Crónica del Z! Live Rock Fest: ¡A por la tercera!
5 julio, 2017 7:08 pm 1 ComentarioAuditorio “Ruta de la Plata”, Zamora
Hay una larga cola en el recinto mientras dentro están ultimando los preparativos. Un recinto impoluto y muy espacioso espera a la gente que sigue fuera impaciente de degustar la propuesta completa tras haberla probado la velada anterior en la Plaza de la Catedral de Zamora gracias a grupos como Saratoga, Revolution Within o Ciconia, entre otros.
El festival se está retrasando; un problema logístico del backline impide que el grupo local Escapada toque en el impresionante escenario montado para la ocasión. Hablando con el grupo, nos comentan que “esta situación es un fastidio, pero que le vamos a hacer, es un problema ajeno a la organización. Todo el staff lo está haciendo muy bien para intentar solucionar los problemas rápidamente”.
Finalmente, con una hora de retraso, comienza el esperado Z Live!
Kritter son los encargados de hacer sonar la primera nota en el recinto. Bajo un sol de justicia los asistentes responden estupendamente. La pintura que visten en cara y brazos, su despliegue sobre el escenario y la potencia de su metal comienzan a provocar los primeros movimientos de cabeza. Para ser el primer grupo y actuar ante una discreta entrada, hacen vibrar el recinto. Tema tras tema, la gente se va animando; sorprenden mucho a los que ya los conocen, pero sobre todo a los que nunca lo habían visto y escuchado. Antes de su última canción, “We Die”, dan las gracias a toda la organización, dedican un saludo especial a sus compañeros de Escapada tras el problema sufrido y presentan a los siguientes: Quaoar, que comenzaban su show subiendo al escenario con mucha presencia, dos guitarras eléctricas, un bajo y una guitarra acústica. Los de Bilbao comienzan con “The River and the Soul”. Íñigo sorprende especialmente por su voz y su absoluta personalidad. El sonido es bueno y retumban los graves en nuestro pecho, que pudieron aguantar su embestida hasta el último “Man't”.
Les siguen Somas Cure. El sol pica en los hombros, pero no parece importarle a nadie. Los mostoleños se comen el mundo desde el comienzo gracias a su actitud y sonido cristalino. La potencia y la energía de “Aire” o “Ceniza” de su último disco ‘Éter’ se extienden a todo el concierto. Txema, su vocalista, se despide con un “Estoy asado, gracias por tanto calor”, refiriéndose al calor que les ha dado el público. Totalmente agradecidos, se bajan del escenario dando paso a In Mute. La banda valenciana es conocida por muchos a raíz de su victoria en 2014 para asistir al festival de Wacken; la pista cada vez está más animada y comienzan los primeros pogos. Steffi aparece sobre el escenario y cautiva a todo el mundo con su voz y estilismo. Durante su bolo, hacen gala de su calidad, metiéndose al respetable en el bolsillo gracias a temas como “Eternal” o “The Cage”. Se despiden mientras la gente corea “otra, otra”, pero el tiempo es muy justo. Si queréis ver un auténtico show, este es vuestro grupo.
Turno para los desvergonzados vigueses Aphonnic. Subieron al escenario con la misma fuerza que desprende su contundente metalcore. Lo personifica a la perfección el vocalista Chechu, quien no para de moverse, saltar y dar juego al público con su micrófono verde en mano. Tocaron canciones como “Osos color salmón”, “Mi capitán” u ”Honrada Avestruz”, coreadas desde el principio hasta el final. Su bajista y guitarrista no paran en ningún momento: puños en alto, instrumentos arriba, los pies sobre los monitores, saltos y bailes. ¡Memorables! Acabaron con su tema “Cíclopes” ante un aplauso atronador. Aphonnic es un grupo muy a tener en cuenta: gustaron y mucho. Su siguiente parada es el Resurrecction Fest de Viveiro (Lugo).
Angelus Apatrida son los siguientes en actuar tras un viaje fugaz a Zamora directos desde el Rock Fest de Barcelona. Fieles a su estilo, la contundencia y calidad de los de Albacete hacen disfrutar a todo el mundo. Mientras van desgranando su repertorio, inaugurado con “Inmortal” y seguido con “Wall of Death”, “Vomitive” o “Violent Dawn”, las luces y focos del escenario destacan mucho más por la llegada de la noche en Zamora. Aunque su último ‘Hidden Evolution’ fue el protagonista gracias a cortes como “End Man”, “First World of Terror” o “Serpents on Parade”, el final no podía ser otro que “You Are Next”, pista inaugural de ‘The Calm’. Guillermo “Polako” Izquierdo, cogiendo fuerzas, destacó que han disfrutado como niños, pese al cansancio y “resaca” tras su viaje de Barcelona. Dejaron paso a uno de los platos fuertes del festival.
