Y es que la policía holandesa actuó a tiempo y canceló a última hora un concierto en la sala Maassilo de Roterdam, donde iba a tocar el grupo californiano Allah-Las. El soplo fue de la Guardia Civil española y permitió detener a un ciudadano de pasaporte español que conducía ebrio una furgoneta cargada de bombonas de gas. Aunque en un principio se descartó el móvil terrorista, la detención de una segunda persona de 22 años ha vuelto a levantar la alarma.
Por si había alguna duda sobre el carácter del grupo, el diario El País recoge unas declaraciones de la banda en la que aclaran que "lo usamos porque suena sagrado, nada más".
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