40 años de ‘Heroes’ de David Bowie. El sonido que vino del frío: Diez datos que forjaron la épica
13 octubre, 2017 4:15 pm Deja tus comentariosDesintoxicarse de la cocaína y de la autodestrucción mudándose a Berlín quizás pueda parecer una contradicción en sí misma, más si cabe si añadimos como compañero de piso a un politoxicómano convencido en la época como Iggy Pop. Para rizar el rizo podríamos añadir que la urbe alemana era una de las grandes capitales europeas de la droga a finales de los setenta y su efervescente ambiente nocturno tampoco invitaba precisamente al recogimiento. Pero a pesar de todas las circunstancias adversas, Bowie consiguió facturar uno de los discos más experimentales de su carrera en su retiro germánico. Alfredo Villaescusa desmenuza diez claves fundamentales en torno a tan emblemático lanzamiento.
1. El espíritu del tiempo
La palabra alemana “zeitgeist” se utiliza para referirse a las creencias generales, cultura o clima intelectual que funcionan durante una determinada época. Unas características propias que abarcan una o varias generaciones posteriores y que a pesar de que los individuos posean edades diferentes, predomina una visión global con unos rasgos concretos que la diferencian de otros tiempos posteriores o venideros. Es lo que se conoce como el “espíritu del tiempo”.
Pues bien, el álbum ‘Heroes’ captó de lleno el ambiente dominante durante la Guerra Fría ya desde la elección del mismo lugar de grabación, el Hansa Tonstudio, situado en lo que por entonces era Berlín Occidental y a escasos metros del famoso muro que dividía a la ciudad. Cuentan incluso que los guardias soviéticos miraban en el interior del edificio con sus poderosos prismáticos y sabían de sobra que ahí dentro sus enemigos capitalistas grababan “música imperialista y decadente”.
El propio Bowie ya había cruzado el Checkpoint Charlie, el puesto de control, desde el sector británico en su Mercedes negro y en un alarde de provocación hasta llegó a fotografiarse con un abrigo de piel de oficial de la Gestapo nazi frente al Memorial de las Victimas del Fascismo en el boulevard Unter Den Linden. De hecho, el Meistersaal, o sala principal de los Hansa Studio, era un antiguo salón de baile que durante el Tercer Reich acogía fiestas de la jerarquía nazi. En los setenta lo ocupó Bowie, pero luego lo descubrirían artistas tan dispares como Depeche Mode, Nick Cave, Nina Hagen, REM o U2. La atmósfera puede tornarse decisiva.
2. Tú me das cremita y yo te doy cremita
Dado el carácter experimental de ‘Heroes’, la influencia de Kraftwerk en las piezas instrumentales era más que evidente, de hecho, “V-2 Schneider” hacía alusión al líder de los germanos Florian Schneider, una curiosa forma de devolver un favor, ya que el Duque Blanco ya había sido mencionado anteriormente junto a Iggy Pop en el tema “Trans-Europe Express” de Kraftwerk. Lo cierto es que la relación entre los músicos se inició cuando Ralf Hütter y Florian Schneider se encontraron en Kling Klang Studio con Pop y Bowie y la sintonía fue tal que se habló incluso de una colaboración que nunca se llegó a materializar. Hasta se propuso a Kraftwerk acompañar al camaleón del rock durante la gira de ‘Station To Station’, pero estos la rechazaron. ¿Sobredosis de orgullo teutón?
Ese no sería el único guiño al krautrock presente en ‘Heroes’, el mismo título del álbum sería una derivación de la canción “Hero” de los también germanos Neu! incluida en su álbum ‘Neu! ‘75’. Su guitarrista Michael Rother había sido tanteado para colaborar en el álbum junto a estrellas del calibre de Robert Fripp o Brian Eno, que en ese momento trabajaba en el disco ‘Ambient 1: Music For Airports’, título más que descriptivo para ilustrar los derroteros por los que se movía el ex Roxy Music.
3. Un loco llamado Robert Fripp
La presencia de Eno en el tinglado favoreció que Robert Fripp participara en el álbum cuando este le telefoneó y se lo propuso, pese a que el ya entonces ex miembro de King Crimson se veía a sí mismo retirado del negocio musical. La respuesta que ofreció a la inédita proposición fue la siguiente: “Bueno, no sé, porque llevo sin tocar tres años, pero si tú estás preparado para asumir un riesgo, yo también lo estoy”. Y a partir de entonces le debió pillar el gustillo a las colaboraciones junto a figuras estelares porque inició una serie de proyectos junto a Peter Gabriel o Daryl Hall y aprovechó para escribir su propio material, que culminaría en la publicación en 1979 con la publicación de su primer álbum en solitario.
