Crítica de Dream Theater: The Astonishing

1 febrero, 2016 5:07 pm Publicado por  4 Comentarios

portada-dream-theater-the-astonishingRoadrunner Records
8,5/10

Decimotercero trabajo de la banda, sin contar obviamente EPs, recopilaciones y sus innumerables álbumes en vivo. Un nuevo disco conceptual, como ya lo fue en su momento el lejano 'Metropolis pt.2: Scenes From A Memory' y también el álbum más ambicioso y extenso del combo americano desde el también doble (en formato CD) 'Six Degrees Of Inner Turbulence'. Ellos son así y se quedan tan anchos; más de 130 minutos y ni más ni menos que 34 pistas (algunas solo introducciones) que posiblemente se le atraganten a los menos seguidores, si bien entre los más forofos los seguirán amando una vez más. Aún así, casi todos los temas tienen una duración bastante estándar para lo que son los cánones compositivos del grupo; una selección mucho más digerible y ágil de lo que imaginas, aunque no es recomendable escucharte las dos partes de un tirón.

La historia en sí es bastante original, o al menos, interesante. El líder y guitarrista Petrucci la concibió como si estuviera trabajando en una película, libro o videojuego, creando una serie de ocho personajes principales en un mundo futurista apocalíptico donde destacan dos bandos principales, “El Gran Imperio del Norte” y “La Milicia Rebelde Ravenskill”. Ahora que el universo Star Wars vuelve a estar tan candente, es sin duda un buen leitmotiv para enganchar a un público ávido de aventuras similares.

Aunque puede ser tomado como una ópera rock, a diferencia de otros proyectos como Avantasia o Ayreon, aquí se encarga el vocalista James LaBrie de dar vida tanto al narrador de la historia como a los diferentes personajes, por cierto, bordándolo una vez más (no hay que olvidar que ya entró en la cincuentena hace unos años y aunque siempre se pierde fuelle vocal, sigue manteniendo el tipo). Igualmente se luce el resto de la banda y el ya no tan nuevo batería Mike Mangini, que con este tercer trabajo se consagra como el sustituto perfecto de su requemado tocayo Portnoy.

Pero vayamos a lo que en realidad importa, las composiciones. Las hay para todos los gustos, aunque impera el tono melancólico y baladístico de la banda, más explotado que nunca en este presente trabajo. La primera parte del disco se inicia con la intro apocalíptica “Descent Of The Nomacs”, que da paso al primer tema musical del disco "Dystopian Overture", que te deja descolocado por ser enteramente instrumental”. Un track ambicioso y variado, casi de película, con casi cinco minutos que incluyen las consabidas orquestaciones, tempos, jams y habituales toques progresivos marca de la casa, incluyendo algunos pasajes que me han recordado a los Kansas más setenteros. Le sigue el que se lanzó como primer single de adelanto del disco, “The Gift Of Music”, un tema mucho más digerible con una parte que narra la historia y otra que presenta al primer personaje, Arhys, jefe de los rebeldes. En la corta pero bella pieza lenta de menos de dos minutos, “The Answer”, se introduce a Gabriel, hermano del anterior y el elegido para luchar contra el imperio del emperador Nafaryus. Le sigue el medio tiempo “A Better Life”, otro buen tema que queda algo eclipsado por el siguiente, donde los “malos” entran en el juego y LaBrie encarna al mencionado villano que da título a la pieza, “Lord Nafaryus”. Es un corte musicalmente con aires más maléficos, incluso con algún toque de tango (muy sutil, no sufras), que te va metiendo en el universo narrativo de la historia.

El encuentro de ambos bandos se narra en la siguiente, “A Saviour In The Square”, nuevamente con esencia de musical (sonido muy presente en todo el trabajo), que enlaza sin parón con el enésimo medio tiempo “When Your Time Has Come”. Aquí aparece la hija del emperador, Faythe y no cuento más, porque no es cuestión de spoilear la historia. Por cierto, no hubiese estado mal alguna voz femenina para ella, aunque fuera a dueto con LaBrie, pero eso ya es apreciación personal.

En “Act Of Faythe”, con la citada protagonista, tenemos uno de los temas más orquestales y emotivos del relato, una sentida balada que te retrotraerá a las grandes piezas del pasado de la banda. En “Three Days”, con un principio que me recuerda a la B .S.O. de Hellraiser, vuelve la esencia maléfica de la banda (y de la historia, con carcajadas de malo incluidas), y es que a veces uno se imagina a una especie de Darth Vader mezclado con Scar del Rey León en el personaje de Nafaryus; escúchala y me entenderás. “The Hovering Soujourn” es solo una instrumental de marcha militar que introduce a la siguiente, “Brother Can You Hear Me?”, de esencia victoriosa y épica, que mantiene el tempo y ciertos pasajes de esa intro. Con “A Life Left Behind”, de inicio más progresivo y sinfónico, llega una de las composiciones más destacables del disco, con una melodía diez, a pesar de que su principio despista y vuelve a ser un tema de tempo ralentizado. “Ravenskill”, el tema que da título al ejército rebelde, es lento en su primera parte y algo más duro en la segunda, mientras que la siguiente, “Chosen”, sí es otra balada en toda regla, muy bonita y épica pero que quizás empieza a cargar ante la poca variedad de la obra.