Mientras se coloca la primera lona de fondo de escenario con el logotipo de Tierra Santa, el auditorio “Ruta de la Plata” se va llenando. Todos los asistentes están impacientes a que el espectáculo empiece. Cuando llegan, no decepcionan. Los riojanos cuentan con un sonido espectacular y desde el minuto cero el foso está totalmente entregado con ellos. Hay mucha gente que ha venido de otras ciudades para verlos, auténticos fans de ahora y de años atrás, que ven recompensada su entrega cuando llegan himnos atemporales como “Tierras de leyenda”, “Sangre de reyes”, “Apocalipsis”, “Indomable” o “La Leyenda del Holandés Errante”, antes de cerrar por todo lo alto con “Legendario” o la “La canción del pirata”, aquella rendición al poeta José de Espronceda.
Fue entonces cuando ocupó las tablas el cabeza del cartel. Stratovarius subió al escenario con el teclista Jens Johansson, el batería Rolf Pilve, el guitarra Matias Jupiainen (uno de los mejores del panorama europeo; interpretó a la perfección todos los solos y riffs) y el bajista Lauri Porra interpretando una intro que acabó desembocando en una espídica “Speed of Light” ya con Timo Kotipelto como maestro de ceremonias. En el escenario el juego de luces y sonido es espectacular; el público está totalmente entregado e integrado con los finlandeses, coreando una tras otra todas las canciones. Si “Paradise”, “Phoenix” o “My Eternal Dream” ya nos pusieron los pelos de punta, “Shine in the dark” o “Black Diamond” terminaron de poner todo patas arriba. Sin embargo, la locura vino con la traca final: “Forever”, “Inbreakable” y una “Hunting High and Low” que Timo se encargó de alargar haciendo que cantáramos con los puños en alto. Stratovarius se despide agradeciendo a Zamora y a la organización del evento todo el apoyo. Si tuviese que definir a Stratoviarus con una palabra, sería “alucinante”.
El siguiente grupo en tocar es Avalanch. Alberto Rionda, fundador y guitarrista de la banda, comienza por el final, tocando un solo de guitarra que resulta ser la canción popular minera por excelencia “Santa Bárbara bendita”.Avalanch, hace poco transformado con nuevos componentes (de hecho este era el segundo concierto con el nuevo teclista Manuel Ramil), comienza por todo lo alto; al público no le importa que sea tarde y no se disponen a aminorar la marcha, coreando junto a Isra Ramos al completo ‘El Ángel Caído’: “Hacia la luz”, “Tierra de nadie”, “El ángel caído”, “Xana”, “Levántate y anda”, “Alma en pena”, “Corazón negro”, “Delirios de grandeza” y “Las ruinas del Edén” (con sus respectivas intros).
El sonido está a la altura y la presencia del grupo en el escenario es especial; la larga trayectoria de cada uno de los nuevos componentes se nota. Isra los presenta a cada a uno al tiempo que estos demuestran su técnica, aunque nos volvemos locos con Mike Terrana: la espectacularidad de su batería y su dominio a la hora de tocarla es especial. Todo el mundo le silba y aplaude. También Magnus Rosen no solo destaca por su estilismo (unas botas con colores chillones, un bajo amarillo y una larga melena rubia), sino también por su habilidad interpretativa, consiguiendo el respeto de los allí presentes. Nos dicen adiós dando las gracias y saludando a todos los espectadores. Avalanch, un grupo con un nombre consolidado en nuestro país, no defrauda a nadie. Es necesario decir que, con su nueva formación, han dado un salto de calidad.
Ya es tarde en Zamora; el festival va con algo retraso, pero los más valientes y los seguidores incondicionales de Saurom vencen el sueño. Migue, el vocalista, sale del backstage muerto de frío, pero nos da ánimos antes del concierto: “Dicen que esta es la hora de los valientes… ¡Vamos a darle caña!”
Con el primer acorde de “Camino a las estrellas”, tocado a las 4:00 AM, el mundo parece reactivarse y todos saltamos y bailamos como si no hubiera mañana a la llegada de “Músico de calle” o “La posada del Poney Pisador”. No faltaron himnos como “La batalla de los cueros de vino”, “El círculo juglar” o “La leyenda de Gambrinus”. ¿La última? La imprescindible y festiva “La taberna”.
El final ha llegado y solo queda valorar muy positivamente el Z Live! En su segunda edición ya han conseguido que grupos internacionales vengan a Zamora y se sientan como en cualquier otro festival de mayor prestigio. Ahora solo queda avanzar y esforzarse para seguir creciendo. Esperamos la tercera edición, la cuarta, la quinta y muchas más.
Texto: Pablo Benítez
Fotos: José Ricardo Blanco
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