Capítulo 1: No juzgues un libro por su portada

Kyle Medina mira al suelo con los ojos petrificados. La furgoneta sigue comiendo kilómetros por el asfalto de los Estados Unidos en busca de la siguiente sala donde romperse el alma tocando para los fans. El resto de sus compañeros o bien duermen o bien están con los cascos, ajenos en este momento al maremágnum de sentimientos que atrapan al cantante: “¿Sabes?” Me dice clavando desafiante los ojos a la pantalla de su teléfono: “Sé lo que es ser un marginado, y por eso me junté en la escuela con otros marginados. Y la música extrema nos salvó la vida”.

Kyle habla desde la experiencia. Segunda generación de emigrantes cubanos por parte de padre, se crió en un pequeño pueblo de Florida. Su apellido y su aspecto latino lo delataban ante las partes más fundamentalistas de los Estados Unidos. Sin embargo, desde bien pequeño sabía que necesitaría un vehículo para canalizar la agresividad de sus sentimientos.

“La música heavy me absorbió la vida desde pequeño”, reconoce el vocalista de Bodysnatcher: “Empecé a escuchar hardcore y metalcore animado por lo que escuchaba mi padre, que es fan del hardcore un poco más clásico. En el instituto empecé a juntarme con otros amigos que ya tenían bandas de metalcore y con ellos empiezas a ir a los primeros conciertos y ya en el último año de instituto es cuando empecé a escuchar más deathcore. Ibas a ver a los colegas tocar y había tanta energía en esos conciertos que te volvías loco. Y un día sencillamente decides que quieres tocar esta música y subirte al escenario. Y peleas por el sueño de vivir de ello”.

Dentro de esa pelea intensa por la vida y por los sueños, Bodysnatcher acaba de lanzar al mercado una pieza de música heavy maestra (´Bleed-Abide’). Heavy entiéndase como música pesada e intensa con un mensaje brutalmente directo y agresivo: “Dicen que en nuestra música hay mucha hostilidad porque hablamos de experiencias personales como la traición, problemas familiares o la muerte de seres muy cercanos, pero aún así siempre hay una moraleja: Lo importante es sobrevivir y salir fortalecido de cada experiencia mala. Siempre hay esperanza al final del túnel”.

Esa apertura emocional en las letras consigue crear una unión con los fans inigualable. Un exorcismo de sentimientos que los músicos de Bodysnatcher comparten con sus seguidores al final de cada concierto: “Los fans se sienten muy identificados con las letras porque contamos historias en primera persona, cosas que de verdad nos han pasado a nosotros y a ellos. Por ejemplo, de nuestro anterior disco, la canción ¨Twelve/Seventeen” trata sobre la muerte de alguien muy cercano (ndr: la madre del guitarrista Kyle Carter) y cuando alguien te dice que esas letras le han ayudado a lidiar con el mismo dolor te quedas de piedra. Ayudarles de esa manera es lo mejor”.

Hablar de la reacción de fans alrededor del mundo y de cómo conectan con las letras crudas que escribes es una cosa, pero hacerlo con la reacción de tus padres puede ser bastante más difícil. Kyle encuentra que Bodysnatcher le ayuda con sus relaciones familiares: “Mi padres sin duda aprecian que escriba sobre algunos de mis sentimientos familiares. Algunas cosas que cuento son temas duros de los que nadie en la familia quiere hablar. Muchas veces le he dicho a mi padre cosas en defensa de mi madre que ella no se atrevió a decir, y creo que al final aprecian esa honestidad”.

Capítulo 2: El deathcore como máxima expresión

Bodysnatcher ha logrado en ‘Bleed-Abide’ crear un catecismo sobre lo que debe ser el Deathcore en su máximo elemento, respetando clínicamente todos los sustentos estilísticos de un género que en USA es enorme y que por alguna razón siempre engancha muy bien entre los más jóvenes.

El breakdown, ese cambio de ritmo tan brutal y los blast beats de batería son probablemente los dos pilares de cualquier género que lleve al core o el death en su nombre (metalcore, hardcore, deathcore, death metal…). Esos cambios de ritmo, de velocidad en las guitarras para pasar de rápido a más denso, espeso y lento, es lo que puede marcar un breakdown memorable.

“Ya con el anterior disco expusimos claramente lo que nosotros pensamos que es el deathcore”, expone un orgulloso Kyle. “Desde comienzos del año 2000 hay muchas bandas que se fueron más para el lado del Hardcore y se olvidaron de la parte death. Por la parte de Hardcore nos gustan mucho bandas como Thick As Blood o Hatebreed, pero luego también somos muy fans de bandas como Molotov Solution, que tienen ese elemento más death en su música. De ambos géneros extraemos la agresividad. Mola porque incluso aunque alguien pueda pensar que somos demasiado Hardcore para los seguidores del deathcore y demasiado deathcore para los seguidores del hardcore, juega a nuestro favor porque podemos encajar en más carteles de conciertos”

¿Aceptaría Kyle a Bring Me The Horizon como banda de deathcore?: “Cuando Bring Me The Horizon toca deathcore lo toca bien, pero de alguna manera su música fue progresando con el tiempo hacia otros géneros. En su momento eran BMTH o Suicide Silence, las dos bandas se hicieron muy grandes, pero hay muchas más”, reconoce no sin apresurarse a aclarar que Bodysnatcher jamás cambiará: “Nosotros no cambiaremos como lo ha hecho BMTH, porque amamos la música heavy y queremos seguir siendo auténticos”.

