Crónica de M Clan: Rock adulto
29 diciembre, 2016 12:10 pm 1 ComentarioWiZink Center, Madrid
Dentro del marco de ese interesante invento que han llamado Festival Cultura Rock, y que se compone de dos veladas en los últimos estertores del 2016 que se nos va, juntos pero no revueltos se presentaban en la capital por un lado Quique González, que lo hará en la segunda celebración, y en la apertura del tinglado, la noche de los inocentes, los murcianos M Clan en su regreso a Madrid. No es habitual entrar en el Palacio de Deportes para vivir una descarga musical en vivo y encontrarte con la pista plagada de sillas con sus correspondientes asientos numerados, mas curiosamente terminó siendo epígrafe de lo que allí iba a suceder: un concierto elegante, sobrio, calmado, reposado y bien facturado.
Apenas diez minutos de las 21:30h caen las luces y los anfitriones del hecho toman con sosiego posiciones para iniciar con “Grupos americanos”, una propuesta de su reciente ‘Delta’, placa a la que recurrirán en numerosas ocasiones a lo largo de la noche y que echó raíces allende los mares en los sonidos más enraizados del country y el folk de aquellas tierras.
“La esperanza” continúa la senda serena, y a su fin Tarque se dirige al respetable para saludar de forma rápida y concisa, momento que aprovecho para dar una pasada al entramado visual que se proponía sobre las tablas, y que sin ser la quintaesencia de los preparados escénicos, quedaba realmente resultón. Hablamos de un telón que caía en forma de sábana desde la parte frontal hasta el fondo en el que se proyectarían algunas imágenes, y sobre todo diferentes y cálidas tonalidades para adecuar un tema tras otro. Alfombras por el suelo, focos rollo estudio fotográfico y 7 músicos vestidos de gala para tal coyuntura.
La trayectoria continuaría su paso firme con “Caminos secundarios” y miraría a sus orígenes discográficos con el sublime “Perdido en la ciudad”. “Viaje hacia el sur”, “Roto por dentro”, la abrumadora melodía de “Souvenir”, la cadencia de “Basta de blues” en la que Ruipérez aparca la acústica y se cuelga la Telecaster (cosa que hará pocas veces), y la retrospectiva “Dando vueltas” cierran un primer bloque donde el público, que por cierto, ya estaba levantado de sus butacas aunque sin moverse más allá de un metro cuadrado de su lugar, se mantuvo expectante, ilusionado y cantarín.
Cae ahora su primer gran bombazo comercial, el lejano cover de la Steve Miller Band “Llamando a la Tierra”, que sigue emocionando como si estuviéramos 17 años atrás. Momento íntimo en el que se sientan todos, los de arriba y los de abajo, para, en un ambiente acústico (más aún), cálido e intimista, interpretar “Polvo de estrellas”, “California” y “Delta”.
Afrontamos el largo tramo final de nuevo con las guitarras enchufadas y nos topamos con “Whiskey on the rocks”, la icónica “Maggie despierta” que inventó Rod Stewart y que se lleva a Carlos de paseo por la pista para repartir besos y abrazos entre la fanaticada, “El viaje”, la corpulenta “Calle sin luz”, que se agradece, y volver a bajar el pistón con “Para no ver el final” y “Todo lo joven muere hoy”. Las últimas dos flechas se las guardan bien, y las sueltan a ritmos altos: “Las calles están ardiendo”, que sirve de reivindicación personal por parte del cantante, y “Pasos de equilibrista”.
Para los bises nos tienen preparadas “Noche de desolación”, innecesaria a estas alturas de concierto pero que sirve para alargar el último apartado minimalista del festejo al fundirla con “Miedo”, la imperecedera “Quédate a dormir” e irse de verdad con “Concierto salvaje”. Dos horas y veinte minutos que dieron mucho de sí, pero siempre dentro de un repertorio que en ningún momento se desmarca de la línea que vienen subrayando durante los últimos años.
Sé que de los M-Clan que compartieron tablas en el Monstruos del Rock de Akí del ’97 con Reincidentes, Def Con Dos y Extremoduro queda poco más que el nombre, mas creo que no le sentaría nada mal a su cancionero interpretativo colar alguna que otra joyita excelsa de esas que tienen por ahí guardadas. ¿Qué tal “Deja que lo muerda” o “Maxi ha vuelto”? El caso es que los allí congregados (lejos del lleno pero una entrada más que aceptable) se fueron convencidos de lo que habían visto y oído. Rock adulto, del que entra y dice cosas; del que gusta a mucha gente…rock, que al fin y al cabo, es de lo que se trata, ¿no?
Texto: Javier Pérez
Fotos: Sandro Santos
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