El carácter inquieto de Fripp posibilitó que nada más llegar de Nueva York y todavía con el jet lag en el cuerpo grabara de una sentada la parte de guitarra de “Beauty and the Beast”, una primera toma que se convertiría en la definitiva. A este respecto, mencionar que las comillas que adornan la palabra “Heroes” en el disco subrayan cierta ironía en el concepto de heroísmo.
La relación entre Fripp y Bowie no se acabó allí y pudo haber dado más suculentos frutos si no fuera por la personalidad impredecible de este virtuoso, que fue el único que rechazó la propuesta del hombre de las estrellas de sumarse a su regreso discográfico con ‘The Next Day’ y encima reveló a los medios que Bowie “le había pedido auxilio” cuando este solicitó absoluta confidencialidad al respecto. Eso sí, tras su muerte no tuvo problema en recuperar “Heroes” para un EP en directo de King Crimson. Qué tipo agradecido.
4. La letra en menos de una hora
Aquellas sesiones de grabación berlinesas tuvieron también mucho de improvisación, tal y como lo recuerda el productor Tony Visconti, que reveló que la letra de “Joe The Lion” se escribió en “menos de una hora”. Con la influencia casi permanente de Kraftwerk, este tema es en cierta manera un tributo al artista conceptual y posmoderno Chris Burden, famoso por haberse enganchado con clavos a un Volkswagen en 1974 o por obligar a un ayudante a dispararle en el brazo en una galería de arte en 1971.
Otras versiones apuntan a la lucha interna de Bowie por superar la insensibilidad emocional de su anterior trabajo ‘Low’ y quizás por eso, para captar la atención del oyente, no duda en reutilizar la línea de bajo de su éxito “Changes”. El Duque recuperó esta pieza en la gira ‘Serious Moonlight’ de 1983 y posteriormente en la de ‘Outside’ de 1995. Recientemente, en 2015, la banda Momus hizo una versión para el disco ‘Turpsycore’.
5. Posturas angulares
La sobria portada de ‘Heroes’ mostraba una foto de Bowie realizada por Masayoshi Sukita, que a su vez estuvo inspirada en las obras del maestro expresionista Erich Heckel. De ahí vienen las raras posturas angulares similares a las de un mimo que se pueden ver en el plástico que nos ocupa y en ‘The Idiot’ de Iggy Pop, producido por el propio Bowie. Quizás podría haber contado con una portada más futurista o conceptual que enlazara con el revolucionario y rompedor contenido del disco, aunque después de décadas acostumbrándose a ella se ha transformado en un icono de tal magnitud que costaría imaginar otra cosa.
6. Y al día siguiente…
La categoría alcanzada por una de sus obras más emblemáticas le sirvió a Bowie incluso para anunciar su sonado regreso discográfico tras una década en el dique seco. Si uno se fija detenidamente en la portada de ‘The Next Day’ verá que se trata de una variación oscurecida de la cubierta de ‘Heroes’ con la cara de la estrella tapada por un gran cuadrado blanco con el título del disco y arriba tenemos además tachada la palabra “Heroes”. El encargado del diseño Jonathan Barnbrook, que ya había participado anteriormente en los álbumes ‘Heathen’, ‘Reality’ y el de su despedida ‘Blackstar’, afirmó que la intención era “olvidar o distorsionar el pasado”. La campaña para promocionar el lanzamiento consistió en subvertir imágenes aparentemente cotidianas colocándoles un cuadrado blanco en medio.
Un golpe de efecto típico de los de su trayectoria para confirmar tanto a fans como a medios de comunicación que no se había retirado del negocio en absoluto. Fue además grabado en un ambiente de secretismo total que obligaba a todas las personas involucradas a firmar clausulas de confidencialidad. El que se chive, al pilón.