“A Tempting Offer”, líricamente liderado por el hermano malo de la protagonista, se encarga de romper esa linealidad, aunque tampoco te esperes excesiva aceleración. La tétrica intro “Digital Discord” introduce “The X Aspect”, un tema con sonido de gaitas en su intervalo final, para volver a la progresión con el tema más largo del disco (y esta vez se han contenido, “solo” 7.40 minutos), “A New Beginning”. Aquí si se reconocen los pasajes drimzeateros que tanto nos gustan y disfrutamos de un Mangini que deja de aburrirse. Una canción de la que me quedo con el solo final de guitarra de John Petrucci, pese a ese fade off final que lo desluce. “The Road To Revolution”, con su coral de apoyo, cierra esta primera parte, de temas demasiados pausados, pese a que ganan con las escuchas.

“2285 Entr’acte” es la ampulosa intro de dos minutos que se encarga de abrir el segundo volumen, que mejora bastante el nivel global de la obra. “Moment Of Betrayal” es mi favorita y la más destacada de toda la obra, con un estribillo que por fin no se diluye entre tantos pasajes, tempos y jams que, aunque enriquecen al disco en determinados momentos, pueden llegar a saturar sin momentos más estándars y brillantes, como el que nos ocupa. El inicio de “Heaven’s Cove” vuelve a recuperar a los mejores Dream Theater con una melodía final que incluso tiene sutiles pasajes a lo James Bond, mientras que “Begin Again” es una pieza acústica preciosista de mensaje esperanzador que sigue acrecentando el lado más lírico de la banda. “The Path That Divides”, nuevamente, es un corte destacado con pasajes progresivos que narra otro enfrentamiento crucial entre dos de los protagonistas de sendos bandos.

“Machine Chatter” es otra de las intros prescindibles que introduce a “The Walking Shadow”, con un momento muy intenso donde los teclados de Jordan Rudess, muy relevantes en todo el trabajo, introducen a “My Last Farewell”, cuya esencia de ópera rock prevalece en su esqueleto. La pieza más triste del disco, líricamente hablando, es la siguiente, “Losing Faythe”, muy conmovedora y sentida. De esencia similar aunque mucho más corta es la preciosista “Whispers On The Wind”. “Hymn Of A Thousand Voices” se nos presenta con ciertos momentos folk, que ratifican que el trabajo es excesivamente parsimonioso para aquellos que busquen a los Dream Theater más cañeros; momentos que los seguidores encontrarán con cuentagotas en esta entrega.

“Our New World” podría ser el momento hardrockero melódico del disco tal y como en el anterior lo fue el single “The Looking Glass”; otro de los temas más pegadizos que pueden promocionar el trabajo de cara a las radiofórmulas. Llegamos al final de una obra tanto excelsa como excesiva con la corta intro “Power Down” (sin tanta morralla el disco hubiera ganado muchos enteros) y que introduce a la composición que se encarga de finiquitar y dar a su vez título a la obra, “Astonishing”, otra epopeya representativa del sonido general del doble CD, muy orquestal, ambiental y baladística.

A destacar las numerosas ediciones deluxe que se han editado, como sigue siendo habitual en los siempre cuidados lanzamientos del grupo, así como el libreto del álbum, muy trabajado y con todos los personajes detallados e incluso con dibujos y planos del mundo ideado por Petrucci; ahí podrás comprobar, por ejemplo, como Nafaryus tiene un look similar al del último Sean Connery.

Un álbum que hace honor a su título y resultará asombroso para muchos y empalagoso para otros tantos. Personalmente me gustó mucho más su anterior entrega de título homónimo, menos rebuscada y directa, si bien no se puede negar que ésta vuelve a incluir buenos temazos y aunque arriesgada, se agradece cierta valentía en su temática. Ya es tu decisión si decides embarcarte en este teatro de los sueños del prolífico y continuado talento de uno de los iconos actuales del rock; una formación que ya ha tomado el relevo de los más grandes.

Andrés Brotons

Redacción
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4 comentarios

  • Sergio dice:

    Es un disco aburrido.Petrucci durmió como el mejor. Quisieron hacer algo diferente pero el público de esta banda esperó un poco más de adrenalina. No me imagino en tocandolo en vivo. Habrá que llevarse una reposera para dormir. A los muchachos de la banda Pongan Huevo! Y saquen un próximo disco mejor. Si La brie ya no puede mas. Consigan una voz que no mariconee tanto
    Saludos Sergio

  • Dani dice:

    Es muy malo esté disco si querian haber hecho orquestra que estudien a bethoven etc y si quieren que tarden 1 año mas en hacer el disco pero han hecho un disco que parece musica de teleserie barata.

  • Oswaldo Alvarez Ipsofacto dice:

    LA INTRO ME RECUERDA MAS A BOSTON, PERO TAMBIEN DEMASIADO DE PINK FLOID Y YES, ALGO DE TANGERINE DREAM Y GENESIS, DE LUJO. LA TEMATICA A LO BOSTON, FUTURISTA Y HUMANISTA...

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