Entrevistas |Billie Marten
«Siempre conviene volver a la naturaleza»
Por: Alfredo Villaescusa
A los doce saltó al estrellato gracias a una versión del “Middle Of The Bed” de Lucy Rose que atrajo miles de visitas. Lo que en un principio era un canal privado de YouTube simplemente para comunicarse con sus abuelos pasó a convertirse en una de las claves de su rotundo éxito por las redes. Esta es la fantástica historia de una sencilla chica de Yorkshire que en estos momentos vive un particular cuento de hadas que ya le ha permitido tocar en festivales tan prestigiosos como el de Reading. Su trayectoria ascendente no tiene pinta de cesar con ‘Flora Fauna’, un reciente segundo trabajo en el que incorpora influencias tan sorprendentes como el krautrock de Can. La cantautora de voz angelical deja entrar en su cielo a Alfredo Villaescusa.
¿Tan importante te resulta la naturaleza como para titular tu álbum ‘Flora Fauna’?
“Estaba buscando un término que pudiera englobar todos los sonidos y temas que aparecen en el disco y la palabra “flora” hace referencia a la vida vegetal en general, mientras que “fauna” hace lo mismo pero con los animales. Por supuesto que la naturaleza es relevante en mi vida, aunque en realidad también exploro otros terrenos. Creo que es una cosa a la que siempre conviene volver”.
Ha habido cierta progresión desde tu debut ‘Writing Of Blues And Yellows’, ¿no?
“Sí, claro, estamos hablando de material de hace cinco años, es lógico. Diría que la principal diferencia entre ambos trabajos es la edad, obviamente, y las experiencias que he adquirido. Es todo más honesto, en definitiva”.
Te compararon en su momento con figuras del calibre de Joni Mitchell o Kate Bush, ¿cómo te lo tomaste?
“Son grandes mujeres, y aunque admito su influencia, creo que mi música es algo diferente. Me encantan ambas, que quede claro”.
A otros les sorprenderá también que Can o Broadcast se encuentren entre tus favoritos…
“Sí, han sido fundamentales en este disco. De Can destacaría la tremenda creatividad que han demostrado siempre en todos sus álbumes, mientras que de Broadcast me llama la atención el mundo que son capaces de crear con sus canciones, su propuesta me resulta muy inusual y sus melodías son muy especiales, su carácter abstracto se convierte en algo muy poderoso”.
¿Qué otras cosas te cautivan aparte de esas dos bandas que has mencionado?
“Pues últimamente he estado escuchando bastante el disco que sacó Fiona Apple el año pasado. Ella sí que es una influencia de verdad, no solo por ese trabajo en concreto, siempre me sorprende. Y supongo que Queens Of The Stone Age junto con otras miles de bandas molonas que había en los noventa y principios del 2000 fueron cruciales a la hora de lograr ese sonido que buscaba en temas tipo “Human Replacement” o “Heaven”, entre otras piezas”.
No esperaba que el rock te resultara tan atractivo, ¿qué otros artistas de ese rollo te llaman?
“Me encanta el rock en general, Nirvana están en los primeros puestos de mi lista. Y Foo Fighters también me tiran bastante, soy una fan de la música en su conjunto, eso es todo”.
“Nirvana están en los primeros puestos de mi lista”
Procedes de un lugar tan místico como Yorkshire, un sitio que algunos únicamente conocemos por aquellas descripciones evocadoras de Emily Brontë en ‘Cumbres Borrascosas’. ¿Ha afectado eso de alguna manera a tus canciones?
“Oh, adoro como lo has explicado (risas). Es una zona no demasiado poblada, con gente sencilla que confía en la naturaleza todo el tiempo, por eso la mayoría viven en granjas y gran parte de su actividad se basa en la agricultura. En este contexto, es normal que la naturaleza sea tan relevante para mí, en lo musical, eso sí, tampoco había demasiado movimiento por allí, por lo que tuve que encontrarme a mí misma”.
Respecto al disco, “Creature Of Mine” posee cierto poso alternativo, ¿tanto te marcó Nirvana y el grunge?
“Sí, por supuesto. Quería hacer algo que fuera oscuro, pero tampoco melancólico. El sonido de los noventa fue el que me dio la base”.
Y en “Human Replacement” el bajo cobra mayor importancia, ¿empezaste a tocar ese instrumento recientemente, verdad?
“Sí, todavía tampoco es que me desenvuelva muy bien, pero lo intento (risas). El tema que mencionas era una especie de experimento, necesito mejorar bastante ese aspecto”.