Capítulo 3: Los directos son un infierno

Quien suscribe esta entrevista vio el pasado mes de febrero a Bodysnatcher sacudir en directo en la sala Underworld de Londres un buen puñetazo de deathcore ante más de 500 fans. Lo que más destacó fue la cantidad de gente joven que se suma a un género tan honesto y agresivo. ¿Dónde recomendaría Kyle empezar? “Yo soy un nerdo total y me gustan bandas que no son tan comerciales. Por ejemplo, me encanta la banda en la que estaba nuestro bajista (Kyle Shope), Float Face Down. Eran muy buenos tocando las partes técnicas y las partes rápidas, pero los breakdowns eran muy directos y agresivos. También me gusta mucho Molotov Solution, muy buena banda de deathcore. En general lo que me gusta de esta música es el nivel de agresividad”.

No hay duda de que Kyle sabe lo que esa agresividad significa cuando estás ahí abajo, en las primeras filas de un concierto de deathcore y el cantante implora a sus seguidores que se preparen para un mosh pit. Hace apenas dos años él mismo se fracturó tres huesos de la mano derecha sudando la camiseta como fan en uno de ellos: “Me rompí los tres huesos que se suelen romper los boxeadores. Fue en medio de un pogo de I Am, otra banda de deathcore que me encanta. Solté un montón de adrenalina. Es jodido romperte la mano, porque es una parte del cuerpo que utilizas todo el tiempo, pero mereció la pena, porque el concierto fue brutal”.

Sin embargo, incluso en el mosh pit más salvaje, en el pogo más temido, hay reglas. Reglas de respeto que no están escritas pero que deben ser respetadas como mandamientos. ¿El primero? Si alguien cae, se le ayuda a levantar. ¿El segundo? No entrar con los puños al frente. Kyle nos menciona algunas de las ciudades más impresionantes para Bodysnatcher: “Brooklyn (Nueva York), Austin (Texas), Orlando (Florida), Los Ángeles (California), Raleigh (Carolina del Norte)... A veces se pueden poner salvajes en el mosh pit. Nosotros continuamos tocando, nunca he tenido el sentimiento de que debamos parar el show porque haya alguien cagándola, pero dentro de que todo el mundo se lo está pasando bien, es verdad que las primeras filas son salvajes”.

Capítulo 4: Lo más importante es divertirse

Cuando tienes una banda con la que giras tres cuartas partes del año por todo el mundo y tienes un contrato firmado con una discográfica mundial, lo más importante sin duda al final del mes es pagar las nóminas y llevar el pan a casa. Pero no por ser profesional debe dejarse el elemento del ingenio y la diversión a un lado. Y es por eso por lo que Bodysnatcher siempre cuida muchísimo su merchandising, en el que hasta tienen una salsa picante del grupo.

“Puedes escuchar una banda que es buenísima pero luego ves el merchandising y es terrible. Para nosotros hacer un merchandising que mole es parte de Bodysnatcher. No nos mola hacer como muchas bandas que diseñan una camiseta y luego solo se dedican a imprimir la misma camiseta con cada disco. Nosotros tenemos incluso shorts para ir al gimnasio, somos una banda a la que le gusta hacer deporte, así que hicimos nuestros propios shorts de deporte. En una gira nos apetecía poner un osito gigante en nuestra camiseta y la rompimos con las ventas. Cuando estamos sentados en la furgoneta es cuando lanzamos ideas. Hace poco salió una de Terminator. Con la salsa de chili nos encanta la comida así que un día dijimos, “vamos a trabajar nuestra propia salsa de chili”. Haremos todas las ideas locas que queramos y que nos lo hagan pasar bien tío. El dinero es importante, pero al final del día tocamos música para pasarlo bien¨.

Kyle sigue surcando kilómetros a velocidad de ruta por las autopistas de USA. Sus ojos vuelven a brillar como los de un niño pequeño. Sabe que está con su crew, con sus amigos subido a su sueño con ruedas. Están en medio de una gira junto a Dying Fetus de más de 30 conciertos y en la semana de nuestra entrevista su disco acaba de lanzarse a todas las plataformas digitales. La vida, a pesar de la música hostil que grita en cada letra, no podría ser más hermosa: “Este es nuestro segundo disco con esta formación. Estamos muy compenetrados y creemos en nuestro nuevo álbum y cómo los fans lo están asimilando es increíble. Ojalá el año que viene España y Latinoamérica nos hagan un hueco”.

Nos despedimos. Es su hora para parar, echar gasolina, comerse un sándwich y echarse un rato antes de volver a descargar una brutal paliza de Deathcore en cualquier ciudad de la América profunda. Mientras haya gente joven para escucharles, habrá Bodysnatcher.

Escucha 'Bleed-Abide' en Spotify:

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