Crónica de Silenciados + La Desbandada: Velada de puro rock

18 abril, 2017 3:11 pm Publicado por Redacción – Deja tus comentarios

Sala Nazca, Madrid.

Con el sol haciéndose cada vez más fuerte en Madrid, entramos en esos meses en los que cuesta entrar a la oscuridad de una sala. Pero el esfuerzo merece la pena si es para ver a dos bandas cuyos últimos trabajos les han puesto en el punto de mira del rock nacional. Y había ganas de ver cómo los defienden en directo.

Ha pasado un año desde que La Desbandada publicó ‘Hoy venimos a morir’ y repetían en la capital después de visitarnos con Whisky Caravan en enero. Empezaban fuerte con “Cuerdas y alambre” y “Lo siento”, los primeros temas que abren sus dos trabajos de estudio. Durante toda la noche mezclarían las canciones incluidas en estos trabajos, sonando después “Regresar” y “Humo entre las manos”. La voz de Balta tomaría el protagonismo en el comienzo de “La vida que ayer dibujé”. Intenso durante toda la noche no se guardó ni un gramo de fuerza. Tampoco Pere, dibujando melodías con su guitarra. Aunque el sonido no fue lo mejor de la noche, lo exprimieron al máximo para regalarnos momentos más sentimentales como “Demasiado tarde” o cargados de entusiasmo como “Esta noche”. Todos ellos apoyados en el colchón rítmico que suponen Luis a la batería y José Luis al bajo.

En la parte final, Balta nos confesaría que, como toda la gira, “Hoy venimos a morir”. Dos temazos como “Hace tiempo” y “Buscando mi destino” completaban los bises. Aunque se guardaban dos cartas. Primero, poniéndonos a todos a cantar con “Hay poco Rock’n’Roll” de los Platero. En segundo, una sorpresa en forma de versión: el “Llegaste a mí” de Los Suaves, que han logrado hacer suya. Tremendo final.

Desde octubre de 2015, Silenciados han tenido tiempo de rodar su ‘Cultura irracional’. Tanto que algunos temas ya son himnos dentro del repertorio, como muchas de las canciones de su etapa como Silencio Absoluto. Pero no solo viven de sus temas; también de una actitud en directo que sienta cátedra. Habían empezado dándolo todo con “La conjura de los necios”, pero a la mitad se fue la luz. Lejos de echarse para atrás, Txinin comenzó a hablar con nosotros a viva voz y a picar a sus compañeros con atreverse a continuar la canción donde se habían quedado. Dicho y hecho, con todo solucionado seguirían como si nada hubiera pasado. Junto a Txinin, Joselito es el otro miembro de la anterior etapa. Y eso se nota, ya que junto a su bajo se mueve por el escenario como si fuera su casa. El pegadizo riff de “A trancas y barrancas” nos volvía a mostrar la gran labor de Txiki y Samuel a las guitarras. Este último sin parar de moverse todo lo que duró el concierto.

La anterior etapa está muy presente. Así sonaron del tirón la potente “Soy un bandido”, nos pusieron sentimentales con “A las noches le sobran los días”, se declararon pacíficos con “A puñetazos con los abrazos” o la batería de Tano nos contagió su ritmo en “Esta es mi historia”.

Txinin es un frontman cercano, cuyo acento le delata como una persona de Alicante, como bromeó, ya que es difícil ocultar su carácter del norte. Nos contó como su madre le decía que no se metiera en “Camisa de once varas”, antes de volver a su último disco con “Nunca más” y “Con el humo dibujando carreteras”. No querían bajarse del escenario, por eso solo se dieron la vuelta para que les coreásemos para los bises. Decidieron rescatar “Marihuana”. El cantante dijo que hacía mucho que se la pedía, evidenciando como su gusto a veces no concuerda con el de su gente. Atacaron con “A contracorriente”, que va camino de ser el nuevo himno, para terminar, como no, con “Sin parar”, culminada con el riff de “The Trooper” de Iron Maiden. Cierre perfecto para una velada de puro rock.

Texto y foto: Borja Díaz