Sale a la luz el emotivo prólogo de la novela gráfica acerca de Lemmy (Motörhead) escrito de puño y letra por Dave Grohl (Foo Fighters)
28 marzo, 2024 1:22 pm 1 ComentarioLos homenajes a la siempre añorada figura de Lemmy Kilmister se siguen produciendo. Si hace escasos días sabíamos que Motörhead celebrará su 50º aniversario con un libro de historias gráficas en el que Lars Ulrich (Metallica), Ozzy Osbourne y muchos más reflejarán sus encuentros con el desaparecido músico, ya ha salido a la luz el emotivo prólogo de esta obra escrito de puño y letra por Dave Grohl (Foo Fighters).
A través de Loudwire conocemos el contenido exacto que introducirá a los lectores de un plumazo en la novela gráfica ‘No Remorse: The Illustrated True Stories of Lemmy Kilmister and Motörhead’. Casi todos los que tuvieron el privilegio de conocer a Lemmy tienen una historia sobre este forajido del rock and roll que siempre pareció más mito que hombre. Pero esas historias son ciertas, como atestigua el título de la novela gráfica, y eso es lo que le convirtió en una leyenda indiscutible. No olvidemos que estamos hablando del mismo hombre cuyas cenizas fueron encerradas en balas y repartidas entre sus mejores amigos.
En el prólogo, Grohl contextualiza la personalidad del líder de Motörhead mejor que nadie. El icono de Foo Fighters y Nirvana era uno de sus mejores amigos y el fallecido astro se convirtió en una influencia a lo largo de toda la carrera de Grohl. Esa influencia y relación han quedado inmortalizadas en un tatuaje conmemorativo en el antebrazo izquierdo de Grohl.
Así arrancaba el prólogo: ““Somos Motörhead y tocamos rock n’ roll”. Esta sencilla declaración, pronunciada con el inconfundible gruñido de Lemmy Kilmister a unos estremecedores 130 decibelios (el mismo volumen que un avión despegando o un disparo a quemarropa) sirvió de simple, pero apropiada introducción al ritmo nuclear, boogie-woogie y speed freak de las innumerables y legendarias actuaciones en directo de Motörhead. De pie en el escenario con un bajo Rickenbacker colgado alrededor de su cuerpo de forajido como un soldado de la Segunda Guerra Mundial con una ametralladora MG-42 al hombro, Lemmy esculpía una figura aterradora, aunque bellamente icónica. Un apocalíptico Cristo cowboy de whisky. Y no bromeaba, joder. A los pocos segundos de esta amenazante proclamación, la banda se lanzaba a un implacable y estremecedor repertorio de exactamente eso: Rock and Roll. Un baño de sonido virtual desde el infierno.
A lo largo de los años, muchos han clasificado el sonido de Motörhead como hard rock. Otros lo han llamado heavy metal. Algunos incluso se han atrevido a etiquetarlo de punk rock. Llámalo como quieras, pero la verdad es que las raíces de Motörhead siempre estuvieron profundamente arraigadas en el swing y la fanfarronería de los arquitectos originales del rock and roll.
Los gritos desgarradores de Little Richard, la eterna frescura de los Everly Brothers y el impecable ritmo de los Beatles (una banda a la que Lemmy vio actuar en el Cavern Club de Liverpool a la tierna edad de 16 años), se pueden encontrar entre los surcos de cualquier álbum de Motörhead. Escucha canciones como “No Class”, “I'll Be Your Sister” o “Bomber” y, sin duda, oirás las notas y los ritmos de leyendas pasadas que configuraron el inagotable amor por el rock n’ roll de este hombre, aunque a una velocidad de romperte el cuello (intento un juego de palabras).
A los rockeros les encantaban. Los headbangers les adoraban. A los punks les encantaban. Y todos ellos pueden discutir y debatir los orígenes de la monstruosa maestría musical de Motörhead hasta que se les caigan las chaquetas de cuero, pero al final el corazón de todas las cosas de Motörhead no fue el trabajo de otros. Fue el trabajo de un hombre: Lemmy.
“Si nos mudáramos al lado de tu casa, tu césped se moriría...”, dijo una vez. ¿Se refería al volumen que solo él y su alegre banda de hooligans eran capaces de conjurar? ¿A las cantidades de productos químicos que solo ellos podían consumir? ¿Las legiones de fans acérrimos que sin duda acudirían en masa a la humilde morada de su amo como una especie de meca obligatoria de Motörhead acribillando todo a su paso?
Nunca lo sabremos, pero está claro que bajo la oscura y siniestra personalidad de Lemmy se escondía un hombre perversamente brillante, apasionado y escandalosamente divertido. Con un cigarrillo Marlboro en una mano y un Jack con Coca-Cola en la otra, Lemmy podía salir airoso de cualquier situación. Era un mensajero, un vidente, un villano, un lobo, un guardián, un ángel. Pero para la mayoría, Lemmy era un héroe, y su influencia es inconmensurable para siempre.
Todos recibimos un regalo aquel 24 de diciembre de 1945. Un Capricornio nació en algún lugar de West Midlands de Reino Unido y vivió para convertirse en rey. ¿Su corona? Un maltrecho sombrero negro bajo su mirada de francotirador. ¿Su reino? El rock and roll. ¿Su ejército? Tú y yo.
Larga vida al rey.
Dave Grohl
19-1-24”.
Puedes hacerte con la novela gráfica sobre Lemmy en este enlace.
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1 comentario
Gran gesto por parte de Dave Grohl hacia esta novela hacia la figura de uno de los músicos más grandes de la historia del Rock como era el mitico Lemmy Kilmister.