Crónicas

Walhalla: Un concierto de reunión, después de treinta años

«Emotiva y preciosa noche en la Recycle »

17 marzo 2018

Sala Recycle, Córdoba

Texto: Silvia Black Panther. Fotos: Antonio Vázquez

La sala Recycle, chapada para conciertos desde hace casi un año, nos abría excepcionalmente sus puertas con entrada libre para acoger un concierto de reunión, después de treinta años, de la banda cordobesa Walhalla, embrión de los actuales Trilogy 666.

Comenzaban allá por el 85 llamándose Crom, actuando en varios institutos de la ciudad y participando en diferentes concursos de rock. Un año después grababan su primera maqueta en su propio local de ensayo con la que participaron en la tercera Muestra pop-rockera de Córdoba. Al poco tiempo, Crom tuvo que cambiar su nombre por Walhalla debido a la coincidencia con otra banda y tal y como dijo Loki, vocalista del quinteto, “tenían más pelas que nosotros”.

En 1987 grababan una segunda maqueta con temas en inglés en el estudio Ruido Azul del bajista cordobés Paco Record, y, gracias a esto, avanzan un poco más en su trayectoria llegando incluso a aparecer en la Heavy Rock y formando parte del I Concurso Nacional de Rock de Talavera de la Reina (Toledo).

Emotiva y preciosa noche en la Recycle que reunía a los amigos y más fieles seguidores del grupo petando el espacio para la presentación del disco ‘Tiempos de Crom’ (1986-1988), donde podemos encontrar las dos maquetas y dos directos del 86 y 88 apoyados por varios aficionados que rescatan maquetas de grupos de la época para que, como titulan en varios recopilatorios editados, no queden “Condenados al olvido”.

Durante la media hora que duró el bolo sonaron temas como “War of Steel”, “Brake Metal”, “Vivir o morir” y “El cielo puede esperar”, tema rescatado e incluido en el segundo plástico de la banda actual de Loki, Pastrana y El Chino. También interpretaron “Diamonds and Rust”, versión de una de sus mayores influencias, Judas Priest.

Como broche final y cierre, otro bolo de la antítesis de los Trilogy 666, Heavy 80. En clave de humor y disfrazados de ochenteros, con acento argentino, despedieron la noche a ritmo de clásicos del heavy metal.