”.

(G): Aquello se ha relacionado bastante con la censura, pero era el primer concierto de David  y fue un poco un juego.

(D): No quiere decir que no la haya habido, pero justo en ese caso concreto que siempre nos lo recalcan no fue por eso.

(G): Berri nunca ha tocado de estrangis por la censura, de hecho nuestra actitud ante eso ha sido ir a tocar y si nos prohíben, pues lo prohíben, pero no escondernos.

(D): Aquello fue un juego porque no nos aguantábamos, queríamos hacer un concierto tanto yo como hechos y decidimos ir a una sala con otro nombre.

(G): En cuanto a la censura, hubo una época con la mayoría absoluta del PP que fue muy oscura. Fue cuando todo lo de S.A. y a nosotros nos salpicó también. Era parte de una censura más extendida sobre cualquier ideología que no fuera del agrado del poder. Ahora parece que ha bajado algo, sigue habiendo casos sueltos y soy de la opinión de que mientras haya un solo capítulo de censura sigue siendo igual de grave. Tenemos esperanzas pero no sé, nunca se sabe.

Para finalizar y volviendo a la música, ¿qué virtudes musicales le son, en vuestra opinión, inherentes a Berri Txarrak?

(D): Yo creo que las canciones, el saber hacer canciones. Probablemente muy pocas veces ha grabado Berri Txarrak un disco que no tenga como base primordial el que haya canciones de verdad. Para mí, la falta de prejuicios de cara a enfrentarte a una trayectoria o a un estilo, de cara a tomar decisiones, de cara a escribir canciones y a hacer un montón de cosas. El despojo de un montón de prejuicios que muchos tenemos, esa es una gran virtud para mí.

(G): Yo estoy de acuerdo, lo dicho sobre las canciones es lo más importante. Una de las luchas de Berri es contra los prejuicios estilísticos que pueda tener la gente, por ejemplo de mezclar géneros incluso en una misma canción como ocurre en este disco, que puede haber una confluencia, por ejemplo, del metal extremo con el pop más preciosista y que tenga cabida en tu repertorio. Diría que Berri es un grupo valiente a ese nivel.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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