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Crítica de wecandividebyzero: wecandividebyzero

Si has crecido en los noventa como es mi caso, quieras o no, te sonará la frase “Multiplícate por cero” de un famoso chico amarillo con pelo pincho. Pero, cosas del destino, ya con mis treinta y largos he aprendido que no solo podemos multiplicarnos por cero, sino también dividirnos por la nada. Aunque el resultado de todas estas operaciones sea el mismo (la nada más absoluta), la propuesta de la banda gibraltareña wecandividebyzero y su álbum debut homónimo arroja valores positivos listos para sacudir la escena del metal moderno.

Describir a wecandividebyzero es difícil, ya que es un cúmulo de muchos elementos. Poniéndome en plan técnico, diría que es una amalgama de metal progresivo con toques de deathcore y algo de nu metal en algunos pasajes. Pero vaya, en resumidas cuentas, lo que esta banda ofrece es brutalidad pura y dura.

Si bien su disco debut no es muy largo, ya que estamos ante ocho temas que suman una duración de unos 37 minutos, dejan claro que vienen a destrozar tus oídos y hacerte quebrar el cuello. Es necesario destacar también que, aunque el disco pasa volando, dentro de cada uno de los temas que lo componen pasan muchas cosas a medida que avanzan, lo que es de agradecer.

“End of days”, “Isolation”, “Disciple” y “Artificial Soul” abren el tarro de las esencias con una demoledora brutalidad y unas guitarras pesadas clavando riffs y breakdowns a diestro y siniestro. Lo acompaña una voz muy polivalente que lo mismo te hace unos guturales pulidos, tanto en growl como en fry (es decir, graves y agudos), o te hace unas líneas de estribillo limpias, recordando a bandas como Trivium. Y, por supuesto, todo se redondea con un doble bombo que arrasa con cada golpe. Quizá sea de esta primera parte del álbum mi favorita “Artificial Soul”: sigue la línea del resto de temas, pero tiene un solo de guitarra maravilloso que me tiene cautivado.

La segunda mitad del disco comienza con “Crossfire”, quizá uno de los temas más deathcore del álbum, muy al estilo de Jinjer o Infected Rain. Le sigue “Narcissus”, que, para contrarrestar un poco, quizá sea la canción con un toque más progresivo: suma voces limpias y su estribillo es una delicia que te lleva en volandas cada vez que suena. ¡Quizá sea mi favorita del álbum!

Cierra el disco “Avarice”, una canción algo más lenta con distorsiones en voz y en las líneas de guitarra, que marca unos riffs pesados y llenos de rabia, y “Party Treats”, cuya vibra me lleva sin poder remediarlo a algunos temas de una de mis bandas favoritas: Killus (o, salvando distancias respecto a algunos tramos vocales, a los Slipknot primigenios).

En resumen, este trabajo de presentación de la banda de Gibraltar deja un muy buen sabor de boca. Con esta calidad en su sonido se posicionarán en la escena en un abrir y cerrar de ojos. Siempre hay cosas que pulir, pero, en líneas generales, estamos ante un buen álbum que te deja con ganas de escuchar más. ¡Muy recomendado!

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