Crítica de Kamino: Kamino - MariskalRock.com : MariskalRock.com

Kamino

Maldito Records (2022)

Por: Sand Muñoz

8.5

El lanzamiento del primer álbum de Kamino ha sido el mejor regalo de Navidad que podíamos esperar. A través de él, los integrantes de esta formación han creado una burbuja de carácter íntimo en la que poder volcar todas sus desavenencias. Con su música han conseguido reflejar a la perfección todo el inconformismo y descontento social que domina el panorama actual.

El contenido escogido se muestra, sobre todo mediante las letras, en sincronía con las preocupaciones contemporáneas. Éstas abarcan desde los problemas de salud mental hasta el consumismo (o estrategias capitalistas, como prefiramos) descontrolado e incesante, que se impone diariamente en nuestras vidas. Toda esta trama temática se articula a través del rock electrónico y de un exquisito gusto compositivo.

Las canciones recogidas rebosan un aire alternativo lleno de creatividad cuyos creadores, Adrián Galilea y Rodrigo Victoriano, consiguen desplegar en este álbum de forma impecable. Su extensa experiencia hace mella en cada uno de sus temas. Los riffs y cambios de estructura que se realizan en la mayoría de las canciones aportan un gran dinamismo auditivo al conjunto compositivo de este LP. Cuentan además con colaboraciones como la de René, el guitarrista de Laguna Waves, que enriquecen la parte interpretativa.

“Sirena”, del que tuvimos un adelanto en el mes de noviembre de este año, es una de las obras más destacables del disco. Con un uso muy acertado de los coros, que simulan el canto de estos letales seres fantásticos, consiguen realizar agudas metáforas sobre la explotación consumista imperante en la actualidad. Mediante la activa variación, tanto en las letras como en la creación musical, nos transmiten las distintas fases que superamos cuando nos vemos envueltos en esta dinámica autodestructiva.

En su composición “Recuerdos” hallamos una balada de índole existencial, en la que se muestra la angustia devenida por la confrontación de problemas psicológicos y luchas internas con nosotros mismos. La melancolía se apuntala al propio razonamiento expuesto y marca el camino argumentativo del tema. “No es mejor” gira en torno al mismo testimonio. La contradicción es parte de dicho recorrido introspectivo y, mediante la letra de la misma, nos vemos sumergidos en una espiral de oscilación emocional.

“Soñadores”, sin embargo, por medio de variaciones rítmicas que marcan claramente la dinámica de la composición, nos revela un panorama mucho más inspirador y protestante. Se pone en valor el crecimiento personal derivado de la superación de los lastres que la vida nos lanza. Estos cortes enriquecen profundamente la composición de la pieza puesto que nos delimitan los fragmentos y las partes en las que se divide la misma. Para ser ejecutados pulcramente se requiere de maestría, práctica y compenetración entre los miembros involucrados, una tarea que los participantes de este grupo han superado con creces.

En la onda de la reivindicación social podemos encontrar “Salvajes”. Existe un trasfondo humanístico y ecológico que nos obliga a meditar sobre la forma en que nos relacionamos con los demás y con el entorno. De esta manera dejan una puerta abierta que invita a recapacitar sobre nuestros modelos de conducta, regidos en última instancia por el sistema capitalista en el que (sobre)vivimos.

No podemos más que darles las gracias de nuevo y confiar en este colosal proyecto que acaba de comenzar. Escuchar realidades que resultan dolorosas (pero que son claramente palpables) es necesario para inferir principios y establecer conclusiones aplicables a los futuros arquetipos sociales.

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