7. Old Wave, New Wave… y David Bowie
La compañía RCA Records tuvo la brillante idea de otorgar al lanzamiento de ‘Heroes’ un halo de exclusividad al incluir un impactante eslogan que rezaba: “Está la Old Wave. Está la New Wave. Y está David Bowie”. Quizás por eso no tardaron en arremolinarse las críticas positivas, con Melody Maker o NME considerándolo disco del año y alcanzando en Reino Unido el puesto número 3 y quedándose en las listas durante 26 semanas, mientras que en EE UU apenas logró relevancia. En Alemania además se lanzó el tema homónimo con el título de “Helden” y algún fragmento en alemán, ahí seguramente nacería una complicidad con el pueblo teutón que no le abandonaría el resto de su vida.
8. Christiane F.
En el Berlín de los setenta se movía tanta mandanga que hasta había películas que ilustraban aquella época sin escatimar en crudeza como ‘Christiane F.’, basada en la novela del mismo nombre protagonizada por una adicta a la heroína, traficante de drogas y prostituta infantil. Un proyecto en el que el propio Bowie se volcó por completo con un papel de sí mismo en el filme y una banda sonora en la que predominaban las canciones de su disco ‘Heroes’.
De hecho, la primera experiencia de la protagonista con las drogas sucede en un concierto de David Bowie grabado en realidad en octubre de 1980 en el Hurrah Club de Nueva York, pero decorado a la manera de un garito nocturno berlinés. Los compromisos cada noche con Broadway impedían que la estrella se pudiera desplazar, por lo que el director Ulrich Edel no tuvo problema alguno en cruzar el charco y registrar la escena allí.
9. Cabarets decadentes
Cuentan que uno de los motivos por los que Bowie desembarcó en Berlín fue por la influencia del escritor Christopher Isherwood y sus historias sobre cabarets decadentes en la República de Weimar previa al ascenso al poder del Partido Nazi. Su casa, de hecho, se encontraba en Schöneberg, el histórico barrio gay berlinés, a escasos metros de la casa en la que se alojó Isherwood en los años 30. Da la casualidad de que ambos se conocieron entre bastidores tras un concierto de Bowie en Los Ángeles en 1976 y allí hablaron, por supuesto, de la ciudad alemana. Y es que en aquellos garitos bohemios Bowie se enamoró perdidamente de un travesti, y en otro, el productor Tony Visconti cayó en las redes sentimentales de la cantante de jazz Antonia Maas, que se convertiría en una pieza clave de la historia relatada en “Heroes”.
Angela, la mujer de Bowie por aquel entonces, no veía con demasiados buenos ojos que su todavía marido anduviera por ahí de picos pardos, y al ser preguntada al respecto, contestó lo siguiente: “ Creo que llamarlo decadente es demasiado suave –respondió la ex de Bowie–. Llamarlo un pedazo de mierda paranoico inducido por la cocaína se acerca más a la realidad”. El descontrol florecía a cada rincón y cuentan que Iggy y Bowie incluso discutían a ver quién se iba a tirar a la drag queen más guapa. Bien de juntos y revueltos.
10. Una historia de alcohólicos
Y aunque parezca el culmen de la trascendencia y de la rimbombancia, en realidad “Heroes” es una canción sobre alcohólicos, sobre una pareja que se besaba muy efusivamente cerca del Muro, a la vista de sus siniestros guardianes. Pasó bastante tiempo hasta que se pudiera revelar la identidad de los subrepticios amantes, que no eran otros que el productor Tony Visconti, metido inesperadamente en casi todos los saraos, y su objeto de deseo, la cantante de jazz Antonia Maas, que también grababa en los Hansa Estudios. Bowie encendió un cigarrillo. Había encontrado la cuadratura de su círculo.
Diez años después, en 1987, el Duque regresó a la capital germana, visitó los viejos estudios de grabación y saludó al ingeniero de sonido y a todo el personal con el que había trabajado en el pasado. De forma espontánea, se dirigió al Reichstag, y a escasos metros de donde la había compuesto, interpretó “Heroes” ante 70.000 berlineses en un concierto que pudo escucharse en ambos lados de la ciudad dividida. Esa noche la Stasi detuvo a numerosos jóvenes de la RDA que se acercaron a la frontera y pudieron escucharse gritos de “Mauer weg” (Abajo con el muro). Dada su labor a favor de la reunificación, no era de extrañar que la cancillería alemana despidiera a Bowie en 2016 con todos los honores y unas palabras tan sentidas como estas: “Ahora estás entre los héroes. Gracias por contribuir a derribar el Muro”. Una demostración más de que el verdadero heroísmo no consiste exclusivamente en realizar actos extraordinarios, sino en disfrutar del placer de estar vivo. Por un día más.
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