La historia del rock tiene a Guns N’ Roses y su formación clásica como uno de los grandes ejemplos de banda icónica y definitiva, con todos los elementos para alcanzar el estatus de leyenda que actualmente ostentan del primero al último de sus miembros. Pero todo pudo haber sido diferente si la discográfica con la que empezaron a trabajar hubiera cumplido la amenaza de despedir al grupo antes de lanzar el enorme éxito que fue ‘Appetite for Destruction’. "Eran unos demonios, nadie quería trabajar con ellos”, asegura su antiguo mánager Alan Niven.
La participación de Niven en el podcast "Appetite for Distortion” ha abierto esta página de la historia en la que su aparición en escena fue clave para hacerse con el timón de ese navío que iba a convertir en un transatlántico del rock: "Eran un puñado de tarados a los que Geffen quería echar. Eddie Rosenblatt (antiguo jefe de Geffen) quería deshacerse del grupo antes de que se grabara ‘Appetite’. Cuando me incorporé y firmé un contrato con ellos, parece ser que Rosenblatt le dijo a Tom Zutaut (exejecutivo de Geffen) que me iba a dar tres meses para darle la vuelta y hacer que pareciera algo productivo, o de lo contrario la banda se iba”.
La misión no solo parecía imposible, sino que nadie más quiso aceptarla: "Tom no me lo dijo hasta años después. Pero cuando llegué a bordo, en lo que respecta a Geffen, si no lo hacía parecer productivo en tres meses, iban a ser despedidos. Eran unos demonios. Nadie quería trabajar con ellos. ¿Por qué los representaba yo? Porque todos los demás decían que no. Nadie quería hacerlo”.
Niven confiesa que él también fue reticente antes de encontrar el hilo del que podría tirar: “Yo no quería hacerlo al principio, tampoco. La seducción, para mí, fue en realidad Slash, cuando me di cuenta: “Oh, él es realmente inteligente y fascinante. Ahí hay algo”. Ahí es donde empecé a ser absorbido”.
Su papel estaba claro para mantener el rumbo y el resultado no pudo ser mejor: “Yo era una figura de autoridad para todos ellos. Agotaron todos sus adelantos. Eran un completo desastre. La discográfica quería deshacerse de ellos. Y ahí es donde yo entré por la puerta. Cuando salí por esa puerta, acababan de conseguir llenar el estadio de Wembley. Creo que hice mi trabajo. Creo que hice mi trabajo bien, y la forma en que lo hice fue la forma en que tenía que hacerlo para obtener los resultados”.
Este 2025 volveremos a recibir en nuestro país a Guns N' Roses con el potente concierto que se espera el próximo 9 de junio en Barcelona con Rival Sons completando el rockero cartel en el Estadi Olímpic (entradas aquí).
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Un comentario
Es lo que pasa con las multis apestosas que no tienen ni puta idea de Rock mientras lo único que le interesan es la ventas tanto de los álbumes de los historicos GUNS AND ROSES como de otras grandes bandas rockeras.