En “Heaven” tenemos por ahí un sitar, ¿te interesan los sonidos exóticos?
“En realidad se trata de un sample. Quería algo que encajara perfectamente con la melodía y la inclusión de ese instrumento iba muy bien con la temática de la pieza de la religión, el amor y demás”.
“Ruin” quizás sea de las pocas canciones alegres del álbum…
“¿Alegre? Es curioso porque a mí me parece triste y perturbadora, pero esa es precisamente la grandeza de la música, a cada uno le habla de una manera diferente”.
¿Te sientes más cómoda al abordar la melancolía y sentimientos semejantes?
“Sí, supongo que tengo quizás más facilidad para tratar ese aspecto, aparte de que es algo increíblemente terapéutico. Tampoco es que se pueda hacer mucho cuando estás en esos momentos de bajón, pero escribir canciones me ha facilitado bastante la vida cuando lo he necesitado”.
¿Qué cosas son las que te inspiran a componer?
“Bueno, a veces me entran arrebatos de creatividad en los que siempre suele salir algo. La fascinación funciona bastante bien, al igual que cualquier otro sentimiento que despierte la imaginación”.
Podría decirse que te hiciste famosa con 12 años, ¿te costó asumir ese cambio?
“No creo que sea tan famosa, así que gracias por el cumplido (risas). La verdad es que fue un periodo complicado para mí, por lo que tampoco recuerdo demasiados detalles, tuve que crecer de golpe mientras mi vida estaba rodeada de muchas personas adultas. Agradezco haber tenido esa oportunidad, eso sí”.
¿Esperabas que la versión que hiciste de Lucy Rose se volviera tan popular en la red?
“No, para nada. Me acuerdo que hace años fui una vez a un concierto suyo y cuando terminó me dijo que le había gustado la versión. Me pareció una locura tremenda recibir semejante cumplido por parte del artista”.
Has definido tu estilo como una mezcla entre lo acústico, el folk y un poco de indie, ¿te sientes identificada todavía en ese terreno?
“Bueno, digamos que tal vez ahora sea menos acústico que antes, porque no es que haya realmente muchas guitarras en el disco. La música es demasiado complicada para circunscribirla a un género concreto, a menudo cuando me preguntan acerca del estilo que hago no sé qué responder. No tengo claro tampoco la dirección que tomaré en el futuro, pero las guitarras siempre estarán ahí”.
¿Hay planes de gira a la vista?
“Tengo ya varios conciertos cerrados desde julio hasta octubre. En España todavía no he tocado nunca, pero he estado varias veces de turista. Soy una gran fan de vuestro país, por lo que estoy deseando volver cuanto antes, vuestra cocina es impactante y hay muchos bares y tapas que parecen irreales, echo de menos todo eso. Si alguien puede ayudarme a organizar algo por allí, estaría muy agradecida” (risas).
Estuviste en el prestigioso festival de Reading, ¿cómo fue aquello?
“Pues toqué en un escenario pequeño, pero el volumen era ensordecedor y la gente estaba muy borracha, supongo que fue un curioso experimento (risas). Lo del sonido es algo que sucede en todos los festivales y yo soy bastante tranquila, no elevo mucho la voz. Aquello fue una oportunidad para tratar de hacer el máximo ruido posible”.
¿Cómo te iniciaste en el mundo de la música?
“Pues mi padre me enseñó a tocar la guitarra con 7 años, aprendí algunos acordes y empecé a practicar todos los días en cuanto llegaba de la escuela, iba al ordenador de mi padre y sacaba las canciones que quería tocar, pasé mucho tiempo en la página www.ultimate-guitar.com. También sacaba muchas letras de ahí”.
¿Te agrada o te disgusta la palabra cantautora?
“Me gusta, ese es mi trabajo y eso es lo que hago. Creo que es un término que engloba varias cosas, ya que no existe un tipo de cantautor determinado, aunque a veces hablar de artistas en general sea más adecuado”.
Tu nombre real es Isabella Sophie Tweddle, ¿de dónde viene tu apelativo artístico?
“Mis padres siempre me llaman Billie, por lo que mi nombre completo únicamente está ahí para el pasaporte y poco más. El apellido sí que lo tuve que cambiar porque el verdadero era demasiado complicado de pronunciar y eso era un problema cuando empecé a dar mis primeros conciertos, nadie lo podía recordar”.
Creo que tienes una fijación insana con unos animales llamados alpacas…
“Sí, son geniales, me encantan, y además son buenos para el medio ambiente”.
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